Vance Joy: “Me gusta encontrar el poder emocional en la rutina”
El cantante visita Madrid para presentar un esperado segundo disco que habla de relaciones emocionales
Hace cinco años la vida de James Keogh cambió para siempre. Ya entonces tenía pinta de chico ideal: Graduado en artes y leyes, capitán del equipo de fútbol universitario, y más tarde jugador destacado en la liga profesional australiana. En 2013 fue cuando James se convirtió en Vance Joy, y ese es el camino que sigue recorriendo hoy, cuando visita Madrid para presentar su nuevo disco.
“Simplemente pensé que Vance Joy era un nombre artístico muy guay. Pero no es ni mucho menos un alter ego”, dice este tipo de 1,93, cabellera rubia ensortijada y una de esas sonrisas que tintinean al ver la luz. De paso me confiesa que ese nombre lo sacó de un libro que estaba leyendo (Bliss, de Peter Carey) un año antes de despuntar en la música con su primer disco.
El complicado camino del segundo disco
No es la primera vez que visita España, aunque sí es la primera que lo hace con la guitarra bajo el brazo. Estamos en uno de esos garitos hipsters del centro de Madrid, solo unas horas antes de que Vance Joy presente en acústico las canciones de ese esperado segundo disco, Nation Of Two. “Vine en 2011 en un viaje de mochilero pero solo estuve en Barcelona durante tres días. Fue muy bonito y me encantó. Es genial estar de vuelta con un propósito, y volver tiempo después de que la música entrara en mi vida hace cinco años. Estoy muy contento de estar aquí”.
Nation Of Two es prácticamente un disco conceptual en el que el australiano habla de “relaciones amorosas, la familia o la amistad”. Por lo visto esta temática es una constante en su carrera: “Siempre estoy escribiendo sobre relaciones, me gustan esas historias del día a día y encontrar en ellas un poder emocional en la rutina”, y tiiiiin, su sonrisa vuelve a brillar.
¿Hay vida después de “Riptide”?
Solo unos meses después de que James firmara por una gran discográfica, publicó “Riptide”, una delicada canción basada en un cálido ritmo de ukelele que se esparció como la pólvora por todo el mundo. A día de hoy suma más de un millón de copias vendidas, casi mil millones de reproducciones en streaming y es la canción que más semanas ha estado en la lista de ventas australiana con 120 semanas.
El cantante reconoce que preparar un segundo trabajo supuso mucha presión teniendo el listón tan alto. “Lo más complicado fue escribir las canciones, porque en realidad comienzas sin nada. Solo te sientas ahí con la guitarra y tocas unos pocos acordes, y piensas “oh, esto puede ser algo”. Pero pasa un montón de tiempo desde ese primer momento hasta convertirlo en una canción”.
Al final son 13 canciones las que suponen este regreso para Vance Joy, y según él está muy orgulloso del trabajo. Lo que venga después, dice, ya no está en sus manos. “Que a la gente les gusten (y espero que así sea) es algo que no puedo controlar. Solo hago lo que sé, que es escribir canciones, cantando lo mejor posible, con pasión, y esperando que todo funcione a partir de ahí”.
Guía para entender a Vance Joy
Tanto en su debut como en esta segunda entrega las canciones del australiano son acogedoras, y parten de una sencillez que se va expandiendo a medida que las emociones te calan escucha tras escucha. Cuando decido preguntarle por cuáles de estas nuevas creaciones recomendaría a alguien que jamás le haya escuchado, le convierto en un mar de dudas: “Hay una canción llamada “We’re Going Home”, que es muy buena. “Saturday Sun” es muy dinámica y alegre. Y hay otra llamada “Call If You Need Me”. Así es como suena mi música”.
Donde no se lo piensa ni un momento es cuando le pregunto por la idoneidad de escribir y cantarle al amor en un mundo cada vez más loco y hostil. “¡Claro! Lennon cantaba eso de “Amor, amor, amor. Todo lo que necesitas es amor”. Creo que es muy cierto. El amor, que al final es la conexión entre dos humanos, es lo más importante de este mundo. Lo que me emociona de cada día es esa interacción con la gente. Si doy un concierto y veo que alguien sonríe o canta mis canciones pienso que el día ha merecido la pena, que es un gran día”.
Tras escucharle cantar maravillosamente dos canciones a primera hora de la mañana, ser tan honesto en sus respuestas, y tan amable durante toda la entrevista, me doy por vencido. Definitivamente estoy ante el artista más adorablemente perfecto con el que me he encontrado en mucho tiempo. Uno que incluso en el día a día encuentra poesía.