Cuatro ocasiones en las que Cate Blanchett demostró que nadie puede callarla
La última ha sido recogiendo un premio por su estilo
Un día normal en la vida de Cate Blanchett puede incluir una entrega de premios en la que se reconozca que es una de las actrices con más estilo del panorama actual. Y puede incluir, también, un discurso en el que la primera actriz australiana en ganar dos Oscar ponga los puntos sobre las íes.
Feminista desde mucho antes de que los medios de comunicación se adueñaran del calificativo la actriz no se calla ante el machismo que tiene que soportar día a día y esta semana lo ha vuelto a demostrar con un rompedor discurso en una entrega de premios de la revista Instyle.
Por ello recordamos éste y otros momentos súper feministas y atrevidos en la carrera de Cate Blanchett.
Cuando reivindicó su derecho a vestir sexy:
Blanchett recogía un premio como icono de estilo de la ya citada revista InStyle. Blanchett daba un discurso que se ha viralizado en los últimos días en los que comenta que el vestirse sexy no se hace a la búsqueda de sexo sino por sentirse bien. Blanchett volvía a ganar.
Cuando se encaró a un cámara en la alfombra roja:
En los premios del Sindicato de Actores la actriz fue entrevistada en la alfombra roja y uno de los cámaras hizo un barrido desde sus pies hasta su cabeza lo que no sentó nada bien a la actriz quien preguntó si eso también se hacía con los tíos. Spoiler: No.
Cuando mandó a Julia Roberts a mamarla:
A Parla. Era la vez en la que recogía su segundo Oscar y la adrenalina de la australiana la llevó a gritar un suck it a Julia Roberts que no explicó hasta un año después en el programa de Jimmy Kimmel. Simplemente se trataba de dejar atrás 2013 que había sido atroz para las dos intérpretes pero el mundo lo interpretó como que había mandado a tomar viento a una de las actrices más odiadas de Hollywood.
Cuando terminó una entrevista porque no estaba para tonterías:
En 2015 la actriz interpretó a la villana de Cenicienta y mandó a tomar viento a un periodista que le preguntó cómo había sido rodar con una correa. Sí, y la comparó con cuando intentaba ponerle la correa a un gato. Normal que diera por finalizada la entrevista.