Mischa Barton explica su último ingreso psiquiátrico
Asegura que fue drogada con GHB
Mischa Barton se convirtió en una auténtica estrella cuando protagonizó O.C., la serie juvenil que la convirtió en Marisa Cooper, la niña rica que se enamora del supuesto chico malo.
Eso ocurría entre 2003 y 2007, antes, la actriz ya había trabajado como modelo para firmas como Calvin Klein y había pasado por la gran pantalla en pelis como El sexto sentido.
Pero desde que llegó a la cima con la serie de moda en los 2000, ya nada volvió a ser lo mismo, es lo que tiene ser una niña precoz sin una base sólida de relaciones personales que puedan mantenerla con los pies en el suelo.
Cuando O.C. llegó a su fin, una temporada después de que ella decidiera abandonarla, su carrera no ha vuelto a tener un éxito más.
Ni su carrera ni su vida porque los problemas no han hecho más que acompañarla desde entonces.
Salieron a la luz los problemas que tenía con sus padres, los que deberían haber centrado su vida y su carrera cuando se metió en un mundo de adultos siendo tan solo una niña.
Pero no, no sólo no contó con ellos sino que acabó denunciándolos.
Después llegaron las drogas, las fiestas desfasadas y sus problemas mentales.
Parecía que después de haber sido tratada la cosa había mejorada y se encontraba en un momento más tranquilo. Incluso su participación en Dancing with the stars hizo pensar en una recuperación.
Pero todo se pone en duda ahora que ha vuelto a pasar por el área de psiquiatría de un hospital.
Hace unos días fue ingresada en el hospital Cedars de Sinai de Los Ángeles después de que sus vecinos llamaran a la policía y bomberos porque se encontraba desvariando en el jardín.
Llevaba solo una camisa y una corbata puesta y profería insultos contra su madre, profetizaba la cercanía del fin del mundo y pedía perdón por todo lo que había hecho.
A su salida del hospital no ha dudado en mandar un comunicado a la revista People para explicar lo sucedido.
“La noche de 25 de enero salí con un grupo de amigos a celebrar mi cumpleaños. Mientras tomábamos copas me di cuenta de que algo no iba bien ya que mi comportamiento comenzó a ser errático y se intensificó en las siguientes horas”, explica.
Según ella, su ingreso partió de ella misma. “Voluntariamente pedí ayuda profesional y fui informada por el personal del hospital de que había sido drogada con GHB”, continúa.
El GHB es un fuerte anestésico depresor que utilizan algunos violadores para que sus víctimas pierdan el sentido y la capacidad de decidir.
“Tras una noche ingresada, ya estoy en casa y me encuentro bien”, aseguró, “esto es una lección para todas las mujeres jóvenes ahí fuera. Tened cuidado con vuestras compañías”.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...