Guillermo Pfening: "Me gusta hacer películas incómodas, que generen preguntas"

Todo aquel que ha visto una película hecha en Hollywood ha fantaseado con la idea de mudarse a Estados Unidos. A Los Ángeles, los más atrevidos, a Nueva York, los más pragmáticos. Todo ello sin tener en cuenta que el país es un laberinto burocrático en el que pocas veces el inmigrante sale triunfante.

Todo aquel que se ha dedicado en algún momento de su vida a la interpretación ha fantaseado con la (loca) idea de llegar hasta Estados Unidos. Codearse con los verdaderamente importantes dentro de la industria del entretenimiento. Llegar a recoger un Oscar.

Y así es Nico, el protagonista de Nadie nos mira, la nueva película de Julia Solomonoff al que interpreta el actor argentino Guillermo Pfening. La película es una coproducción entre varios países y entre quienes apostaron por ella llama la atención Isabel Coixet, quien desde su productora Miss Wasabi decidió apoyar este proyecto.

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Un largometraje rodado con pocos medios en Nueva York durante la friolera de tres años para reflejar la vida de Nico, actor en su país, que al llegar a Manhattan se da cuenta de que su vida se reducirá a cuidar del bebé de una amiga, lo que le llevará a entablar relación con todas las niñeras latinas del parque, y a servir copas en eventos. Lo de ser actor se quedará en un segundo plano pues es rubio y de rasgos sajones por lo que no encaja en el perfil de personaje latino.

Nadie nos mira llega justo a tiempo para reivindicar el Día del Orgullo LGTB pues Nico es abiertamente homosexual y su orientación vertebra una de las tramas dentro de la película. Es también el momento idóneo pues las políticas migratorias de Trump en Estados Unidos han puesto la frontera del país en el punto de mira en estos días y es, precisamente, la inmigración ilegal otro de los pilares sobre los que se sustenta la película.

Pasé una tarde con Guillermo Pfening (Argentina, 1978) para conocer mucho más de Nadie nos mira y de un actor (y director) que se presenta en España con este proyecto, comprometido y especial.

¿Cómo definirías la trama de Nadie nos mira sin hacer ningún spoiler?

Nadie nos mira es la película de un hombre que se va a Nueva York escapándose de un amor muy tortuoso, pensando que escapando va a encontrar lo que... va a sanarse y eso es algo que le cuesta mucho en Nueva York. Nico es actor, es un actor latino que no tiene apariencia latina porque yo no la tengo. Soy latino, tengo sangre latina pero tampoco hablo el inglés, por lo tanto tampoco da para que trabaje de gringo. En vez de actuar en la televisión o en el cine termina actuando en la vida allá y buscándosela para sobrevivir. Es la historia de un destierro, de un desamor y también el retrato de una gran crisis personal. Es un momento en el que muda la piel, necesita cambiar la piel, un instante paradigmático en la vida del personaje.

¿Compartes rasgos con Nico?

Sí porque soy actor, porque me mude de un pueblo a otro, porque me han roto el corazón y por alguna cosa más.

O sea que también compartes experiencias.

Sí, yo soy de Marcos Juárez, un pueblo en la provincia de Córdoba, de 30000 habitantes y con dieciocho me fui a estudiar Ciencias de la Comunicación y Actuación en Buenos Aires. Después termine estudiando Historia del Arte en la universidad . Así que si, esta cosa de llegar a una ciudad donde nadie te mira acostumbrado de estar en un pueblo en el que todo el mundo te saluda. Pasas a ser anónimo y eso por un lado te gusta y por el otro te gustaría tener vínculos estrechados y una relación y no tanta soledad como a veces demandan las grandes ciudades. También viví el rechazo de los cástings, de trabajar de cualquier otra cosa menos de lo que yo quería...

¿Te atreverías a coger la maleta y hacer lo que hace este protagonista?

