El “Commandos” de la era Edo de Japón

Todos echáis de menos “Commandos”. Aquel jueguecito que revolucionó el sector a base de ‘clicks’ de ratón. En 1998 todavía no existía aquello del “sigilo y la infiltración”. Commandos (junto a Metal Gear Solid) supo definir ese género y meterse a toda una generación de jugadores en el bolsillo por unos cuantos años.

Hoy descubrimos “Shadow Tactics”, que podríamos definir como el “Commandos” de la era Edo de Japón. Casi veinte años después, con el mismo enfoque y la misma perspectiva, pero con nuevo hardware y nuevas herramientas (como el motor gráfico Unity) al alcance de los programadores.

Esté golpe de efecto sirve un poquito del pasado y hace que parezca algo nuevo y refrescante. Shadow Tactics cambia el “point and click” por un control manual del personaje y permite movimiento de cámara tridimensional (que bien podrá volveros algo locos las primeras horas de juego), pero en esencia sirve la misma estrategia pura y dura que proponía el juego de Pyro Studios.

Empezaréis la aventura con Hayato, un ninja con una misión muy concreta en el castillo de Osaka; pero se irá haciendo grande conforme vayáis encontrando compañeros de misión y de viaje, como Mugen, el samurái, o Yuki, la ladrona.

Al final, la expedición tendrá cinco integrantes y, por supuesto, cada uno tendrá su forma personal e intransferible de abrirse camino, lo que propondrá la absolutamente necesaria colaboración entre ellos para poder sacar adelante las misiones.

Ya sabéis; aquello de que uno se mueve con más destreza y puede escalar y lanzar shurykens, otro le da más a la fuerza bruta y hay una que se puede disfrazar y plantarse delante de los enemigos sin alterar sus alarmas… Al final el mapa es una ecuación enorme, llena de incógnitas y puzles para resolver que convierten la travesía en un ejercicio de “sesera” importante, en el que vuestro mejor amigo será el botón de “guardado rápido”.

Gráficamente, Shadow Tactics es una gozadita. Los diseños son excelentes, y el motor gráfico es más que suficiente para crear un campo tridimensional atractivo; con un toque realista que deja intuir algo de línea y colores que marcan un tímido cel-shading, incluso.

Para algunos, pudiera parecer que Shadow Tactics pertenece al cajón de los juegos descargables; pero el entorno gráfico nos tiene muy mal acostumbrados y no todo puede medirse con el mismo rasero.

La experiencia de Shadow Tactics es diferente, refrescante y evoca aromas de pasado que teníamos enterrados y que nos moríamos por re-descubrir. Permitidme acentuar la recomendación de compra; si no cuela de lanzamiento y preferís esperar a que baje un pelín… ‘ok’ (o comprar la versión PC, que es más baratita), pero dadle un tiento que os encantará.