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Si eres de los que alguna vez se ha sentido invisible te emocionarás con esta historia
Y si no, también
Invisible, así se llama la última novela de Eloy Moreno, aquel hombre que recorrió prácticamente todas las librerías de España con una maleta llena de ejemplares de su primera novela. El bolígrafo de gel verde lo auto editó y lo dio a conocer con mucho esfuerzo hasta que llegó una editorial.
Desde entonces ya ha vendido más de 200.000 ejemplares de aquel debut. Fue el principio de una carrera literaria que tiene mucha presencia en las aulas de colegios e institutos.
Y es que, aunque no quiere revelar la historia de esta nueva novela, para no estropear el principio escrito a modo de puzzle, está claro que va destinado a los jóvenes, en primer lugar, y a sus padres, como consecuencia.
Y ahí radica uno de sus logros. “He conseguido un milagro, que dos generaciones comenten el libro en las casas, la de los padres y los hijos”, asegura.
En su historia, sobre alguien que se siente invisible, descubrimos que muchos somos responsables involuntarios de ese sufrimiento. El autor logra de una manera muy bella hacernos empatizar tanto con víctimas como con verdugos.
“Yo creo que en la noticia siempre vemos al bueno y al malo y nunca vemos lo que hay alrededor. Yo quería contar la historia desde puntos de vista distintos. Ver cada uno lo que sufre y lo que piensa. Hasta el monstruo puede ser una víctima”, cuenta.
#1. DESCONEXIÓN CON LOS JÓVENES
Tu protagonista es un joven que no sabe cómo enfrentarse a un problema, ¿crees que los adultos estamos muy desconectados de lo que les sucede?
Estamos desconectados por ausencia. Muchos niños llegan a casa y hasta las 8 o las 9 no hay nadie o están con los abuelos. Los padres hacen invisibles a estos niños porque no están con ellos. Hay una desconexión total.
Tú has pasado por muchos colegios últimamente, ¿qué es lo que más te ha sorprendido de esas nuevas generaciones?
Están muy ilusionados siempre y tienen muchas ganas de hacer cosas. Te das cuenta de que el mito de que no les gusta leer es falso. Cuando vas con el libro que les gusta les encanta hablar con el autor, debatir… lo que no puede ser es que sigamos poniéndoles lecturas que no son adecuadas para su edad.
Se sigue poniendo La Regenta, es de risa. No conectan con ellos y hacen que odien la lectura. Yo no creo que cuando Cervantes escribió El Quijote lo hiciera para un chaval de 12 años.
Los niños pasan muchas horas del día en las aulas, ¿crees que realmente sabemos todo lo que hacen allí?
Los padres igual no, los profesores sí y muchos lo ocultan por distintas razones. Por ejemplo en los centros privados, que tienen un estatus, es como que no puede ser que esté pasando nada. Lo he encontrado en la vida real. También hay lo contrario, si no, no podría sostenerse.
Tenemos demasiadas ideas preconcebidas sobre los jóvenes, ¿en qué crees que estamos más equivocados?
Yo tenía algunas ideas preconcebidas como que no les gusta la lectura, pero me he dado cuenta de que no es así. Pero luego sí que hay ideas que tenemos preconcebidas que son ciertas, como el tema de nivel de esfuerzo. Se va bajando el nivel.
#2. TAMBIÉN SE PUEDE EMPATIZAR CON LOS VILLANOS
Aquí, en general, dejas a los adultos en muy mal lugar. Interesados y despreocupados, ¿así somos en general?
Sí, somos así. Te podría contar mil historias pero somos así. Yo he oído a padres que dicen que llegan cansados de trabajar y se despreocupan de la educación de sus hijos y vuelcan esa responsabilidad en los profesores.
Detrás de un villano puede haber una historia que también conviene conocer, pero, ¿justifica sus acciones?
Que justifica, no. Que te hace comprenderlas, sí. A veces pensamos que alguien ha hecho algo sin sentido, pero hay algo detrás que lo puede explicar. Un crío no nace malo, hay circunstancias que marcan.
#3. LA SOBRE EXPOSICIÓN EN LAS REDES
Tú eres muy activo en redes, ¿qué te han dado?
Cuando empecé, que era invisible, no tenía acceso a nada. Solo tenía Facebook y cuando iba a las ciudades iba conociendo gente a través de las redes sociales.
Pero a veces, ser invisible, tampoco es tan malo. A veces me da la sensación de que se sobrevalora la visibilidad de uno, ¿no?
Ser invisible es malo cuando no quieres serlo y los demás te obligan.
Juegas con la reflexión sobre si uno se hace invisible o le hacen invisible. Al final, en la mayoría de los casos, no depende de uno mismo, ¿no?
Tú puedes desear ser o no invisible pero cuenta lo de los demás. En la fiesta más divertida del mundo puedes ser invisible. Es algo que no decides. Hay gente que ha leído el libro y dice que va a intentar tener los ojos más abiertos para darse cuenta de si, inconscientemente, está influyendo para que alguien sea invisible.
#4. LA ASIGNATURA DE GESTIÓN DE EMOCIONES
¿A qué habría que dar más visibilidad?
Quizás a los sentimientos, a las emociones. Están como tapadas. En las escuelas debería haber más asignaturas de emociones, que no las hay. Alguien está frustrado y no sabe salir de ahí y eso no se trabaja en las aulas. Si existieran, igual nos iría mucho mejor.
Otra de las reflexiones que sacamos es que hay que decir ‘te quiero’ en alto para que sirva de algo, ¿no?
