Santi Balmes: “Si no tengo la sensación de que me pongo en peligro no tiro para adelante”
Y su nuevo trabajo es de riesgo: sexo, drogas y rock&roll
“¡¡¡Estás viva!!!! Es lo primero que le salió a Santi Balmes cuando le confesé que me había leído su nuevo libro en un fin de semana. Y es que El hambre invisible, que es así como se llama, es una historia intensa que nos permite acompañar al cantante por un viaje interior que nos desvela (sin censuras) un gran abanico de sus alter ego, algunos más inesperados que otros.
Tras leerlo me quedé con la sensación de que el cantante de Love of Lesbian era un hombre complicado, que se había pasado media vida deprimido, fumado y muy obsesionado con pasarlo todo por un filtro sexual. Y algo de eso hay, pero no sólo, y eso lo descubrí después de charlar con él un buen rato de sexo, drogas, rock and roll y autenticidad, que de eso va sobrado (parece ser).
"Yo creo que es un ejercicio de pornografía emocional con el cual he intentado quedarme en ropa interior"
El equilibrista está dando un concierto cuando sufre un accidente y eso le lleva a realizar un viaje a su interior donde conoce una gran ciudad marcada por la Avenida de la Luz (el yo que reflejamos al exterior) y sus diferentes personalidades: Román Líbid (el sexual), Román Perturbado (el depresivo), Román cuso (la culpa), El Joven Poeta Halley (el yo adolescente), Edith (musa y amor)…
Cogiendo las palabras del prologuista, esto que es, ¿un ejercicio de valentía o de inconsciencia?
Yo creo que es un ejercicio de pornografía emocional con el cual he intentado quedarme en ropa interior.
Yo pensé que te habías desnudado del todo...
Yo creo que me podía haber quedado más desnudo aún. He intentado no ser demasiado fidedigno a fechas, ni a nombres ni a nada, ni a hechos concretos, sino establecer un estado de ánimo a partir de según qué cosas y hablar muy metafóricamente, por ejemplo, del fin de la infancia sin relatar el por qué. He intentado ser elegante, en ese sentido, aunque sí, el sentido del pudor lo tengo ahora a flor de piel porque acaba de salir y la gente va a pensar que me conoce a partir de este libro.
Después de leer el libro lo primero que pensé ¡Menuda ida de olla!
Sí, pero es que no sé hacer cosas al uso. Si no tengo la sensación de que me pongo en peligro no tiro para adelante porque me da la sensación de que estoy andando por caminos trillados. Soy incapaz de hacer una novela de género, no sé, de fantasía o policíaca, erótica... es seguir unos patrones que me encorsetan demasiado. Esta es una novela muy bastarda en realidad porque bebe de la autobiografía, de la catarsis, del ensayo también.
De hecho lo llamas antiensayo y aclaras que no es un libro de autoayuda ni una autobiografía, ¿tanto cuesta ponerle etiquetas a las cosas?
Cuesta muchísimo porque de la misma manera que digo que no es esto ya lo estoy etiquetando de alguna manera. Lo que sí quería avisar al lector es que se va a encontrar con un juego, con una propuesta, con una manera de hacer espeleología de uno mismo que aparte del dolor que supone eso puede ayudar a que los demás elaboren un mapa psíquico de sus propias ciudades.
Osea, que has sufrido haciendo este libro...
No ha sido agradable. Ha habido momentos muy agradables y otros en los que he cerrado el ordenador y he dicho, esto no es buena idea, me está haciendo daño en el sentido, primero, de la complejidad del libro que estaba abarcando y, segundo, de despertar ciertos monstruos que pensé que estaban dormidos y que he despertado para cerrar épocas.
"Yo creo que con este acabo de finiquitar la crisis de los 40"
¿Y lo has conseguido, lo de dar carpetazo a esas etapas pasadas?
Sí, yo creo que sí. Hay una catarsis en este libro que ha sucedido y al final lo que aprendes es a no ser tan duro contigo mismo. A veces, debido a nuestra educación judeo-cristiana casi está en contraposición de la búsqueda del sentirte vivo de una manera tan intensa como nosotros, como un grupo de música, hemos experimentado.
