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¿Es C. Tangana el hombre del año?
El “Becerro de Oro” contemporáneo
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"Decidí convertir mi vida artística en mi vida profesional". Estas son las palabras con las que C. Tangana presenta La Construcción del Ídolo.
Precisamente Ídolo es el nombre de su primer álbum de estudio, bajo el sello de Sony Music.
Con este trabajo ha conseguido empapelar la Gran Vía madrileña. Si hasta hace poco tiempo era recurrente en los locales más underground de Malasaña, ahora C. Tangana es uno de los cantantes del año en España.
Saca este disco huyendo de las limitaciones de lo físico, en un debut en un formato completamente digital. Y lo hace, además, presentándose desnudo ante su público.
El sexo, las drogas, la vida lujosa, los coches caros, el dinero, el ego, el orgullo y la arrogancia. Estos son los principales temas que trata en el setlist de Ídolo. Un disco, que por cierto, no es barato.
"He firmado el contrato más caro en España de to’ el gremio", canta Pucho en Espabilao. Desde luego: los "ceros" de su cuenta bancaria se han multiplicado en el último año. Ha conseguido colarse en el mainstream de este país y así se ha convertido en el Becerro de Oro.
"Este verano vi al Becerro de Oro, yo era el Becerro de Oro. Esa forma falsa de admiración, el famosillo".
Mala Mujer lo ha colocado en el número uno de ventas en España, en lo más alto de las listas musicales de nuestro país.
¿Nuevo pop? Podríamos llamarlo así. De hecho, así quería llamar él a su disco. Pero, como él afirma, "lo que yo quiero ser en la vida, todo eso, ha cambiado". El C. Tangana de hace un tiempo ya no es el C. Tangana de hoy en día.
"Soy el hombre del año, sé que to's lo veis", reza en Tiempo. ¿Es, verdaderamente, el hombre del año?
Musicalmente podríamos asumir que sí.
C. Tangana ha conseguido hacerse hueco en la industria sin formar (en un principio) parte de ella. Pucho siempre ha dicho que había que cambiar esta industria en España y con su música lo está consiguiendo: el trap, el rap y los sonidos más urbanos están más presentes que nunca. Y él ha sido pionero.
A todo esto le acompaña una imagen perfectamente construida de abajo a arriba. C. Tangana se presenta como el JAY Z español: maneja los contratos más caros, es dueño de su música y su irreverencia es marca de identidad. Es el "caballo ganador".
Pero lo difícil no es llegar a la cima, sino mantenerse. C. Tangana ha sacado el disco que ha querido, la imagen que ha construido es muy inteligente y para muchos se ha convertido en un "ídolo". Eso sí, todo esto puede ser sólo una moda más de esas que él tanto huye.
Esto sólo es el principio en el mundo que él considera el mainstream. Ahora hay que ver si C. Tangana se mantiene o si acaba como el Becerro de Oro: fundido, destruido y sin adoración.