Especial
Así fue el día en el que conocí a Hugh Jackman
Y del que todavía no me he recuperado del todo
Cuando yo era un adolescente con las hormonas revueltas al que le encantaban todas y cada una de las películas que podía ver en la televisión de entonces – y ese entonces ya es de hace muchos años – una película me llamó ampliamente la atención. Se trataba de Operación Swordfish y en ella los protagonistas eran unos entonces casi desconocidos Halle Berry y Hugh Jackman.
Era el año 2001 y ni Berry ni Jackman eran lo que son a día de hoy. Imagino que por ello las escenas lúbricas y la poca ropa eran lo normal. De hecho el australiano no recibiría su primer Oscar hasta doce años después por el musical de Los Miserables y su cuerpo no era el que vimos en la última entrega de X-Men en la que los músculos, sus entrenamientos y su actitud ante la interpretación eran casi más noticia que su trabajo.
Eran otros tiempos y yo era otra persona también. Ahora, dieciséis años después de aquel primer contacto - ¡Ja! Ya me hubiera gustado... - con el bueno de Hugh puedo decir que lo he conocido. De acuerdo, no fue personalmente pero puedo decir que he estado sentado a escasos metros de él. Y por escasos puedo afirmar que fueron menos de dos.
Hugh Jackman lleva la voz cantante (perdón, tenía que hacerlo) de El Gran Showman, su última película, y también baila y vuelve a hacer gala de sus dotes como actor de musicales. La película está dirigida por el debutante Michael Gracey y es una producción de gran presupuesto que cuenta con Michelle Williams, Rebecca Ferguson, Zac Efron o Zendaya – además del citado Jackman – entre los protagonistas.
Y esa fue la excusa por la que Hugh Jackman pasó por Madrid unas horas hace ahora casi tres semanas. Sí, por si no lo sabías los periodistas de cine - y en general - tenemos que trabajar con muchas semanas y a veces meses vista porque las agendas de las estrellas de Hollywood son las que son y nos hacen casito cuando pueden.
En esas horas en las que Hugh estuvo en España – exactamente no sé cuántas aunque podría preguntar – hizo lo que todo actor o actriz que pase por nuestro país tiene casi la obligación de hacer: Pasar por El Hormiguero. Y en otro momento se sentó con veinte periodistas españoles que tenían muchos minutos para formular las preguntas que consideraran oportunas.
A pesar de llevar muchos años tratando con estrellas de igual o mayor calibre que el propio Jackman lo cierto es que recibir la confirmación de que yo – en nombre de LOS40 – estaba invitado a compartir la sobremesa con el australiano me llenó de orgullo. No estaba todo el mundo, era un momento especial y, además, El gran showman es uno de los estrenos más importantes del año.
Así que vimos la película en unas oficinas secretas y, después, acudimos todos los informadores en manada a un hotel de los más lujosos de Madrid. Y se abrió la puerta y apareció Hugh Jackman. Por supuesto han pasado muchos años desde que yo lo conociera en Operación Swordfish pero el magnetismo es algo con lo que se nace y Hugh lo sigue teniendo dieciséis años después. Era (mi) nuestra manera de cerrar un ciclo.
¿Mi pregunta? Sí, quise saber si el mensaje de El Gran Showman, en el que se aboga por la aceptación del diferente, del paria, en la sociedad era más importante hoy que nunca. Y Jackman me contestó que sí, que tal y como estaba el mundo a día de hoy tanto política como económicamente había que abogar por un mensaje inclusivo en el que todas las minorías se sintieran representadas.
Gracias, señor Jackman, otra respuesta hubiera viralizado el artículo y nos hubiera dado muchos clics pero mejor demostrar que todo lo que tiene de bello lo tiene también de bueno.
Y así fue, más o menos, como se desarrolló mi encuentro con uno de los actores que más he visto en producciones y fuera de ellas en los últimos años. El gran showman, que a fin de cuentas era lo que nos ocupaba, se estrena el 29 de diciembre y promete ser uno de esos musicales de los que terminamos aprendiéndonos la letra y los bailes de sus números principales.
Una película perfecta para le época navideña y para los amantes del género.