Yo creo que con esto acabo de finiquitar la crisis de los 40 (risas) que no es baladí.
Hay una cosa que me choca y es que dejas claro que siempre huyes de lo establecido en busca de lo original pero, después de leer el libro da la sensación de que eres un creador de libro: torturado, pasional, sexual, fumado... ¿una contradicción que te define?
Había como una intención primigenia de ejecutar a todos estos cabrones que están dentro de ti y que al fin y al cabo pueden ser etiquetables dentro de un tópico. Esta contradicción es muy necesaria porque si no, hubiera sido político, un hombre de una sola pieza, de moral intachable y hasta cierto punto tengo una profesión bastante honesta con mis contradicciones con lo cual, estoy bastante bien.
Le otorgas un valor muy elevado al tiempo, ¿alguna vez has disfrutado de no hacer nada, de perder el tiempo?
Síííí. Últimamente lo estoy logrando. Estar mirando un árbol del jardín de mi casa durante una hora y ver cómo mi gata se balancea en una especie de columpio que tiene que era para nuestras hijas y se lo ha agenciado ella y pensar, 'esta hija de su madre está en armonía absoluta con los ciclos del sol, la luna... esa divinidad que decían los egipcios y dices 'y nosotros aquí dando vueltas y vueltas con el maldito móvil que está interfiriendo todo el rato hasta en ver una película. Estoy bastante obsesionado con este tema de la continua interferencia. Nos estamos convirtiendo en entes muy dispersos y añoro el siglo XX.
Prolifera la incomunicación en la era de la comunicación.
Esa es la paradoja. Pero la generación de nuestros hijos no han vivido la otra época, no pueden comparar, creen que esto es lo habitual. Estás viendo una película y tu hija está recibiendo mensajes y le dices 'oye, que te lo estás perdiendo' y dice 'páralo'. ¿Cómo que páralo? Vamos a tener que parar cada vez que llegue un whastapp... Esto es un sin Dios, en lugar de ver una peli se convierte en una epopeya.
Volviendo a lo de tu viaje interior, ¿has encontrado todas las respuestas que buscabas?
No, todas no. Al menos tengo la sensación de estar más en paz conmigo mismo tras escribir este libro y sólo por eso, ya me ha merecido la pena haberlo escrito.
¿Hay algún alter ego que te hayas pensado dos veces incluirlo o no?
Supongo que Líbid. Es un personaje como bastante contradictorio. Me da la sensación de que ahí me estaba poniendo bastante en peligro. Pero creo que he salido bastante airoso.
Pues para planteártelo tanto es uno de los que más protagonismo tiene. Se nota que te gusta jugar a provocar.
El equilibrista está acostumbrado a que tiemble la cuerda y a provocar los ‘ohhh’ en el público.
En este libro sacamos la conclusión de que para ti inconformismo + insatisfacción = infelicidad. ¿Te hubiera gustado ser más conformista?
Sí, a saberme conformar con cosas más sencillas, hubiese sido todo mucho más fácil y creo que tendría mejor cara en estos momento y menos canas.
"Sí que es verdad eso que dicen de que en el éxito hay poco que puedas sacar"
Empiezas el libro con la narración de una situación que te lleva a asumir que eras un niño raro pero, ¿incomprendido también?
Durante una época sí pero ahora no creo que sea un incomprendido, sería ofender a miles de personas que me siguen, pero si lo he sido durante una época y creo que en esos fracasos se fraguó la banda como es ahora, en esa prueba error y sí que es verdad eso que dicen de que en el éxito hay poco que puedas sacar.
Del éxito puedes sacar el ego ese que no te sirvió de mucho, ¿no?
Cuando eres El Joven Poeta Halley, en esa época de la vida en la que te quieres dedicar al mundo de la música y crees que por mímesis te vas a convertir en David Bowie si escuchas a David Bowie, en realidad lo que pasa, cuando te quieres dedicar a la música con 20 años, es que tienes más arrogancia que hechos demostrables.
