'Ring Circus' es poesía visual

Un viaje viñeteado que no querrás terminar

Hoy tenemos sobre la mesa ‘Ring Circus’. Un integral que recopila los cuatro volúmenes originales que firmaron David Chauvel y Cyril Pedrosa entre los años 98 y 2002. Álbumes franco-belgas, tradicionales, de 46 páginas, esta vez recopilado en formato reducido (no me preguntéis porqué, es el único “pero” que tengo con esta edición).

La historia de Ring Circus es la historia de Jerold y Anthonin, dos jóvenes rebeldes; el primero algo más “bala perdida” que el segundo, que deciden “liarse la manta a la cabeza” y unirse al Ring Circus, que visita su ciudad.

Jerold cegado por el amor fulminante que siente al ver a la jinete del circo y Anthonin porque lleva mal su carrera de medicina y su padre le acaba dando ‘la patada’ de casa para perderle de vista; ambos tienen su pequeña razón para empezar una nueva vida cargada de emoción en el peregrinaje que hará el Ring Circus hasta la ciudad de “San Petresburgo”, donde les espera el “Zarísimo de Ruskovia”.

Por el camino, Jerold y Anthonin encontrarán amor y desamor, asesinatos misteriosos, ataques de animales salvajes y demás historias que Anthonin escribirá en su diario y os contará a vosotros, lectores. Una historia, ante todo, muy amable y fácil de leer que cautiva y que, de alguna forma, puede dejaros perdidos llegada a su final.

Es difícil de explicar, pero no todas las historias tienen porque “terminar”; las hay que ofrecen un fragmento de vida, que os dejan entrar y os invitan a salir algún tiempo después… y eso es algo que puede resultar ‘molesto’ para ciertos lectores que esperen una conclusión después de un bonito viaje. No hay que demandar, hay que dejarse llevar.

En todo caso, Cyril Pedrosa hace que la travesía dictada por los guiones de Chauvel sea inolvidable. Cada dibujo del artista francés es, ‘per sé’, una obra de arte independiente. Cuando juntas 10 o 12 viñetas en una misma página, el impacto visual puede resultar abrumador.

Un dibujo pintoresco, con un fuerte estilo “cartoon”, tremendamente expresivo y llevado al color de forma artesanal con el mayor de los cuidados, con acuarelas en el caso de los tres primeros volúmenes y digital para la conclusión (¡qué rabia!).

De verdad os lo digo, cada cielo, cada juego de nubes, esas escenas nocturnas en las que sólo existe la luz del interior de una de las caravanas; el dibujo de Pedrosa hace que Ring Circus sea material de archivo incuestionable; aunque la novela tratara de “nada”, daría igual, como libro de arte sería una biblia.