Especial
3 lecciones sociales que nos están dando los concursantes de ‘Fama, a bailar’
Los jóvenes participantes se convierten en un ejemplo
La nueva edición de Fama, a bailar está resultando un éxito en la televisión. Cada semana que pasa, los concursantes están demostrando un sentido de la responsabilidad y el trabajo cada vez mayor.
En cada gala demuestran el gran nivel que tienen, en cada reto dan el 100% de sí mismos y en la misma convivencia en la escuela están convirtiéndose en todo un ejemplo para la sociedad.
A pesar de su juventud, los bailarines están "educando" y están "dando algunas lecciones" que todos deberíamos tener en cuenta en nuestro día a día. Entre otras, queremos destacar estas tres.
Siéntete libre, sé tú mismo y no hagas daño a los demás
Si por algo se caracterizan los participantes es por ser respetuosos con el resto de compañeros. De hecho, hubo una conversación en la que hablaron sobre la libertad de cada uno.
Concretamente, centraron el tema en "salir del armario", en aceptarse a sí mismo y en los problemas que hay en la sociedad debido a la gente que no respeta ni deja ser libre al otro.
A pesar de estar en una competición, siempre hay que ser compañero
Otra de las grandes lecciones de esta edición. Sabemos que Fama, a bailar es un concurso en el que se lucha por ganar, pero eso no quiere decir que haya que pisar al otro.
Por ello, estos jóvenes siempre intentan ayudar a sus compañeros (y ya amigos), se aconsejan unos a otros y se apoyan. En esta conversación, por ejemplo, Wondy anima a Bea a abrirse al resto de sus compañeros y a no tener miedos.
No tengas miedo de emocionarte y mostrar tus sentimientos
Son jóvenes, pero eso no quiere decir que sean unos inmaduros. Los concursantes de Fama, a bailar no tienen miedo a sacar sus emociones más escondidas y a contar todo aquello que les bloquea.
A pesar de estar en una escuela en la que se ve todo, los jóvenes bailarines lloran, ríen, se desahogan... Vamos, que son un ejemplo de cómo gestionar las emociones para ser feliz con uno mismo.
Está claro que Fama, a bailar se ha convertido en un fenómeno social imparable. Indudablemente, una de las grandes virtudes del programa es el mensaje social que manda.
Tanto concursantes como profesores están haciendo todo lo posible para que los espectadores y los seguidores del concurso capten lecciones positivas.