Especial
Una conocida actriz se siente discriminada en una tienda de CHANEL
Y lo denuncia en el blog de Lena Dunham
¿Has entrado alguna vez en una tienda de lujo y te han mirado de tal forma que has llegado a pensar que allí estabas de más?
Puede que no, pero ocurre. Le ha pasado a Gabourey Sidive, la gran actriz que conocimos gracias a Precious y que luego hemos visto en series como Empire o American Horror Story.
El caso es que ella no ha tenido una buena experiencia en una tienda de CHANEL y ha decidido contarlo públicamente para que estas situaciones en las que uno se siente discriminado no vuelvan a suceder.
Todo ocurrió cuando se le antojó comparse unas gafas de esta firma iguales a las de su compañera Taraji P. Henson y se acercó a una de las tiendas que había cerca de su casa, en Chicago. Ya de paso, su amiga le pidió que por favor le recogiera un encargo que tenía hecho allí.
Una vez entró en la tienda ya se sintió incómoda con la mirada que recibió de parte de la dependienta que se acercó a ella para atenderla, o más bien, todo lo contrario.
Cuando Sidibe le dijo que quería unas gafas, la dependienta le dijo que allí no vendían gafas sino 'shades' que debe ser la palabra cool que utilizan ahora pero que significa lo mismo.
La invitó a pasarse por otra tienda que vendía gafas en la acera de enfrente pero que, evidentemente no eran de CHANEL.
Por lo visto, la actriz no dio la impresión de ser una buena clienta para esta tienda y eso que llevaba un bolso vintage de la firma.
"Me habría encantado pensar que estaba siendo amable y estoy segura de que a ella le habría encantado pretender que era amable, pero realmente sólo era condescendiente... Yo estaba tratando de comprar unas gafas, ella tratando de terminar la conversación lo más pronto posible", contó en un texto que escribió en el blog de su amiga Lena Dunham.
"Sólo para estar segura de lo que estaba pasando, hice que me pidiera irme –de una manera amable– tres veces", confesó la actriz .
"Sabía lo que ella estaba haciendo. Ella había decidido, con solo una mirada, que yo no estaba ahí para gastar dinero. A pesar de que yo llevaba una bolsa CHANEL, ella decidió que yo no era una consumidora de CHANEL, que no valía la pena gastar su tiempo y energía", continúa su texto.
Finalmente salió de la tienda con unas gafas, el encargo de su amiga, y la sensación de que no había sido bien tratada.
Parece que contarlo le ha servido como desahogo pero también como revulsivo para la firma que, en seguida, ha mostrado su contrariedad ante lo sucedido.
"CHANEL expresa su más sincero arrepentimiento por el servicio al cliente que recibió la señorita Sidibe y que mencionó en un ensayo publicado en un sitio web... Lamentamos que ella no se haya sentido bien recibida y ofendida. Tomamos muy en serio sus palabras y de inmediato investigamos los hechos para entender qué sucedió, sobre todo porque esto va en contra de los altos estándares que CHANEL desea dar a sus consumidores... Estamos sumamente comprometidos a dar el mejor servicio a cualquier persona que venga a nuestras tiendas. Esperamos que en el futuro la señorita Sidibe decida regresar a una boutique de CHANEL y experimentar nuestro verdadero servicio al cliente".
Ya de paso, podían enviarle a casa el último modelo de su colección de gafas, qué menos por el trato recibido. Vale que fue una dependienta y no una organización la que se mostró tan desagradable pero la firma es responsable de la gente que contrata.