Especial
Anna Todd: “Si dejas de gustarle a tu novio por no enviarle ciertas fotos es que no es el novio adecuado”
La autora de ‘After’ vuelve
Muchas adolescentes de varias generaciones han leído Mujercitas, el clásico de Louisa May Alcott que retrata a cuatro hermanas muy diferentes y avanzadas para su época. Un libro con muchas adaptaciones tanto literarias como cinematográficas.
Anna Todd, que se convirtió en una autora de best seller con After, su fanfiction sobre Harry Styles, rinde homenaje a esta novela romántica que moderniza en Sisters, su último lanzamiento.
Coge su historia y sus nombres para crear una nueva vida para ellas en este siglo XXI en el que busca la tolerancia ahora que con Donald Trump, en su país, no está a la orden del día.
La autora ha estado en nuestro país para presentar su novela y hablar de todos los aspectos que la rodean más allá de las relaciones románticas: el sexting, el bullying, las relaciones interraciales, el alcoholismo, el ejército… tiene sus propias ideas y no le importa ofender a nadie con ellas.
¿Cuándo leíste por primera vez Mujercitas y cuál fue tu primera opinión?
Lo leí por primera vez cuando estaba en octavo así que tenía unos 13 años y mi primera impresión fue ‘uauuuu’. Sentí que conectaba muchísimo conmigo con esa edad, podía identificarme con los personajes y no hacía más que preguntarme ‘¿por qué no habrá más libros como ese de chicas?’.
De las hermanas March, ¿cuál era tu favorita?
Jo es mi favorita. Me encantaba que fuera tan progresista, tan independiente, tan avanzada, sabía lo que quería y no tenía miedo de nada.
¿Qué es lo que más te gustó de aquel libro de Louisa May Alcott?
Creo que el leer sobre una familia como esa, tan diferente a la mía. Recuerdo pensar ‘ojalá tuviera estas hermanas’. Era como si yo estuviera dentro de la propia historia.
¿Tú no tienes hermanas?
Tengo una pero no es como las hermanas March.
Si tú eres Jo, tu hermana, ¿quién sería?
Amy (risas).
Lo sitúas en una base militar. Tú viviste en una, ¿cómo recuerdas esa etapa de tu vida?
Es una cultura tan distinta de la del resto de país… Es como un mundo extraño, muchas de las esposas no pueden trabajar porque el cuidado de los niños es muy caro y los maridos nunca están… es una tensión constante. No me gustaba demasiado vivir en una base militar.
Mi marido estuvo en Iraq tres veces y existe ese sentimiento de ansiedad cada vez que tenía un destino. Se iba un año entero y te pasas todo el día pensando si todo va a estar bien y todo el mundo tenía el mismo sentimiento, era deprimente.
Mientras las otras mujeres se dedicaban a cuidar a sus hijos, tú te dedicabas a escribir, ¿no?
Sí y también trabajé. Para mí era difícil hacer amigos porque las personas de mi edad eran super salvajes y los que eran mayores tenían hijos. Yo estaba en medio y no tenía amigos así que, trabajé mucho y escribí.
A ti la literatura te ha cambiado la vida, ¿cómo crees que hubiera sido de no haber existido After?
Muy aburrida (risas). No lo sé. No quería trabajar para el Gobierno pero quería un trabajo de verdad así que, probablemente hubiera acabado trabajando para el Gobierno.
Pero gracias a After he tenido la oportunidad de mudarme a Los Ángeles y mi marido ha salido del ejército, así que, él probablemente se hubiera tenido que quedar y hubiera sido un cambio enorme, sobre todo ahora con el presidente que tenemos, no quiero que esté en el ejército.
Uno de los personajes que más me ha chocado es el de la madre. Superada por la presión familiar recurre a la bebida, ¿por qué no hacerla más fuerte?
Creo que la mayoría de las madres que conocía en las bases militares solían beber mucho y quería retratar a las chicas que tienen que lidiar con eso. Cuando estaba creciendo tenía que hacer de madre de mi propia madre que también bebía mucho.
Quería añadirles una capa extra a las hermanas para ver qué pasaría si ellas tuvieran esta otra responsabilidad porque en el original hay responsabilidades pero no tan bestias como aquí.
Meg representa a la chica que quiere estar perfecta siempre y que su único sueño es ser esposa y madre, ¿eso no es más de tiempos de Alcott que de los nuestros?