Pero, bendita ingenuidad también, ¿no?
Sí, bendita inocencia pero hay pequeños snobs insoportables que van por los camerinos de la vida y dices 'chico, no te das cuenta de que no es tan guay lo que estás haciendo o que no es tan novedoso'. Hay una necesidad de reivindicarse en esa época que va más allá de lo que has hecho en realidad.
Eso lo dices con la perspectiva del que ha cumplido años...
Claro, es un libro que está escrito a partir de los 40. Yo estaba ahí un poco como culpando a los demás de que no me pasaba nada en el mundo de la música y es como '¿lo hacías del todo bien?' Y es una reflexión que has hecho diez años más tarde. Estabas culpando a los demás cuando hacía falta un poco de autocrítica. En esa época, estás tan en las nubes que te piensas que ya estás ahí cuando te queda un recorrido impresionante.
Luego llega el éxito y hablas de la codicia del éxito y lo mucho que te pude llegar a cegar. Yo no lo he vivido, ¿pero tiene tanto poder?
Hay un sentimiento de euforia que invade tu ser que provoca, de una manera muy material, que te invada todas las horas de tu día y que estés volcado en tu profesión demasiadas horas al día y que cosas tan importantes como el crecimiento de tus hijas, no ha pasado de lado, pero sabes cuando tienes la cabeza en un lado y no en otro.
Dices que no hay excusas para un mal espectáculo, ¿siempre has sido tan exigente?
No. El ir a conciertos y ver como se establece una competencia positiva. En el mundo británico se dice un show más que un concierto, un concierto sería más de música clásica. Aquí se dice concierto todavía.
"No me gusta nada leer que hay personas que han perdido dos horas viendo un concierto mío"
De hecho, lo de show puede conllevar un toque peyorativo...
Totalmente y ahí está el punto que te hace pensar 'si lo llaman show, ¿por qué es?' Ah, porque influyen muchas más factores y a partir de ahí, cuando vas a festivales y ves el concierto que ha hecho Massive Attack, o Sidonie, Lori Meyers, Vetusta... todos nos vamos mirando un poco, a ver qué pantallas trae este... Cuando digo que no hay excusas para un mal espectáculo es que si valoro mi tiempo, también el de los demás y no me gusta nada leer que hay personas que han perdido dos horas viendo un concierto mío.
¿Y qué debe ser según tú?
Intentas hacer lo que te gustaría ver como público y no es una repetición del disco, para mí, para eso ya tienes Spotify, tiene que haber algo más. Tiene que ser una experiencia más que un concierto.
¿Te has sentido desubicado en algún momento?
Me ha pasado tanto a nivel personal, por error mío, como a nivel profesional. Me ha ocurrido de estar en un hotel perdido y es el cumpleaños de mi hija y '¿qué estoy haciendo aquí?'. Hay un sentimiento de marinero.
Ahí sí hay que hacer de equilibrista...
Hay que ser un continuo equilibrista. Todo el mundo piensa que esto es como un continuo circo, que te lo estás pasando muy bien... la mujer de un amigo le decía, 'qué, otra vez con los amigotes'... no estás entendiendo nada.
"Creo que la necesidad de tener como un aprovisionamiento sexual sigue siendo más masculino que femenino"
Aseguras que tus conciertos son como una experiencia de sexo grupal...
Qué exagerado soy…
¿El mirarlo todo bajo ese prisma sexual (que en el libro hay mucho) es virtud o es una tara?
Es tara pero es que yo cada vez le doy menos importancia al sexo. Es como muy de titular, el sexo está sobrevalorado. No es que esté sobrevalorado pero me da la sensación de que domina demasiado muchas decisiones y está ahí como detrás siempre y esas decisiones deberían estar liberadas de esto. Creo que sigue siendo más masculino que femenino, la necesidad de tener como un aprovisionamiento sexual.
El libro deja claro que hay mucho filtro sexual en tu vida...
No, cuidado, en mi cabeza, no me metas en un lío...
Osea que los tríos, las putas, las fantasías que están muy presentes, ¿no son reales?