Mira, yo creo que esas cosas, al menos para mí, se pueden dar en un momento de la vida en el que uno es bastante inconsciente. De hecho siempre me he quedado en Argentina y en sus peores momentos. Si lo tuviera que hacer lo haría, después uno ve la manera de legalizarse o no, uno puede hacer muchas cosas para legalizarse. De hecho siempre quise venir a España porque me gusta mucho más el cine europeo que el americano y nunca lo he hecho porque he tenido oportunidades de trabajo allá. Siempre pensé que vendría cuando tuviera aquí un trabajo y eso es lo que está pasando ahora, me gustaría mucho echar raíces acá.

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¿Por qué crees que existe ese trasbase de talento entre el cine argentino y el español?

Por el idioma, básicamente por el idioma. Tenemos que aprender el acento y esas cosas pero básicamente es el idioma porque somos medio hermanos.

En España hay un debate abierto sobre la falta de directoras en el cine. A ti te dirige Julia Solomonoff en esta película, ¿cómo es la situación en Argentina?

En Argentina hay más, hay muchas más. Tenemos a Lucrecia Martel que para mí es una de las mejores directoras del mundo y hasy muchísimas actrices. Yo he hecho una, dos, tres, cuatro... un montón de películas con directoras. Con Jimena Monteoliva que es española pero vive allá. Ana Katz es muy buena también. Siempre hubo pues ya anteriormente estaban María Luisa Bemberg y siempre hubo en los equipos de filmación muchas mujeres y más ahora. En la última película que hice el equipo de cámara eran dos mujeres.

También estás en Mi mejor amigos que es una película de temática LGTB, ¿dirías que hay un boom de este género en el cine de tu país?

Mira, me suena un poco más a coincidencia que a otra cosa. Igual hay personas como Marco Berger que directamente hacen cine LGTB, es muy interesante lo que hace, Martín Deus también viene por ese lado porque sus cortos también eran de esa temática. Creo que es algo que cada vez se debería hablar más porque es algo que cada vez más está en debate dentro de la sociedad. También me gustaría que no hubiera un cine LGTB, pienso que tiene que haber un cine. Es algo como lo que pasa con Nadie nos mira que no es una película de un chico gay, es la historia de un chico. Que sea o no sea gay es una circunstancia y una característica más, como que es actor, y para mí deberíamos tomarlo así. Cuando hacen una película sobre heterosexuales no dicen 'esta película es de heterosexuales' y creo que eso deberíamos empezar a enterrarlo.

Pero yo no sé cómo es la situación del colectivo en Argentina, igual requiere de mayor visibilización. Aquí en España pensamos que no pero todavía sí...

Sí, requiere de una mayor visibilización. Nosotros vivimos en el mundo de los creadore, de los artistas pero después te vas a un pueblo y el 'puto' sigue siendo el 'puto' del pueblo. Ahora es verdad que Grindr democratizó un poco todo y la gente armarizada puede vivir algo más su vida pero sigue siendo todo muy hipócrita. Me parece que también hay una nueva generación a la que no le importa para ue lado folla cada uno pues se follan más las mentes que los cuerpos y cuando tienen veinte dicen eso aunque yo no sé si después lo mantienen. Qué se yo, en Argentina hay todavía mucha gente que prefiere tener un hijo ladrón a un hijo gay. También la presencia de la Iglesia tanto aquí como allá atrasa un montón, lamentablemente.

¿Buscas proyectos que tengan cierta carga social?

Sí, siempre me llegan proyectos arriesgados y también elijo hacer muchas óperas primas que es el momento en el que un director más libre se siente. Muchos directores hacen muy buenas primeras películas pero después los agarran productores que les ponen plata y terminan haciendo las películas que ellos quieren y perdiendo el jugo que tienen. A mí me gustan las películas que generan preguntas, que incomodan. A veces, simplemente, necesito trabajar y hago películas con las que igual no estoy del todo de acuerdo. Hay momentos en mi carrera en los que puedo elegir y los hay en los que tengo que trabajar.

¡Gracias, Guillermo!

Nadie nos mira llega a cines seleccionados en España el 22 de junio.