Mary y la flor de la Bruja está en cines

La primera película de Studio Ponoc está a la altura

Fundado por Yoshiaki Nishimura en 2015, Studio Ponoc ha logrado mantener una alta expectativa gracias a la ristra de dibujantes y animadores que se han añadido a sus filas provenientes de Studio Ghibli, la más prestigiosa cantera de animación en Japón.

Su primera peli de animación “Mary y la Flor de la Bruja” consiguió situarse como la sexta más vista de 2017 en Japón y ahora, gracias a Selecta Visión, llega a nuestros cines.

Demos el crédito que merece a Selecta Visión porque, más allá del negocio que esto pueda suponer para ellos, la apuesta que supone tiene cierto riesgo y un punto romántico muy fuerte que revela el amor que tiene la compañía por el género que trabaja.

Selecta podría haber optado por un lanzamiento directo a BluRay para salvar la papeleta y vender lo estipulado, pero han decidido apostar por el producto que trabajan y por su difusión llevándola a los cines de todo el país. Bravo.

Mary y la Flor de la Bruja es una película bonita, no demasiado grande (hablando en términos dimensionales para su historia) y creada con todo el mimo, escuela y tradición que ha podido aprender el equipo que tiene detrás.

Una historia pequeña que habla de una flor, el “vuelo nocturno”, capaz de conceder poderes mágicos a quien la encuentre y de un mundo que hay más allá de las nubes, donde la magia es una realidad.

Mary encontrará una de estas flores perdida en un bosque cercano a su nuevo hogar, y vivirá una aventura de 3 noches inolvidables que tiene algo para cualquier público que quiera probar suerte con la cinta.

Como las películas de Ghibli, siempre hay una enseñanza detrás, una idea escondida más allá de una animación portentosa y unos diseños encantadores.

Es curioso porque he leído críticas que hablan de carencias o de descuido en la animación. Entiendo que la gente una vez ha visto “Los Increibles 2” consigue que su cerebro olvide por completo que el movimiento se crea uniendo fotogramas individuales dibujados a mano en papel (como se ha hecho en esta película) y que los escenarios son horas de acuarelas sobre un papel (como se ha hecho para esta película); y eso me hace pensar que la gente está perdiendo sensibilidad y que, además, esa gente pretende y tiene la capacidad de prescribir y aconsejar o no al público que película deben ir a ver.

El despliegue artístico y el derroche de talento que hay tras Mary y la Flor de la Bruja es bárbaro. Y cualquiera con una vista medianamente en condiciones sabrá apreciar el trabajo que esconden los 100 minutos de metraje. Diseños inspirados, paisajes que enamoran y secuencias animadas con muchísimo esmero e idea.

Mary y la Flor de la Bruja es un excelente primer largometraje para un estudio que arranca y que promete ser la fuente de ideas y sueños de medio mundo por muchas generaciones.

Si llegas a tiempo a verla en cine, genial y sino, la versión doméstica no debería tardar demasiado en llegar.