Especial
3 formas de salir de fiesta. ¿Cuál es la tuya?
Repasamos los fiestones que se pegan los de la generación X, millennials y generación Z
Los tiempos cambian... Y se nota mucho. Los contrastes entre generaciones cada vez son más grandes. Alguien de la generación X tiene muy poquito que ver con los de la Z. Y si no, mira cómo salía de fiesta cada uno.
Los de la generación X tenían un día concreto para salir. El viernes era el momento, olvídate el resto del tiempo... Acudían a los discopubs de siempre como el Arcoíris o Punto de Encuentro.
Se pedían un Lugumba o un buen Torombolo para ponerse a tono. Luego se fumaban un par de pitis dentro del local, iban a desayunar (sagrado) y llegaban a casa con todo el olor encima... Total, al siguiente día bien te podías poner la misma camisa porque sí o sí ibas a oler a tabaco.
¿Qué pasó luego? Que llegó la generación de los Millenials (los Millenias veteranos ojo, de los que nacieron en los 80). El ritual empezaba cuando le hacías un llama-cuelga a tu amiga para avisarle de que ya bajabas. Te ponías los tacones en la puerta y a salir.
Llegabas a una macro discoteca, cogías el abanico que te regalaban en la puerta y empezaban los bailes. Lo más importante, la música. O sonaba bakalao o ya te podías ir a casa. Y mientras se bebían su Malibú con piña iban diciendo todos a una: ''subidón, subidón, subidóóóón''. Atención porque si se animaba mucho la cosa se subían al pódium para bailar delante de todos. Así acababan, por todo lo alto (madre mía de mi vida...).
¿Y qué hacen los millenials más jóvenes o la generación Z? Se ponen a escuchar C. Tangana, ven un par de capítulos en Netflix. Encienden Chromechast y abren Apple Soter para bajarse Tinder. Suena un poco de trap, le hacen match y se van a tomar un kebab con su cita.
Su ligue les deja tirados, nadie le contesta a los Dms y encima le bloquea al que tenía de reserva... Pilla un uber y vuelve a casa... Otra vez a Netflix...
No se, yo espero que haya vida más allá de estas tres maneras de salir de fiesta porque... ¡madre mía que lástima de vidas! (jejeje).