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El primer twerking de Miley Cyrus fue un acto de rebeldía
Lo ha explicado ella misma
Parece que Miley Cyrus ha decidido volver a convertirse en una niña buena ahora que vuelve a estar completamente enamorada de Liam Hemsworth como cuenta en Malibu, su última canción.
Hasta se arrepiente de alguno de sus vídeos más escandalosos como el de Wrecking ball que ha quedado en la retina de muchos ojos.
Lo contó en el programa de radio Zach Song Show. Pero no fue su única confesión.
Durante unos cuantos años ha sido la chica rebelde que parecía disfrutar creando polémicas y exhibiendo su cuerpo sin ningún tipo de pudor.
No nos equivocábamos al afirmar que esa rebeldía era una forma de romper con lo que había sido su vida anterior y con el personaje que había logrado comerse a la persona: Hannah Montana.
Una serie que Miley compartía con su padre, Billy Ray Cyrus lo que le privó de tener una libertad que toda niña anhela a esa edad.
“Nunca me pude escapar de la escuela como otros…o sea, iba al trabajo con mi papa…”, contó en el programa, “es difícil todos los días, de 11 de la mañana a 6 de la tarde…”.
No sólo era estar todo el día con su padre sino también con su abuela que le acompañaba a los rodajes. Esa falta de libertad fue la que provocó que Miley quisiera romper barreras.
“Pasamos demasiado tiempo juntos, papá y mi abuela, lo cual explica por qué cuando cumplí 18 años hice twerking en el concierto de Juicy J Show”, confiesa, “básicamente pasé 10 años, todos los días, con mi papá y mi abuelita. Tenía que liberarme”.
Y así es como Miley abrió la veda y lo del twerking empezó a formar parte de su forma de expresarse.