Billions: brutal lucha de egos en Wall Street

Conspiraciones financieras, corrupción y sexo en el nuevo estreno de Movistar+

Showtime

El riesgo se mide en miles de millones en una industria que parece haberse convertido en el mayor de los casinos. Billions, la nueva serie que nos trae Movistar+, cuyo episodio piloto logró la mayor audiencia de la historia del canal Showtime, analiza las contradicciones del capitalismo tras el colapso financiero de 2008 y destroza, con ironía, humor negro y un ritmo frenético, el juego de verdades y mentiras de estos carroñeros de las finanzas, tiburones de Wall Street como el (sospechosamente) multimillonario Bobby Axelrod, rey de los fondos de cobertura.

Tras él, en su particular (y arriesgada) cruzada, el fiscal de Nueva York, el ambicioso Chuck Rhoades, un Quijote por la defensa del interés público. Dos de las personas más poderosas de la ciudad se enfrentan en una brutal lucha de egos, lo que convierte a estos antihéroes en los amos de la intriga y de las maquinaciones financieras.

Duelo de titanes

Billions nos regala un auténtico duelo interpretativo entre dos actores camaleónicos, ambos ganadores de premios como el Emmy y el Globo de Oro. Por un lado, Damian Lewis, premiado por Homeland, la serie que le hizo popular mundialmente. El actor juega con ventaja, pues su personaje exuda ese tipo de retorcido atractivo del que parece tenerlo todo, pero lo disimula vistiendo camisetas rockeras y comiendo hamburguesas sobre la mesa de su despacho. Axelrod es el carismático hombre hecho a sí mismo, manipulador y muy competitivo al que, a pesar de su irreprochable apariencia, le puede su impulsivo carácter.

Frente al agresivo Axelrod, su enemigo número uno, el abogado Chuck Rhoades, con la apariencia de un bulldog, tranquilo pero incisivo, interpretado por el actor nominado al Oscar Paul Giamatti, para el que éste es su segundo papel protagonista en televisión, tras la aplaudida miniserie John Adams. Si Axelrod parece una estrella del rock, Rhoades es el tipo impopular y frustrado que decide jugársela en el que será su mayor desafío pues intuye que podría ganar puntos con ello, dándole un giro a su vida profesional.

En lo personal, Rhoades mantiene una complicada relación con su mujer Wendy (Maggie Siff, Hijos de la anarquía), no sólo por las sesiones de bondage que la pareja pratica y durante las cuales, Rhoades es “humillado”, si no porque ella, a su vez, trabaja para Axelrod como su gurú motivacional. Wendy, que, en cualquier caso, se preocupa por ambos, ve esta lucha como una guerra innecesaria de dos machos alfa.

Billions muestra un auténtico tour de force de dos titanes de la actuación, desarrollando sucesivas tramas con sorpresas y giros inesperados, en un juego que es puro entretenimiento y ante cuya máxima seguimos expectantes, porque… ¿quién de los dos se saldrá con la suya?