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Sebastián Llosa, el chico que lo dejó todo para hacer canciones
Y que no nota el peso del apellido familiar
Hay una regla irrompible en el mundo de la música: Con el talento y la actitud, se nace. Pero esto dista mucho de ser el único requisito necesario para destacar y sobrevivir en un panorama cada vez más complicado. Sí, escuchamos cada vez más música y nunca habíamos tenido tanto acceso a la misma (seguro que ahora mismo llevas en el bolsillo más de 40 millones de canciones); pero justamente esa oferta masiva ha hecho que tomar la gran decisión de dejarlo todo por la música sea cada vez más complicado para los artistas.
En realidad, lleva toda la vida siendo así: Wayne Coyne, dios indie de la banda Flaming Lips, fue durante 11 años cocinero en un instituto hasta que llegó su primer gran éxito. James Murphy, uno de los grandes nombres del rock alternativo mundial, publicó su primer disco a los 35 años, tras mucho tiempo encadenando trabajos que nada tenían que ver con la música. Con año menos hizo lo mismo Matt Berninger, hasta que decidió dejar la publicidad para encabezar una de las bandas más emotivas y únicas del rock actual, The National.
Lo mismo le pasó al tipo que tengo enfrente. Sebastián Llosa tiene una de esas sonrisas que van acompañadas de un brillo tremendo en los ojos. Hoy está en la radio para presentarnos sus primeras canciones. Este peruano de 24 años apenas comienza su gran sueño musical tras dejar la carrera de Económicas y decidir que, en lugar de cuentas, quería hacer canciones. “Estudié economía e intenté trabajar en finanzas… Pero no es lo mío, y me di cuenta de que fui muy infeliz haciéndolo. Lo mío es componer y cantar”, me explica.
Sebastián es hijo de una músico (la cantante y compositora Roxana Valdivieso) y un cineasta (el director Luis Llosa), así que este ambiente tan artístico fue en realidad un arma de doble filo para él: “La influencia que tienen mis padres te expone a su mundo desde muy pequeño. Crecí escuchando lo que considero buena música gracias a mi madre, que es cantante. El lado malo de eso es que todo artista sabe lo difícil que es serlo y por eso prefiere tener hijos empresarios o abogados. Crecí escuchando eso de “los artistas se mueren de hambre”, así que también fue complicado tomar la decisión”, me cuenta entre risas.
Su familia no pasa desapercibida en España, ya que Sebastián es además sobrino del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, con el que mantiene una excelente relación. ¿Supone una “presión” extra llevar a cuestas este apellido? “No me pesa, pero es un factor importante. Cuando se inicia una carrera teniendo una familia así siempre eres “hijo de” o “sobrino de”, pero eso no me molesta. Para mí es un privilegio haber crecido con esta familia, que ha sido una influencia artística muy importante. Es mucho más positivo que negativo”, confiesa.
Su primer éxito viral
Si le buscas en plataformas de streaming encontrarás una canción, “Let Me Go”, que ya sobrepasa las cinco millones de reproducciones. Se trata de una colaboración con la actriz Stephanie Cayo y el músico Bravvo, que terminó liderando tops de viralidad en varios países de Latinoamérica. Este exitazo de pop electrónico ha supuesto un nuevo rumbo en el que Sebastián quiere ahondar, aunque sumando una nueva apuesta: Cantar en su idioma natal. “Antes solo hacía música en inglés, y tiraba más al soul o al blues. Ahora quiero hacer un pop que incorpore elementos de eso, pero que suene mucho más moderno, y además en español”, me explica.
Hasta llegar aquí, Sebastián Llosa ha tenido que descubrirse a sí mismo y asumir su condición de artista. De hecho, las inseguridades fueron las que le terminaron revelando que debía apostar por sus inquietudes: “Tomé la decisión a partir de un momento en el que lo pasé muy mal. No sabía lo que quería, e incluso me escondí de la música. Cantaba cuando nadie me escuchaba y era realmente infeliz. Eso cambió un día que me permití, por primera vez en mi vida, grabarme tocando una canción. Era “Redemption Song” de Bob Marley. Se la empecé a enseñar a la gente por primera vez y la reacción fue tan buena que me lo terminé creyendo. No me estaba engañando”.
El salto al castellano
En los próximos pasos de Sebastián está “Te tengo que olvidar”, una canción delicada y emotiva que destaca por la presencia majestuosa del piano y por un estribillo de esos que se instalan en la cabeza durante mucho tiempo. Es su primera canción en castellano, la que marcará el futuro de su música: “Cuando la escribí me sentí tan a gusto y me sonó tan personal que ya me quedé enganchado a escribir en español”.
“Cantando en inglés te pones un caparazón que te hace menos vulnerable”, admite Sebastián, que grabó esta nueva canción junto al italiano Ettore Grenci, productor y compositor para nombres importantes de la música latina como Reik, Marc Anthony o Luis Fonsi.
Entre sus planes también está vivir en Madrid, ciudad de la que se reconoce enamorado desde que pasó una época como becario del diario El País. Dice que aquella fue una de esas experiencias que vivió “cuando no sabía qué quería hacer” con su vida. Ahora regresa a la ciudad teniendo las cosas claras y la intención de atreverse a todo por el talento que por fin reconoce en el espejo.