Es un mundo metafórico en realidad, algo onírico.
"Me encanta el sexo pero no hay tanto sexo en mi vida"
Presentas a tu alter ego sexual, Ramón Líbid, como un ser antipático y eso no deja de ser una contradicción, ¿no?
Porque es un suicidio. Me encanta el sexo pero no hay tanto sexo en mi vida. Está inherente en muchas cosas en el aspecto de que tienes el resorte de intentar seducir a todo el mundo, sea hombre o mujer, hay un erotismo siempre en la vida. Pero Líbid, lo que pasa, es que lo escribo en plan advertencia para mí, que esa pulsión a veces es muy suicida y es muy optimista y te puede meter en líos de los cuales te arrepientas luego. Es un tío peligroso y no siempre hay que hacerle caso a Líbid porque no le importan nada las consecuencias.
Has mencionado a tus hijas pero en el libro tu papel de padre apenas lo mencionas, ¿ha sido premeditado?
Ha sido muy consciente porque hay una obsesión por mantenerlas al margen y ellas también...'no publiques una imagen mía'. Puede venir mi hija y decirme 'me ha venido la profesora y me ha dicho que es muy fan tuya' y me lo dice cabreada porque quiere que la valoren por ella, no por mí. Son muy feministas, que es fantástico y me parece genial, estoy aprendiendo mucho a través de ella. Antes de ayer me dijo '¿por qué cuando se dice fútbol se considera masculino y cuando es femenino se dice fútbol femenino?'... Pues tienes toda la razón. Se les ha despertado la conciencia de género.
En estos tiempos están en el caldo de cultivo para eso...
Total, pero también te puedo decir que hay otras niñas que están en su mundo de princesas. Amigas suyas cuyos debates en la cena no son sociales y no saben quién es Pedro Sánchez. Hay quien vive en un mundo virtual.
¿No te asusta que lean el libro?
No, porque aparte creo que lo van a leer cuando puedan entender algo.
Hay una escena que recrea la concepción de una manera muy determinista, el niño nace con unas cualidades dadas, ¿de verdad lo crees así?
Hay algo que lo llevas innato y cuando eres padres y te das cuenta de que pensabas que eran un vicio adquirido de tu pareja o tuyo y luego ves que se reproducen de nuevo, es como un software. Desde pequeño yo ya tenía esa necesidad de salir a un escenario, esa necesidad exhibicionista de mostrarme a los demás. Pero quizás era justificable porque me sentía bajito y así me sentía el más alto de la clase, no sé.
"El haber fumado bastante te configura una estructura psíquica que es mucho más irreverente"
Hay otra escena en la que te acompaña David Bowie y te lleva a una especie de Cuento de Navidad en la que visitas otros tiempos que no son el presente para verte con perspectiva. Ese tipo de situaciones, ¿sólo se pueden crear estando fumado?
Sí. Tampoco quiero reivindicar pero aunque no vayas fumado el haber fumado bastante te configura una estructura psíquica que es mucho más irreverente. Igual hay cosas que se me han ocurrido en un estado de plena conciencia y vigilia después de cuatro cafés pero la manera que tiene de romper moldes tu estructura mental cuando vas fumado configura que no es necesario que vayas fumado siempre para tener ese sentido del humor o esa fantasía.
El tema de las drogas que supongo que por cómo lo relatas lo has normalizado en tu vida, ¿no te preocupa que marque el camino de tus hijas?
No lo he normalizado. No estamos fumando delante de ellas jamás. Sí se ha empezado a decir progresivamente es 'sí, hijas, vuestro padre ha fumado porros'. ¿Algún problema?
Y ahora dirán, 'ahora yo'.
Ahí siempre hay un juego un poco con la mentira, empecé con 21 años cuando empezaste con 17 o 16, postergar las épocas para que ellas tengan un poco el freno un poco puesto. A mí me preocupa un poco más la química en forma de pastillas que se tomen, que eso es incontrolable. Tú puedes calibrar cuando te está sentando mal un porro, lo apagas y dices 'lo próximo una bajada de tensión increíble'. Cuando te has metido un speed o un M(DMA), va a ser bastante complicado encontrar el antídoto, eso me da bastante más miedo y he sido muy cauto en ese sentido.
