Shadow of the Tomb Raider es una obra maestra
Menuda trilogía les ha quedado...
Ha valido la pena esperar más de 20 años para que Tomb Raider acabe convirtiéndose en lo que es hoy.
Los dos primeros capítulos de la última trilogía de Lara Croft ya apuntaban maneras; Tomb Raider y Rise of the Tomb Raider son dos joyas imprescindibles; pero esta tercera entrega ha conseguido dar un par de vueltas extra a una tuerca que parecía ya pasada de rosca.
En esencia tenemos más de lo mismo que nos han dado estos últimos años, la buena noticia es que la gente de Crystal Dynamics ha sido la sabia premisa que enseña que cuando algo funciona no hay que tocarlo, o al menos no hay que cambiarlo.
El viaje de Lara se tuerce y acaba en accidente (como viene siendo habitual); en tierra empiezan a surgir los enigmas, los mitos, las leyendas y el peligro que supone tener a un ejército como “La Trinidad” pisándote los talones.
Como pasó años atrás, Shadow of the Tomb Raider tiene un pie en el género de aventuras, con su narración guiada y el corte cinematográfico, y otro pie en el género de “mundo abierto”, con un mapa que puede ser investigado y visitado cuantas veces quiera el jugador y que esconde cientos de secretos.
Es este patrón el que convierte este juego en algo muy especial; la posibilidad de vivir una aventura al más puro estilo ‘Uncharted’ y, a la vez, poder ayudar a la gente de un pequeño campamento a resolver sus problemas o tomar la decisión de ir en contra de la dirección marcada por la historia para investigar una cripta con pinta de esconder un tesoro importante.
El arco sigue siendo el pilar fundamental del armamento de Lara Croft. El sigilo es existencial para no llevar la acción del juego al puro descontrol y el arco será la única forma de matar a distancia y en silencio. Además, tenemos la posibilidad de cubrirnos el cuerpo de barro (seguro que es la fantasía de más de uno) para camaleonizar a Lara con el entorno y hacer que pase desapercibida.
Por supuesto, para cuando las cosas pasen de castaño oscuro, tendremos armas de fuego que, como el arco, se podrán mejorar en las hogueras cuando paremos a descansar.
Ese será el momento también de echar un vistazo a la indumentaria que vestimos y al potente diagrama de habilidades que propone el juego para ir desbloqueando con la experiencia que ganemos investigando, matando, cazando y completando fracciones de la aventura.
La exploración seguirá confiando en los 'piolets', herramienta imprescindible en la escalada extrema (que valdrán además para perforar algún que otro craneo...) y se ha implementado la capacidad de hacer 'rápel' hasta el suelo, cuando el momento lo pida.
Como veis, sobre todo si jugasteis los anteriores, la estructura de Shadow of the Tomb Raider es muy similar a la de sus predecesores; esta tercera entrega simplemente lleva la historia a otro nivel con un argumento igual de interesante pero con una narración mucho más efectista y cuidada, que sorprende al jugador con secciones abrumadoras; como (PEQUEÑO SPOILER a continuación) el flashback que nos lleva a la mansión Croft en la infancia de Lara (FIN DEL SPOILER).
Y ya que lo mencionamos, haremos algo más de hincapié. La forma en la que EIDOS/Crystal Dynamics nos cuenta una de las historias más trágicas de la vida de su heroína es una de las piezas más delicadas que hemos visto jamás en un videojuego. La voz en off de la propia Lara narrando sus aventuras en el patio de su casa, la música compuesta para esa secuencia, que es deliciosa o la forma en la que desgrana la información más valiosa que podrían darnos de Lara, hacen que esa media horita de juego sea inolvidable.
Son detalles como esa secuencia los que hacen que la sensación de satisfacción que tenemos cuando llega la hora de cerrar una trilogía como esta sea inigualable.
Sumad a todo lo dicho un apartado técnico que toca el techo y presiona los límites marcados por el hardware de PS4 Pro y Xbox One X (en ambas podréis jugar en alta resolución a 30 frames o a una tasa más elevada sacrificando mejoras gráficas). La selva de Perú es uno de los lugares más orgánicos y vivos que hemos visitado jamás en un videojuego, no podréis encontrar patrones en la creación de los ambientes, texturas que fallen o zonas más iluminadas… todo es simplemente perfecto.
Por decir algo, buscanod defectos, hablaremos de la sincronización y la mezcla de los niveles en el doblaje al castellano, que es mejorable. Por lo demás, es perfecto.
Shadow of the Tomb Raider es una obra maestra, decir más sería redundante y decir menos sería faltar a la verdad; un juego único y una prueba de orgullo para sus desarrolladores.