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Marvels demuestra que el cómic también es una obra de arte
Tebeo de museo.
Hemos hablado alguna vez de Alex Ross. Dibujante de cómics y pintor de profesión. Pero pintor de verdad, de los de antes; de los que deberían tener sus obras en algún museo de Florencia y generar colas para poder admirar sus obras en formato original.
En 1994, el guionista Kurt Busiek y Alex Ross sacaron adelante uno de los trabajos más importantes de cuantos ha dado la factoria Marvel: “Marvels”. Un cómic diferente, que buscaba presentar a sus personajes desde otro punto de vista, tanto narrativo como artístico.
Para ello, la historia pasa a través de los ojos de Phil Sheldon, un fotógrafo del Daily Bugle que descubre a todos esos ‘prodigios’. Por primera vez en un cómic, el lector siente estar dentro de la escena; al otro lado de esa ventana sobre la que se escala Spider-Man o como testigo de la primera aparición pública de la ‘Antorcha Humana’ o de fotógrafo en la boda de Mr.Fantástico.
El trabajo hiper-realista de Ross, aporta ese punto de credibilidad al mundo super-heroico que nos hace sentir que sería posible encontrar justicieros enmascarados enfundados en mallas en cualquier paseo al supermercado.
Pintura tradicional de corte foto-novelista para cinco números excepcionales e irrepetibles que marcaron un antes y un después en la carrera del artista y en la historia del cómic.
La misma ‘Panini Comics’ editó Marvels años atrás en aquel formato tapa dura de la serie ‘Best of Marvel Essentials’ que, si todavía conservas, a buen seguro habrá perdido parte del pegamento que une el lomo a las páginas…
La edición que presentan este mes busca un tono más solemne, con una portada mucho más sobria, prólogos para cada uno de los capítulos y toneladas de material extra que van desde las clásicas galerías de bocetos o portadas alternativas, hasta fotos del proceso de trabajo del artista.
‘Marvels’ es uno de esos tebeos que puedes regalar por navidad para asegurar el acierto. Una joya re-editada que todo coleccionista buscará añadir a su estantería y un clásico que puede aguantar el tipo como único ejemplar de cómic en la biblioteca de cualquier amigo del arte.