Trap de colores inspirado en Melendi o los Jonas Brothers
Damed Squad es un trío del Vallés que no sabe de etiquetas ni tiene miedo a lo que digan. Ellos hacen música y punto
No nos gusta que nos tomen por números, que nos juzguen por las cifras que representamos. Muchos cuentos de terror futurista hablan del casi ya mítico miedo moderno a ser tratados como códigos de barras o números de serie. Anhelamos ser distintos, irrepetibles. Queremos reafírmanos en nuestra individualidad y sentirnos únicos, los reyes de la creación.
Pero como buenos seres humanos que somos (algunos no mucho) estamos hechos para llevarnos la contraria continuamente, para destacar por la incongruencia entre nuestras palabras y nuestros actos. Porque al mismo tiempo que nos asquea ser reconocidos por un todo y clasificados como insectos, somos los primeros en etiquetar todo y a todos, en colgar sambenitos para abreviar nuestras descripciones o simplemente porque no sabemos explicar objetivamente cómo es algo o alguien.
Y esto pasa, casi más que en ninguna materia, en el ámbito cultural y de los medios de comunicación. Los periodistas somos los reyes en esto de perdernos la verdad por tratar de esconderla en clichés o frases que pasen a la historia. Que si esto es berlangiano, que si Belén Esteban es la princesa del pueblo, que si eres una chica Almodovar, que si Fernando Torres es el Niño aunque casi peina canas…
si eres alguien de la escena alternativa, es difícil salir de ese pequeño círculo y saltarte todas tus etiquetas
La música no se libra para nada, más bien al contrario. Nos encantan los apelativos como rey o princesa del pop o del rock, o motes para toda una vida como ‘the boss’ o ‘la voz’. Y esto no sería tan duro porque guarda aun cierta gracia e inteligencia. Lo peor son las etiquetas para clasificar estilos musicales y a sus representantes. Si algo es mainstream o comercial, se queda con ello toda la vida, y los más modernos lo repudiarán siempre. Pero es más grave al contrario: si eres alguien de la escena alternativa, es difícil salir de ese pequeño círculo y saltarte todas tus etiquetas. Pocos se atreven a luchar contra ellas, pero hay luz al final del túnel. Algunos lo están consiguiendo. C Tangana es uno de ellos. Y está abriendo el camino a otros muchos.
La llamada música urbana es una etiqueta que puede representar a muchos, pero es tan genérica que no tiene sentido muchas veces. En ella se incluyen desde reggaetón a trap pasando por el hip hop. Depende de quién lo diga y en que país o momento lo haga. Lo que es urbano aquí puede ser mainstream en otro sitio y viceversa. Y no hablemos del indie, de donde Amaral ha entrado y salido tropecientas veces en su carrera sin proponérselo. O más aún: ¿no es lo contracultural también cultura?
Voy a resumir, porque esto que parecía un triste ensayo sobre lo malo de las etiquetas en la música va camino de acabar siendo una elegía a ellas. Los que hoy os presentamos son 3 chavales de la corriente underground que muy pronto podrían salir de ella. Esta verdadera generación Youtube de músicos (no los que hacen covers famosos para salir en las búsquedas y petarlo) puede saltar a la palestra de un momento a otro, el boca a boca es imparable y el cada vez más rápido sistema de crear y fagocitar estrellas es voraz.
Se llaman Damed Squad, aunque en su casa y barrio responden individualmente a Mishii, Enry-K y Lil Moss. Dicen en Onovo, su disquera, que son jóvenes, divertidos y frescos. Más etiquetas prefabricadas, y a veces necesarias. Puede que tengan razón. Yo digo que hacen trap de colores, de sensaciones. Y eso de que de trap sé bien poco.
Su música suena a yanqui, pero también a Barcelona. Huele a horas de sintetizadores y apps sin licencia en un cuarto pequeño y oscuro en un barrio cualquiera. Sus canciones saben a asfalto y beats sincopados, y te tocan con atmósferas que te ponen la piel de gallina. Se respira curro y talento por los tres costados.
Damed Squad es arte urbano del de verdad, es tendencia antes de saberlo ellos mismos y puede que otro de los puntales de la creciente escena underground española. En los medios todavía no han aparecido mucho, pero lo han hecho de puntillas en lugares donde crecen este tipo de fenómenos: Tentaciones, Vice, Tiumag o el programa más loco en la radio musical, Yu no te pierdas nada.
Esos mismos medios los comparan con dos revolucionarios de la escena norteamericana como Lil Yachty o Lil Uzi Vert. Pero en la revista más moderna de El País hablaron con ellos y salieron nombres que me dejaron con la mandíbula desencajada: decían inspirarse en artistas como, atención, Estopa, Jarabe de Palo, Melendi o los Jonas Brothers. Gripo.
Eso sí que es una antietiqueta, o burlarse de ellas. O lo mismo no, pero qué narices a contarlo en un medio viniendo de donde se viene. A lo mejor ahora se lleva el antipostureo, y yo no me he dado cuenta. No es lo más cool del mundo contar eso en una entrevista, de hecho no lo es ni reconocerlo ante tu abuela. Pero ellos lo hacen, y yo me quito el sombrero ante ello.
De todo se aprende, venga de donde venga, y lo más cracks lo saben porque es lo que te cuentan. Aunque es otro cantar que lo reconozcan en público. Por eso ya no me dan miedo las etiquetas, de hecho me van a acabar gustando y todo. Damed Squad son urbanos, cosmopolitas, modernos, jóvenes y alocados, son originales, traperos y revolucionarios, son músicos y productores de la escena barcelonesa, son innovadores en sus vídeos y su estilo, en el preciosismo de sus bases y el hedonismo de sus letras pero, sobre todo, son 3 personajes libres de etiquetas.
O no. Juzga tú mismo, que para eso has llegado hasta aquí abajo. Te dejo con uno de sus últimos temas para que te formes tu propia opinión, y para que le pongas las que tú quieras a tu gusto. Barra libre.