Biffyhuracán en el Sant Jordi Club
Por Sergi Caballero
25 de enero de 2017. El clima propio de una fría noche escocesa se quedó en el exterior del Sant Jordi Club. En la sala pronto pareció que estábamos en el Caribe. Ya antes de la aparición del power trío protagonista de ésta memorable actuación en Barcelona –otra más-, los teloneros Frank Carter & The Rattlesnakes ya se encargaron de dejar el ambiente bien calentito a Biffy Clyro. Con unos escasos 25 minutos, los británicos tuvieron suficiente para barrer la sala con una ola hardcore punk propia de una banda ya consolidada. Sólo cabía mirar al frontman caminando -literalmente- sobre un público entusiasta. A un tío sin carisma, lo hubieran dejado caer al suelo, como un loser. No fue el caso de Frank Carter. El hombre parecía un Jesucristo moderno con el aspecto de Vyvyan Bastard después de haber pasado una mala noche. Después de sacar el polvo a los altavoces, ala, pa casa y que os aproveche. Que entre el plato fuerte.
Como siempre, Simon Neil y los gemelos James y Ben Johnston salieron a escena a pecho descubierto –Neil tardó algunas canciones en quitarse la camisa- y empezó la diversión. Irrumpió el apabullante sonido de “Wolves of Winter” el primer single de su último trabajo Ellipsis y a partir de aquí empezó a caer un alud de hits del amplísimo repertorio del que puede hacer gala Biffy Clyro. Unas 2.500 personas corearon sin cesar un set list que incluyó menciones al aclamado Puzzle -“Living is a problem” o “Machines”-; un repaso a Opposites –“Modern Magic Fórmula”, “Victory over the sun”, “Black Chandelier” y un homenaje en toda regla a su álbum más mainstream: Only Revolutions. Un homenaje sustentado en himnos como “That Golden rule”, “Mountains”, “Bubbles”, God & Satan”, “Boooom, Blast & Ruin” y, sobretodo, “Many of horror”, la balada más electrizante de la banda. El repertorio fue similar al que ofreció el grupo escocés en su gira británica, descargando con potencia los hits de su último álbum -“Friends and Enemies”, “Animal Style”, “Howl”, “In the Name of the Wee Man”, Herex y las edulcoradas “Re-arrange” y “Medicine”-, pero se notó que los Biffy se sienten cómodos siempre que visitan Barcelona. La banda se mostró impresionada por el caluroso recibimiento y se esmeró a fondo en un Sant Jordi Club con media pista tapada. Los escoceses saben que en Catalunya tienen una parroquia fiel, con fans que nunca fallan, que se saben las letras de todas sus canciones y que las jalean como una jauría de lobos poseídos pero con los ojos de Candy Candy. Como premio, a diferencia de sus recientes conciertos en Irlanda, se concedieron variaciones en el listado de canciones y el concierto se alargó más de lo acostumbrado, para alegría y jolgorio del público allí congregado.
La poderosa “Stingin’ Belle” cerró una noche redonda, una cita en la que las dos partes se fueron a dormir con una sonrisa en los labios y con agujetas en las cuerdas vocales.
¡“We are Biffi Fuckin' Clyro”! El nombre de guerra con el que la banda de Kilmarnock se ha rebautizado en los últimos tiempos aún resuena en Montjuïc.
¡Mon the Biff!