Dices que esperar demasiado de nosotros mismos nos puede llevar a la frustración, ¿tú qué esperas de ti?
Yo lo que espero es seguir encontrando ese punto lúdico a las cosas que hago y esa sensación de triple salto mortal porque cuando me pongo en peligro como en este libro o en algunos discos... algunas veces en el estudio me decían, '¿en serio vas a cantar esta frase?'...
Aquí hay un poco un corte de manga a todos esos que no creyeron en ti, ¿no?
Hay algo muy sobrevalorado que es el crítico musical. Las paridas que me han llegado a decir los críticos que luego se han tenido que comer con patatas darían para elaborar casi un capítulo entero de 'grandes cagadas del mundo de la crítica'. Hay un punto de venganza, ni siquiera es eso, es dejar constancia de que realmente tienes que tirar por lo que te diga tu instinto más que por si la coyuntura es buena o no. El gran error de la mayoría de grupos que empiezan es 'está funcionando el brit pop, ¿no? Vamos a hacer britpop'. Pero cuando empiezan a dominar el britpop ya hay otra cosa y estás intentando todo el rato atrapar una cosa que no alcanzarás hasta que te pares y digas 'lo que salga pero lo que salga de ti, con tus defectos'.
"Cada vez soy más ñoño y me emociono con chorradas"
En algún momento dices que cada vez te cuesta más emocionarte...
A veces he sido un poco mentirosillo en este libro. En realidad cada vez soy más ñoño y me emociono por chorradas, lo mismo viendo un elefantito puedo echar un lagrimón y hace años hubiera dicho 'un puto elefante'. Es como mucha gente que piensa que este tío lo ha pasado mal emotivamente porque escribió el disco 1999. No, lo que pasa es que lo pasé mal una etapa de mi vida y eso parece que sea eterno porque he hecho un disco a través de eso. Pero si tuviera que mirar el tiempo que he sido feliz e infeliz en mi vida, gana por goleada la felicidad.
Nadie lo diría después de leer el libro.
Cuando alguien es feliz está viviendo y experimentando la felicidad, no está haciendo una canción.
Vamos que, tú feliz, no compones.
Es que es muy estéril la felicidad, en realidad. Esos cinco minutos de bulla que puedes haber tenido con tu pareja los transformas en una canción de siete minutos desgarradora que la vas repitiendo en todos los conciertos de tu vida...
Qué horror, ¿no? Eso de estar toda tu vida recordando los momentos malos de tu vida porque son los que protagonizan tus canciones.
Eso es lo peor, pero dime el grupo que nos ha emocionado diciendo qué felices seremos los dos viviendo en nuestra casita de papel, que es la peor canción del mundo.
Mira Maluma, 'felices los cuatro'...
(Risas) Es así, la felicidad se vive, no se escribe.
"El amor romántico me parece una patraña"
No crees en Dios ni en el amor eterno, ¿tienes fe en algo?
Según qué fuentes energéticas puedo creer por ahí pero yo creo que el amor se recicla de alguna manera, se transforma como la energía. ¿El amor eterno con gente que somos tan mutantes y tan cambiantes? Me parece una patraña el amor romántico. Si a ti te dijeran 'tu perspectiva de vida es de 500 años y vas a estar tan lozana como estás ahora’, inmediatamente pensarías que no vas a estar 500 años con la misma persona. El amor romántico era para cuando morías en una guerra con 21, ahí estaba justificado. Lo que está buscando la gente es vivir varios amores románticos. Ahí hay un momento en el que puedo ser duro conmigo mismo y con los demás, hay un momento en el que es un poco ridículo, un poco pueril.
¿El qué?
Pensar 'uah, he conocido a tal persona, me he ido a la cama con él un par de veces, voy a dejar a mi marido, a mi familia...' y al cabo de dos años te va a pasar exactamente lo mismo. Vas a repetir el mismo ciclo.