No, pero lo hice aposta. Creo que hay muchas mujeres que sí que encuentran la felicidad en ser madres y casarse y creo que lo mejor que nos ha traído el feminismo es la posibilidad de elegir.
Quería tener este personaje para que las chicas que son así se pudieran identificar con ella. Quería tener una chica para todas. Hay muchas chicas que siguen siendo como Meg.
Cuando crece tiene otra historia a la que todavía no hemos llegado en este libro.
Lo que sí es más de nuestro tiempo es esa falta de tabúes a la hora de hablar de sexo aunque yo veo a Amy demasiado espabilada, ¿no? Solo tiene 12 años y ya habla de tíos buenos.
Creo que en Estados Unidos es un personaje muy realista sobre todo ahora que hay internet. Crecen rapidísimo. Crecen más rápido de lo que lo hicimos nosotras. Las chicas de 12 años no tienen nada que ver ahora con las de antes.
Yo con 12 años ya tenía novio, todas mis amigas tenían novio, no teníamos relaciones sexuales pero nos encantaban los chicos. Tuve mi primer período a los 10 años y ya tenía pecho, me estaba desarrollando… creo que es realista, da un poco de miedo pero es realista.
También insinúas una posible relación homosexual para Beth, eso también hubiera sido impensable hace 150 años.
Sinceramente me sorprendió a mí misma cuando me di cuenta de que era homosexual, era como ‘venga, pues vamos, ahora ya no la podemos matar’. Es super moderno sobre todo hoy en día en el que los adolescentes están mucho más abiertos respecto a sus sentimientos.
Está claro que ella es homosexual pero tiene 15 años, está, sobre todo, aprendiendo.
En las bases militares te lavan el cerebro para que creas ciertas cosas.
De todas formas no sólo es hablar de homosexualidad sino hablar de homosexualidad en un entorno militar, eso es más tabú, ¿no?
Estados Unidos no es tan progresista como yo creía y es algo que se está demostrando. El personaje de Meredith, a pesar de que es débil y bebe bastante, quería que fuera alguien tolerante y no tiene un segundo pensamiento cuando entra un hombre negro en el cuadro, cuando su hija es homosexual.
En las bases militares te lavan el cerebro para que creas ciertas cosas. Todo trata de ser igual que los demás y todo tiene que ver con ser el macho y quería empujar esas fronteras para demostrar que no todo el mundo es así y para demostrar que no todo el mundo es homófobo y racista y que hay gente como Meredith.
En Estados Unidos el tema interracial tiene su punto polémico por los episodios de violencia que nos llegan, ¿no?
Totalmente, pero quiero hablar de cosas así. Mi marido es negro y para mí fue muy terapéutico. Algunos de mis lectores apoyan a Trump y son racistas y tengo esta oportunidad de hacer que lean algo que quizás nunca hubieran leído.
Si les digo que en el libro hay una relación interracial puede que no lo lean pero no tengo ningún problema a la hora de ofender a la gente. Si lo que te ofende es un personaje negro entonces tu opinión me da igual. Mi siguiente libro (no de esta saga) es una relación interracial, todo el libro va sobre eso.
Jo es más de nuestro tiempo. Una mujer que antepone sus sueños al amor, ¿eso se puede ver como un avance de la mujer o no?
Creo que es muy importante porque por muchas Meg que haya en el mundo, también existen las Jo. Ahora las mujeres tienen la oportunidad de enfocarse sobre sí mismas primero y luego encontrar un marido y por eso me encanta.
Tú, te casaste muy joven, ¿nunca te has arrepentido de no haber vivido más antes de hacerlo?
No, nunca. Cuando me casé, no lo pensé. Podría haber sido un desastre pero hemos crecido juntos y es como tener un mejor amigo que a la vez es mi marido. El hecho de que le destinaran tantas veces, hizo que estuviera sola durante 3 años en nuestro matrimonio y eso me enseñó mucho sobre responsabilidad.
Yo recomiendo no casarse a los 18 años. A mí me funcionó pero no es lo típico.
Pasé de estar en el instituto a tener que pagar mi alquiler y mis facturas y a ser adulta y eso parecía muy natural. Es verdad que podía haber sido un desastre pero para mí fue una buena elección. Yo recomiendo no casarte a los 18 años, a mí me funcionó, pero no es lo típico. Los amigos que se casaron con esa edad ya no están casados o no con la misma persona.
