Especial
Detroit Become Human, un paso más allá de los videojuegos
Así fue la presentación del título de Quantic Dream
David Cage y Quantic Dream vuelven a nuestras vidas (y a nuestras consolas) para ponerlas patas arriba como ya lo consiguieron con Fahrenheit (PS2), Heavy Rain y Beyond Two souls (PS3 y PS4).
Su nuevo proyecto se llama Detroit Become Human y para que os hagáis un poco idea de la dimensión de su nuevo videojuego quedaos con estos datos: más de 500 personajes, 180 actores involucrados, casi 30 millones de euros de presupuesto, 37.000 animaciones, más de 2.000 páginas de guión, cuatro años de producción, casi dos años de rodaje y un equipo de casi 200 personas trabajando en la creación del juego.
Tuve la suerte de ser invitado a la presentación en España del juego. Liliana Laporte, directora general de PlayStation España y Portugal, y Adam Williams, lead writer de Quantic Dream, fueron los maestros de ceremonias de una espectacular y algo futurista presentación en Madrid.
No tuvimos la suerte de ver físicamente a ningún androide de los que Cyberlife fabrica en el Detroit del juego pero sí pudimos conocer algunos detalles más de uno de los títulos llamados a ser uno de los grandes del año.
Project Kara, el origen
El génesis de este juego es Project Kara, aquella demo técnica del motor gráfico que vimos en 2012 en el que nos contaban la historia de la construcción de un androide.
Miles de personas preguntaron al estudio que para cuando el juego y entonces la bombilla se encendió: ¿cómo se tomaría el mundo que un androide tuviera miedo a morir?
La historia de la ciencia ficción está repleta de historias en las que las máquinas cobran vida de verdad: desde Isaac Asimov hasta H.G. Wells o Blade Runner.
Pero como dice Adam Williams, el ambiente es lo de menos en Detroit Become Human. Lo importante es la historia de los protagonistas: "Cómo algo creado por el hombre vá más allá de la creación tiene más de Frankenstein que otra cosa".
La historia de DBH
Detroit Become Human, como sucedió con sus predecesores, está a caballo del juego de acción y del drama interactivo porque cada elección que tomemos en el juego producirá cambios dramáticos en el destino de cada uno de los tres personajes principales.
Los androides, máquinas con aspecto de ser humano, se han convertido en la tecnología del día a día y han transformado a la sociedad pero también la han dividido: mucha gente ya no está sola pero otra se ha quedado sin trabajo debido a su uso en las cadenas de montaje.
Pero la crisis aumenta cuando algunos androides (los divergentes o 'desviados') empiezan a comportarse como si sintiera y se rebelan contra las órdenes de sus propietarios.
Y en medio de esa sociedad en crisis encarnaremos los papeles de Markus, Kara y Connor.
Los protagonistas de DBH
Markus es el líder del grupo que empieza la revuelta. Pocos podrían pensar que un androide que cuida tan eficientemente de una persona discapacitada fuera a 'desviarse' hasta el punto de decidir en qué momento la violencia es necesaria para sobrevivir.
Kara es también una androide de servicio. Cuida de una niña humana e intenta sobrevivir en un universo en el que su especie empieza a ser considerada peligrosa y sospechosa.
Connor es un prototipo avanzado de androide que colabora con la policía en los delitos que estos divergentes o 'desviados' cometen. Su único objetivo es encontrar y destruir a los androides protagonistas de la revuelta.
Cada uno de los tres protagonistas del juego viven en la misma ciudad y encaran una misma historia: la rebelión de los androides. Pero cada uno de ellos es diferente y todos afrontan el dilema que subyace en el juego: un androide que tiene sentimientos, ¿sigue siendo una máquina?
Jugando a DBH
Una vez finalizada la presentación tuvimos la oportunidad de coger el mando para disfrutar de una demo de un par de horas ambientada en el inicio del juego.
Con ello descubrimos los movimientos de los personajes, sus orígenes y nos vamos metiendo en harina para lo que va a llegar después.
He de decir que una vez que se sientas frente a la consola, todo en este Detroit Become Human resulta tan familiar: los controles, la toma de decisiones, las dudas de si estás tomando el camino correcto...
Pero al menos en este DBH no tendremos que volver a empezar el juego para descubrir los finales alternativos. Cada secuencia finalizada nos mostrará el 'camino de decisiones' que hemos tomado, las que nos hemos dejado atrás y nos permitirá volver atrás a través de unos checkpoints para completar totalmente el juego.
Durante cada minuto que probé Detroit Become Human tuve la sensación de que en esa ciudad nada parecía ir bien. Hay una tensión en cada decisión que se traslada a tu mando y que en ocasiones no te va a hacer sentir demasiado bien a la hora de apretar los botones.
Pero de eso se trata, ¿no?
Obviamente Quantic Dream superó hace años la barrera del entretenimiento y de los juegos como diversión y entró en el terreno del arte, del dilema moral y de las consecuencias que cada uno de nuestros actos tiene en el mundo.
Y eso en DBH se cumple a rajatabla con algunos momentos verdaderamente trágicos que deberéis experimentar por vosotros mismos y de los que no puedo hablar mucho (cosas de los NDA).
El juego es muy intuitivo y transmite al jugador la emoción, la tensión o la frialdad de sus personajes con diferentes ángulos de la cámara en tercera persona que sigue a Markus, Kara y Connor.
La ambientación es otro de los aspectos claves del juego. Cuatro años de producción dan para ello, no solo en la recreación de personajes con movimientos reales de actores sino en la creación de una Detroit en 2038, epicentro de la nueva tecnología y con un diseño creativo de lo que la ciudad del futuro llegará a ser (autobuses sin conductores, trenes de alta velocidad, comercio online...).
Si con sus anteriores videojuegos Quantic Dream nos conquistó, ¿por qué iba a ser diferente con Detroit Become Human en el que todavía van un paso más allá?
El próximo 25 de mayo deberíais estar metiendo este videojuego en tu PlayStation 4. Sí o sí.
Juan Ignacio Herrero
Redactor de LOS40 desde 2005