Ahí has introducido el concepto de infidelidad.
Está sucediendo a nuestro alrededor. El amor romántico está quedando un poco descolocado en este baile que está sucediendo ahora porque está siendo solicitado por muchos pero está yendo de un sitio a otro como una peonza. El sistema social y la perspectiva de vida son radicalmente contrarias a un amor eterno para toda la vida.
"Se puede controlar la inflación con medidas del Banco Mundial pero no se puede controlar que según qué energúmenos con ciertas psicopatías lleguen al poder".
Tampoco crees en los políticos y dices que deberían pasar un examen, claro que visto como regalan los aprobados, tampoco sería solución, ¿no?
Examen psíquico. Que esté Donald Trump gobernando el mundo o Kim Jong-Un, todos estos energúmenos, está para plantearse si el sistema funciona bien. Tendría que haber un sistema de control. Se puede controlar la inflación con medidas del Banco Mundial pero no se puede controlar que según qué energúmenos con ciertas psicopatías lleguen al poder. ¿Cómo podemos ser tan dejados? No lo entiendo. Me parece que un coche tenga más controles de ITV que un político, no es normal.
¿En qué punto está Love of Lesbian?
Es una nave que va a una velocidad muy elevada, muy inquieta, no sólo yo, está Julián que cada vez que abro el whatsapp y me escribe es porque ya ha tramado algo.
Y tú feliz...
Bueno, no sé qué decirte... Sí, feliz de que tú te puedas relajar en un momento dado y otros estén ahí bregando. Todos tenemos como una voluntad porque en la banda todos rememos en la misma dirección. Somos como una familia, nos queremos mogollón porque las hemos pasado de todos los colores juntos, ha sido una escuela de vida.
¿Era más fácil antes cuando parecía que no llegaba o ahora que el listón cada vez sube más?
Hubo una época muy bonita de Maniobras de escapismo, Cuentos chinos para niños de Japón y 1999 que era como que estaba todo por hacer y veías que tenías un apoyo y que empezaba a ser muy bonito en las redes. El cambio al español coincidió con myspace y eso nos situó en otra liga por completo y esa es la época que recuerdo con más... aunque no estaba claro que nos pudiéramos dedicar durante los siguientes 10 años al mundo de la música, era un momento precioso cuando estaba todo por hacer pero ya tienes la fórmula de tu estilo personal y simplemente la tienes que desarrollar y ampliar y ves toda una panorámica vacía que sabes que vas a rellenar. Ahora es más complicado pero sabemos cómo acertar sin dedicarle tanto tiempo como antes.
¿Ya trabajando en lo siguiente o toca descansar?
Acabé el libro y empecé con el rollo.
No te veo triste para ponerte a componer.
Yo conozco gente de mi entorno musical que ha provocado momentos chungos, que eso es muy perverso, que se ha habituado a momentos de fricción y cuando no los tiene los ha provocado y han pensado 'ahora me vendrá la canción'. Pero claro, dejas a muchas víctimas a tu paso. Conozco a uno en concreto que lo hace.
¿Y le va bien?
Pues tampoco le va tan bien, con lo cual, no entiendo esta praxis.
Entonces, que no estás tú para componer, decíamos...
Estoy para componer algo más energético y más jovial y si no, siempre se puede recuperar el pasado.
Es verdad, que habíamos quedado en que has superado la crisis de los 40 y puedes volver a ser joven...
Ridículo joven.
"Te puedes reír mucho conmigo y eso aguanta más una relación que ser un follador"
Ahora que te has visto con perspectiva, ¿compartirías la vida con alguien como tú?
No, no estoy tan loco. Mi mujer me dice 'creo que siempre me quise casar con un marinero', pues mira ahí lo tienes. En ningún caso. Aunque te puedes reír mucho conmigo y eso es un punto, eso aguanta más una relación que ser un follador. Lo que mantiene la llama es reírse juntos, es una cosa que me apasiona, que siga sucediendo con mis amigos, mi pareja... hay que reírse cinco veces al día a carcajada porque si no, mal, mal, mal.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...