Call of Duty vuelve a sus orígenes

De nuevo a la segunda guerra mundial

¿Cansados de los super saltos y las armas futuristas? Ningún problema; Activision nos lleva de nuevo a Normandia. No podemos decir que no hayamos estado antes, pero sí podemos asegurar que nunca antes lo hemos vivido de esta forma.

Es el entorno gráfico lo que se gana de nuevo el justificante para enseñar “más de lo mismo” y consigue que lo hagamos de buena gana, porque la historia y el desarrollo del juego no consigue salir de la tónica habitual; los entornos cerrados, los pasillos y el “inténtalo de nuevo” cuando algo sale mal en el guión de disparos.

La historia arranca con la preparación para el desembarco en las playas de Normandía. Call of Duty WWII intenta dar lo mejor de sí para crear algo de empatía con los cuatro personajes que presenta aunque, lamentablemente, el doblaje al castellano acaba jugando en contra de ese intento.

Al final, nos quedamos con una historia que, si bien puede tener mucha novedad narrativa para tratarse de la segunda guerra mundial (ya hace mucho que no visitamos esa época y todo ha mejorado muchísimo), acaba cayendo en las trampas habituales de la saga: alguna secuencia de infiltración, algún eventito de respuesta rápida para romper la monotonía y, sobretodo, tiroteos y escenas de acción bien coreografiadas.

Sabéis ya, pues, que la campaña no tiene nada nuevo para vosotros, más allá de las (más de) seis horas de segunda guerra mundial en alta definición y glorioso apartado técnico, que para muchos (que llevan un año esperando) ya debería ser suficiente.

Es entonces el modo multijugador lo que, como siempre, se lleva el gato al agua estas navidades; la posibilidad de meter un disco en la consola y no sacarlo por meses.

La novedad que más llama la atención: el “modo Guerra”, que nos obliga a la co-operación, al juego de equipo, y que nos pide ir cumpliendo objetivos diferentes en mapas mucho más generosos de lo que acostumbra a darnos Activision para el modo online.

Lamentablemente, sólo tendremos tres mapas (uno de ellos Normandía) para este modo que parece el mayor soplo de aire fresco para la franquicia; pero bueno… en el online cada partida es única.

Otra de esas novedades que salta a primera vista es el “Cuartel General”. Una zona de descanso para explorar y recrearse en la que matar los tiempos de carga y el matchmaking que hasta ahora matábamos en pantallas con texto. Es algo parecido a la torre de Destiny pero con más cosas para hacer.

Por lo demás en el online; los modos de siempre, clases de personaje versátiles para todos los jugadores, el juego más rápido que nos ha dado la franquicia (se muere muy rápido y se vuelve a la batalla igual de rápido) y las famosas “Loot Boxes” de recompensas aleatorias que mejoran conforme nuestro personaje crece.

Como guinda para el pastel, tenemos el ya clásico “Modo de Zombis”, que serán Nazis en este caso. Titulado “El Último Reich”, como siempre, co-operativo para cuatro jugadores que, encerrados en un enorme mapa, tendrán que superar hordas de zombies una tras otra.

¿Veredicto? Pues, poco o más o menos, lo que esperabas de Call of Duty. La fórmula de siempre en el contexto de entonces. Visualmente espectacular (siempre a 60 frames por segundo), con una campaña que cumple (pero que puede llegar a aburrir a aquellos que esperen algo diferente) y, eso sí, un modo online en condiciones que puede daros meses de juego y convertir la inversión en el disco de Call of Duty WWII en la mejor de vuestro año.