Meg tiene que pagar por un error del pasado porque internet hace imposible olvidarlo. Un mal de este tiempo, ¿no?
Creo que ahora con los teléfonos tenemos demasiado poder. Los chicos tienen demasiado poder y las chicas lo tienen pero no lo tienen. A mí me pasó aunque por suerte era diferente.
Crees que tu novio es el amor de tu vida cuando tienes 15 años y tardas un segundo en enviarle algo que te cambia toda la vida. Eso cambia a Meg como persona y cambia la manera en la que mira a los hombres.
Internet es buenísimo pero muy peligroso a la vez y me gustaría que fuera un tema de debate, sobre todo para las chicas. No envíes esas fotos a tu novio y si por eso dejas de gustarle, es que no tienes el novio adecuado.
Veo las fotos que postean mis lectoras y veo tantos hombres mayores…no es seguro.
Y el sexting lleva al bullying, otro mal muy arraigado en nuestros días.
La cantidad de bullying sexual que ocurre todos los días en el mundo es una locura. Me acuerdo de mis días de instituto, la cantidad de veces que como tenía pecho me hacían bullying sexual… En aquel momento no me daba cuenta porque pensaba que le gustaba a los chicos pero realmente me estaban acosando.
La cantidad de bullying sexual que ocurre todos los días en el mundo es una locura.
Pese a todas las discusiones entre hermanas, que son muy diferentes, se les hace difícil imaginarse las unas sin las otras, ¿valor de la familia?
Creo que sí. Creo que ellas siempre se tendrán las unas a las otras y siempre tendrán esta relación familiar. Yo tengo una hermana que es como Amy y una madre que es como Meredith, pero sin ser responsable, así que cuando yo crecía estaba sola, pero ellas siempre tendrán a alguien pase lo que pase.
En la novela original Jo no acaba con Laurie sino que lo hace Amy, ¿eso es lo que podemos esperar en un segundo libro?
Noooo. Amy no se va a casar con Laurie, eso no va a pasar. Es lo primero que tuve claro. No sé con quién acabará Jo al final porque no lo escrito pero sí sé que Amy no acabará con Laurie.
Hablando de Amy, es imposible que nos caiga bien. Demasiado consentida, precoz, egoísta… ¿le sacarás algo bueno?
Creo que sí, creo que a medida que se haga mayor… Tengo ganas de ver cómo será de mayor porque creo que será diferente. Será siempre una niñata pero hay gente en este mundo que simplemente es así. Tiene 12 años y va a crecer. Siempre lucha por tener la atención y mirando a sus hermanas y en cierto modo entiendo por qué es tan desagradable.
¿También tuviste claro desde el principio que no iba a estar presente el drama de la enfermedad de Beth?
Sí, el motivo principal es porque me encanta Beth y ahora hay demasiadas historias y películas con alguien enfermo, desde John Green a… no quería que pasara eso.
El libro es muy rosa, con muchas flores, y salvando los estereotipos… ¿está pensado sólo para mujeres?
Claramente. Lees el libro y todo tiene que ver con flores. El nombre del instituto, de la base, de la calle, todo es una flor. Se supone que las chicas están como floreciendo y por eso elegí Spring como apellido. Mi público es femenino, es verdad que hay algún chico en Latinoamérica y creo que les podrá encantar también pero, está pensado para chicas.
Los chicos tienen todo lo demás, necesitamos cosas que sean sólo para chicas.
¿Para cuándo la segunda parte?
He empezado a auto publicarme, he dejado a mi editor en Estados Unidos y eso es muy divertido, ahora tengo el control de todo. Puedo elegir cuando quiero escribirlo pero tengo otra serie que va a salir en julio o agosto y la segunda parte saldrá como por estas fechas el año que viene.
Tienes una agenda muy ocupada de aquí al año que viene, ¿todavía te quedan horas para leer?
Sí, siempre me aseguro tener tiempo para leer porque si no lo hiciera no podría escribir.
¿Tu último descubrimiento?
Hay un libro que se llama Todas las cosas feas y maravillosas. No es romance, es un libro oscuro con el que me identifico mucho. La madre es una adicta a las metanfetaminas y cómo está escrito es una historia muy tabú, ella es joven y su pareja es mayor y tiene un hándicap y me hizo sentir cosas que muchos libros no consiguen.
También me releo El jinete de Bronce (Paullina Simons). Siempre que leo un libro que pienso que no estaba mal vuelve a leer este libro.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...