Bronca monumental en la broma de San Bernardino

Merecido se lo tenía porque esto no es ni medio normal

En principio, todo empieza muy bien. El marido hace creer a su mujer que está detenido porque la ha liado y ella ahí va, aguantando como una campeona. Incluso cuando le dicen que debe pagar una fianza de 3.000 euros no pierde la calma. 

Todo iba hasta que Andrés, compinchando con San Bernardino, se empieza a volver un poco loco y claro, a ella le entran los nervios. Tan nerviosa está que se traga que tiene que comprarle a su marido una bata de presidiario y unos calcetines a rayas.

En fin que la pobre víctima de la broma acaba chillando a San Bernardino como si no hubiera un mañana.