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'Born in the U.S.A.', la crítica de Bruce Springsteen al patriotismo mal entendido
El Boss consiguió su mayor éxito comercial con la reivindicación de la cara más pobre de Estados Unidos y su crítica a la guerra de Vietnam
El séptimo disco de Bruce Springsteen, su mayor éxito comercial con 15 millones de copias vendidas sólo en Estados Unidos y 30 millones en todo el mundo, sigue brillando más de tres décadas después de su lanzamiento a golpe de batería, sintetizadores y Fender Telecaster. No en vano, siete de sus singles llegaron a colocarse en el top 10 de la lista Billboard y se convirtió en el disco más vendido de Estados Unidos en el año 1985.
Fue bastante antes, en 1968, cuando comenzó a gestarse el germen de este gran disco. El músico de Nueva Jersey quería evitar a toda costa ser uno de los elegidos para ser enviado a las filas estadounidenses de Vietnam, y finalmente, gracias a un fallido examen físico debido a una conmoción cerebral como resultado de un accidente de moto, se libró. Así lo expone el propio Springsteen en sus memorias, Born to run, en las que asegura que "a veces me preguntaba quién habría ido en mi lugar".
El músico ya gozaba de una popularidad ganada a pulso con grandes discos como Born to run (1975), The River (1980) y Nebraska (1982), pero aún no llenaba estadios. Precisamente durante la gira de su quinto álbum de estudio, en 1981, el rockero leyó un libro que marcaría profundamente su porvenir creativo. Born on the Fourt of July era la autobiografía de Ron Kovic, un veterano de Vietnam que se convirtió en un activista en contra de la guerra. Ambos pudieron conocerse, y Springsteen empezó a empaparse con historias relacionadas con el conflicto.
Así se fueron gestando las letras del álbum que marcó el regreso al rock del cantautor tras la publicación del íntimo Nebraska, y que será siempre recordado por su comprometido contenido crítico. De hecho, Nebraska y la primera mitad de Born in the USA se grabaron al mismo tiempo, lo cual hace que estén íntimamente relacionados.
Un estallido que le convirtió en 'El Boss'
Finalmente, fue un 4 de julio de 1984 cuando Bruce Springsteen lanzó una docena de canciones grabadas en vivo en el estudio por Bruce con la E Street Band. Born in the USA fue en 1984 el primer CD fabricado en Estados Unidos, en la planta que CBS y Sony abrieron en Indiana. Hasta entonces Columbia los había importado de Japón.
"El álbum más exitoso de mi carrera. Cambió mi vida, me aportó mi público más numeroso, me obligó a pensar muy en serio en el modo en que presentaba mi música y me situó fugazmente en el centro del universo pop", rememora el músico en sus memorias de 2016. Añade: "Tuvimos un éxito tras otro y en 1985, junto a Madonna, Prince, Michael Jackson y las estrellas de la música disco, me convertí en una genuina superestrella de la radio comercial".
Al éxito de su interior también contribuyó su portada, el famosísimo diseño de la fotógrafa Annie Leibovitz con el trasero del propio Bruce. Él dijo que lo había decidido así porque era mejor su culo que su cara, pero todo parece indicar que fue decisión de Leibovitz, porque tanto los discos anteriores como los posteriores están plagados del rostro de Springsteen.
El tema Dancing in the Dark fue incluido al final por orden de Jon Landau, su productor de referencia, que quería una canción comercial para que fuera single. Finalmente se ha convertido en un tema imprescindible en los conciertos, porque es en el que saca a bailar a alguien del público. En el vídeo, la chica que casualmente elige de entre las fans de primera fila es Courtney Cox, unos cuantos años antes de rodar Friends. Fue dirigido por Brian De Palma.
Un mensaje intencionalmente mal entendido
Es quizá uno de los álbumes peor entendidos de la música popular pese a su éxito comercial. A esto ayudó en parte la reivindicación de Ronald Reagan. El ultraconservador presidente estadounidense utilizó la canción que da nombre al álbum para acompañar su campaña de reelección y ensalzó la figura de Springsteen. El poder entendió el trabajo del 'boss' como un “mensaje de esperanza” y consiguió desvirtuar la realidad de un álbum tan deprimente.
La compañía Chrysler ofreció a Springsteen la nada despreciable cifra de 12 millones de dólares de la época por usar esta canción como fondo en sus campañas comerciales, sin embargo el autor se negó rotundamente. Quien sí supo aprovecharse de ella, fue el partido republicano de Ronald Reagan en su campaña de reelección, algo que estaba en todo momento fuera de lugar teniendo en cuenta el mensaje para la clase pobre y trabajadora que transmite la letra.
Sin embargo, ni el presidente ni sus asesores supieron interpretar correctamente el fondo ni la visión real del protagonista: un ciudadano al que es negado el trabajo después de haber luchado por su país en Vietnam y llorar la muerte de un hermano en la contienda
A Bruce no le hizo demasiada gracia el mensaje de Reagan y decidió responderle a su manera, con una serie de discursos improvisados desde su privilegiada tarima de orador y ante miles de seguidores entregados a su música en directo. Pero sobre todo, desahogaba su rabia con las potentes versiones de temas como Johnny 99, cuya letra cuenta lo que es capaz de hacer un hombre al perder su trabajo.
Aunque Springsteen no quiso mostrar ningún tipo de afiliación política en el momento del lanzamiento del álbum, una canción de Born in the USA se volvería políticamente significativa 20 años después. No Surrender se convirtió en la canción de la campaña de John Kerry en su fallida candidatura presidencial del 2004, y Bruce incluso la interpretó en un mitin en Ohio.