Especial
Beyoncé, Miley Cyrus, Katy Perry y sus ‘caprichos’ inmobiliarios
¿Para qué lo querrán?
Dicen que lo malo del dinero es no tenerlo y por fortuna, nunca mejor dicho, eso no es problema ni para Beyoncé, ni para Miley Cyrus, ni para Katy Perry.
Las tres estrellas internacionales de la música son hoy las protagonistas de este pequeño reportaje en el que intentaremos arrojar un poco de luz a lo que son algunos de los 'caprichos' inmobiliarios con los que han sorprendido a todo el mundo.
Empezamos por Miley Cyrus que ha sido 'la última en llegar' y que este fin de semana ha protagonizado los titulares de medio planeta por su interés en comprar la casa donde se grabó La tribu de los Brady.
A los que ya peinaís alguna cana no os costará recordar esta serie cómica que sentó las bases para todas esas series y películas protagonizadas por un montón de padres e hijos (Padres forzosos, Doce en casa...).
Pero la compra no va a resultar tan fácil como soltar la pasta, firmar el contrato y a correr. Los dueños de la casa en Studio City (California, Estados Unidos) quieren que el futuro comprador les explique el uso que se va a dar a la casa y su intención o no de modificarla.
De hecho esa era la intención de Lance Bass (NSync): remodelarda y dejarla exactamente como la original que pudimos ver en la televisión.
Y si hablamos de capricho inmobiliario, cómo no vamos a hacerlo del convento del Inmaculado Corazón de María en Los Ángeles (California, Estados Unidos) del que Katy Perry se enamoró locamente y que le llevó a emprender un juicio contra varias monjas que se oponían a su venta.
Tras varias negociaciones, la archidiócesis llegó a un acuerdo de compra por parte de la cantante de 14.5 millones de dólares. Pero tras este acuerdo, dos monjas se negaron a vendérsela porque no querían que Katy viviera en su convento. Por ello le vendieron el complejo a una inmobiliaria aunque sin la aprobación de arzobispado. Obviamente, Katy Perry denunció la situación y fueron a juicio.
Los jueces anularon la venta y fijaron una indemnización para la solista californiana pero las monjas recurrieron justo antes de que una de ellas muriera trágicamente durante el juicio. Aún seguimos pendientes de ver cómo se resuelve la compra de este convento cuya finca supera los 2000 metros cuadrados.
Más sencillo le resultó a Beyoncé comprarse un edificio de 700 metros cuadrados de más de un siglo de antigüedad. ¿Y cuál es la peculiaridad? Pues se trata ni más ni menos que de un templo eclesiástico en Garden District en Nueva Orleans (Estados Unidos).
El precio por esta iglesia ronda el millón de dólares y todavía no ha trascendido qué quiere hacer Beyoncé con esta propiedad pero parece que el contrato firmado estipulaba que se podría utilizar el espacio como vivienda.
Juan Ignacio Herrero
Redactor de LOS40 desde 2005