Somos capaces de insultar a cualquiera rápidamente pero decirle ‘te quiero’ cuesta mucho porque no hay asignaturas que nos enseñen que eso es bonito y normal hacerlo. A un crío, a partir de 8 o 9 años, les da vergüenza decir ‘te quiero’ porque no está bien visto.
Al final, tu libro es un tirón de orejas a la poca implicación que tenemos, en general, con los que tenemos a nuestro alrededor, ¿no?
Al individualismo brutal totalmente contrastado con la exposición en las redes. Estás en contacto con mil personas que están a tu lado pero con las que no hablas más que por whatsapp. Virtualmente somos amigos de amigos de nuestros amigos, pero en la vida real estamos solos. Al final todo se pone en su sitio. A lo mejor llega el momento en el que te des cuenta de que merece la pena interactuar más con el que tienes al lado.
#5. EL FUTURO DE LOS MÁS JÓVENES
Una de las críticas veladas que hay en el libro es a esa idea cada vez más extendida en muchos jóvenes de convertirse en youtubers como opción de futuro.
Hasta que youtube diga que deja de pagar y ya no tengan nada. Antes era futbolista, torero y ahora es ser youtuber. Es fácil, se hace en casa y no hay que esforzarse demasiado. Hay que esforzarse para ser arquitecto, no para ser youtuber.
Cuando escribí este fragmento apareció la noticia de que google había cambiado los algoritmos de pago. Sigue habiendo el mismo pastel con cada vez más gente a repartir. Y cada vez habrá más y te hace pensar en que todo es muy efímero. Hoy está Facebook pero quizás mañana, no.
Aparte de eso hay que tener otra educación y no basarlo todo en eso porque si desaparece te quedas sin nada.
De hecho, tú reivindicas a los empollones.
Cuando escribe la palabra empollón y dice: ‘Todos los que os reís de él puede que mañana acabéis trabajando para él’. Eso es cierto, es una bofetada en la cara. Les dejas un poco descolocado porque es como ‘sí, ya… que yo voy a trabajar para ese empollón, seguro’. Y sí, a lo mejor ese es el tío que te va a dar trabajo y eso ahora, los chicos no lo tienen en la cabeza.
Parece que el que estudia es el raro… es la sociedad al revés. Hay documentales que recogen la historia de las civilizaciones y ves que cuando llegan a un punto álgido después solo queda caer. Ahora estamos en el declive.
No sé si la crisis habrá quitado a muchos la idea de que todo se compra con dinero, ¿tú qué crees?
Nada. Yo pensaba que sí iba a pasar, pero no. En Castellón muchos se dedicaban a la construcción. Muchos dejaron el colegio porque se ganaba tres veces más en la construcción. Luego llegó la crisis y pensabas que habría un escarmiento, pero no. No aprendemos.
Por cierto, que siendo una historia de niños, no podían faltar los superhéroes, los dragones, los villanos… una simbología que nos sigue acompañando de adultos, ¿no crees?
Cuando un adulto lee este libro no ve esos símbolos, ve a las personas. Ve que el dragón es un personaje, ve que el monstruo es un niño. Depende quién lo lea ve una cosa u otra. Un monstruo es una persona que te hace daño al que tienes miedo. Una luna es la persona que te guía, que te ilumina y en este caso es su hermana Luna. Jugué mucho con los símbolos. Al final, fantasía y realidad se junta, la escena del dragón no sabes muy bien lo que es.
#6. QUIEN LA SIGUE, LA CONSIGUE
En alguna ocasión has dicho que te sentiste invisible cuando empezaste en la literatura, pero al final te salió bien. ¿Qué te hizo no tirar la toalla?
Fueron meses muy duros. A veces llegaba a casa diciendo ‘yo esto lo dejo’. Pero de pronto en Facebook tenía un mensaje de alguien a quien le había encantado el libro. Yo siempre he pensado que hay libros muy muy buenos que no vamos a leer jamás porque hay muchos libros y en las librerías, cada mes los van cambiando. Hay más libros que lectores.
Yo pensaba, ‘cuántos libros va a haber buenísimos y que la gente no lea. ¿Y si mi libro es de esos que gusta a la gente y después de un mes desaparece?’. Y pensé que tenía que durar mucho. Así que estuve 8 meses recorriendo librerías. Conseguí que el boca a boca funcionara y, al final, llegó una editorial y en 2011 fue uno de los libros más vendidos en España. Lo principal es creer en tu trabajo.
De todas formas cuando conseguiste llamar la atención de las grandes editoriales, seguiste autoeditando alguno de tus trabajos, ¿por qué?
Porque soy así de raro (risas)… primero porque tengo el control absoluto de esos libros. Estoy contentísimo con las editoriales pero quería mantener esa pequeña parcela y saqué dos cuentos que son los que llevo a los colegios.
Y vendo mis libros en mi propia página web, las editoriales me dejaron.
Con los palizones que te pegas, tener un ejemplar de tus libros firmado no es algo muy exclusivo, ¿hay alguno que no hayas dedicado?
Lo raro es tenerlo firmado con un color que no sea el verde.
¿Supersticiones?
Steve Jobs iba siempre con el mismo jersey y no sería por dinero. Explicó que había comprado, para todos los trabajadores de Apple, un uniforme que llevaba este jersey pero que nadie se lo quiso poner. Los tenía guardados y para sacarlos provecho se los ponía él. Yo para el primer libro hice muchos bolis y los tengo en casa y dije que los iba a utilizar para firmar.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...