‘La Casa de las Flores’ es para ti… si no eres un snob
Un mamarracheo hecho con buen gusto
La primera vez que escuché hablar de La Casa de las Flores, la nueva serie mexicana de Netflix, fue por esta foto de Paco León:
Sin ni siquiera haber visto la ficción, muchos criticaron al actor por interpretar a un personaje transexual sin serlo. Fue la primera vez que leí sobre La Casa de las Flores y deduje por unas imágenes que vi que se trataba de una telenovela que Netflix se había sacado de la manga para satisfacer las necesidades de ese público que disfruta de un buen culebrón.
Solo hicieron falta unos segundos para que el enésimo proyecto de la plataforma desapareciese de mi memoria a corto plazo. Sin embargo, al cabo de unos meses, Netflix estrenó la serie y navegando por su home me la encontré bien destacada.
Leí una breve sinopsis, muy similar a esta otra: "Comedia negra sobre una florería familiar, en apariencia idílica y exitosa, llena de secretos disfuncionales. Un día, el patriarca descubre que su amante de larga data ha fallecido repentinamente y decide llevar a los hijos que habían tenido juntos a vivir con su actual mujer e hijos, que no tenían idea de que existían".
Vi que cada capítulo rondaban los 25-30 minutos y pensé: "¿qué puedo perder?". Le di al play y, desde ese mismo instante, quedé prendado de La Casa de las Flores.
La Casa de las Flores es un culebrón hasta la médula. No huye de ello, de hecho se aprovecha de este género tan explotado para ofrecer una telenovela moderna en la que se tratan temas tan importantes como la familia y la sexualidad (en todas sus vertientes).
Como buen culebrón, en La Casa de las Flores no falta de nada: una ahorcada, negocios clandestinos, hijos bastardos, sexo (mucho sexo), infidelidades, la salida del armario más sonada de la historia...Pero lo que tiene esta serie realmente bueno son sus personajes.
Mención especial merecen Virginia de la Mora (Verónica Castro), una matriarca que hace todo lo necesario por defender a su familia mientras fuma marihuana en pipa para sobrellevar los disgustos; y Paulina de la Mora (Cecilia Suárez), un personaje con una for-ma de ha-blar te-rri-ble que debería ser reconocida desde ya como lengua oficial en los países hispanohablantes.
Si eres de esos que solo ves producciones sesudas para parecer más cool o un seguidor incondicional de los documentales de La 2, La Casa de las Flores no es tu serie. Si, como yo, eres de los que piensa que en la variedad está el gusto y te permites el lujo de disfrutar de una mamarrachada bien hecha…no seas pendejo y ándale.
Adriano Moreno
Periodista de LOS40 y escritor. Me gustaría vivir en la película ‘Chicas malas’ y Russell Tovey lleva...