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Siempre has querido ser Jesucristo en un videojuego
Fight of Gods tiene material para herir la sensibilidad de medio mundo.
Hay que tener sentido del humor y tomarse la vida con filosofía. El creyente debería estar por encima de estas cosas y, si acaso, esbozar una sonrisa cuando cosas como “Fight of Gods” aparecen.
La cosa empezó con dioses de esos que por estos lares pasan muy de refilón. Zeus, Athena o Anubis eran algunas de las caras conocidas que medirían sus fuerzas en Fight of Gods; un juego indie desarrollado con mucho cachondeo sin pretensión de convertirse en referente o de pegar demasiado bocado al mercado.
Luego apareció Moises por ahí, con sus mandamientos y su escenario propio con el mar dividido, así que los fans bíblicos supieron que su libro tendría representación en esta batalla de dioses. Pero justo antes de ser lanzado a la calle, han aparecido Jesús y Buddha; el cristiano con intro propia que muestra como se baja de su cruz para resolver este conflicto a mamporros de una vez por todas.
Sorpresivamente, ha sido la comunidad de Malasia la primera en recibir la ofensa y ya ha puesto en el punto de mira el videojuego alegando que "degrada la harmonia religiosa y amenaza la unidad racial".
Es cierto que el juego no es lo más políticamente correcto que nos hemos echado a la cara, pero me da la impresión de que la gente no pretenderá ahora volverse más racista, xenófoba o violenta por tener entre manos un juego que, bajo mi punto de vista, se toma todo esto con bastante cachondeo.
Pero bueno, el caso es que la controversia ya está servida; sólo queda esperar y ver qué país decido prohibirlo primero. El juego ha salido en PC, puede adquirirse a través de Steam a un precio de broma.