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Hace 5 años ‘We can’t stop’ de Miley Cyrus era nº1 en LOS40
La canción que marcó un antes y un después
Si hablamos de un período de cinco años no parece demasiado pero si analizamos ese tramo de tiempo en la vida de Miley Cyrus… ¡Es un mundo! La de vuelta que ha dado desde ese 2013 que fue un año definitivo para ella. Marcó un antes y un después tanto en su carrera musical como en su vida personal.
Fue el año en el que publicó Bargerz, el primer álbum con un sello diferente a los tres anteriores que había lanzado bajo el paraguas de Hannah Montana. Una ruptura con su etapa de chica Disney y una reivindicación de su propia personalidad que llegó marcada por la polémica.
Y el primer single de aquel trabajo fue We can’t stop que un 5 de octubre de 2013 llegaba al nº1 de la lista de LOS40. Y no lo hacía por casualidad. Su impacto en el mundo entero fue definitivo para conseguir este logro. ¿Quién no recuerda su actuación en los MTV Video Music Awards de aquel verano?
Primer single
We can’t stop fue el primer single del cuarto álbum de Miley. Había cambiado de compañía discográfica y llevaba un tiempo anunciando que iba a mostrarse tal y como era. Era el momento de posicionarse y había mucha expectación por saber por dónde irían los tiros.
Party in the USA (2009) ya nos descubría un aspecto más desenfadado y divertido de la cantante pero no era nada comparado con lo que estaba por venir.
En los Billboard Music Awards de 2013 anunció que tenía single preparado para este estreno. “Estoy tan emocionada”, expresó en aquel momento, “siento que puedo ser yo misma. Siento que puedo expresarlo ahora mejor en mi música.
Ya en aquel momento anunció que esta nueva etapa la comenzaba de la mano de Mike WiLL-Made It, el productor de We can’t stop. “Nos unimos y realmente resultó ser un solo perfecto y exactamente lo que quería y es exactamente lo que quería como mi primer sonido y mi primera mirada. Creo que es un mensaje importante para mí y para mis admiradores que no dejaron de esperar, así que, es genial”, añadió en aquel momento.
La elección de productor ya nos dejaba claro que el pop del que había hecho gala en su etapa Disney iba a adquirir ciertos rasgos más urbanos.
Fue el productor el que nos explicó que el tema, inicialmente, no estaba pensado para ella. “Cuando inicialmente trabajé en We can’t stop la habíamos hecho para Rihanna. La idea era más hacia ella, pero escuchó Pour it up y, de inmediato, la escogió sin ni siquiera haber escuchado We can’t stop”, explicó en una entrevista con MTV.
Lejos de dejarla morir en un cajón, empezó a darle vueltas y pensó que sería una buena canción para Miley Cyrus y este giro que quería dar en su carrera. Ella la aceptó e introdujo algunos cambios en la letra.
Un vídeo con actitud
Con la canción llegó un vídeo que también causó cierto revuelo. En esa ruptura con Disney, Miley quería mostrar un perfil mucho más provocador y gamberro y eso es lo que encontramos en la fiesta que se montó para las imágenes que acompañaban la canción.
Lo dirigió Diane Martel a la que conoció a través de Pharrell Williams con el que había trabajado en esa época. Se grabó en Sillicon Valley (California) en tres días y mostraba imágenes que impactaron como la piñata de la que salían porros o la combinación de twerk con ositos de peluche.
La versión más sexualizada de Miley le valió muchas críticas pero también le ayudó a ganar muchos adeptos que valoraban su autenticidad, su riesgo al romper tan radicalmente con lo anterior y a transgredir a través el sexo, algo que les había funcionado muy bien a otras artistas como Madonna.
Lo que está claro es que escandalizó a muchas madres que habían visto crecer a sus hijas viendo a una inocente y responsable Hannah Montana y que ahora tenían como referente a un personaje totalmente diferente.
MTV Video Music Awards 2013
El momento culminante de ese año que forma parte, ya, de la cultura popular y del imaginario más rebelde de la música fue su actuación en estos premios que se entregaron en agosto de ese año.
Su actuación era un mash-up que empezaba con su tema, enlazaba con el Blurred Lines de Robin Thicke que cantaron juntos y terminaba con el Give it 2 de 2 Chainz y Kendrick Lamar en la que ella ya había desaparecido de escena.
Pese la organización había censurado las partes de la letra que hablaban de éxtasis y cocaína, parece que le dieron carta libre en la expresión sexual. Y vaya que lo aprovechó.
Salió a escena desde el interior de un gigante oso de peluche (mezclando ese carácter infantil de estos muñecos con su recién estrenada nueva y transgresora imagen) vestida con un llamativo body, dos moñitos y la lengua fuera, algo que empezó a convertirse en una de sus señas de identidad más reconocibles.
Si ya desde el principio demostró una desinhibición total con su cuerpo, la cosa aumentó cuando compartió escenario con Thicke. El tono fue subiendo y el carácter sexual de su actuación provocó caras serias entre el público. Aquella imagen de ella haciendo twerking con él detrás, pegado a ella, forma parte de la historia musical del siglo XXI.
Con aquella actuación logró romper un record que hasta ese momento ostentaba Beyoncé durante su actuación en la Super Bowl, el del número de tuits por minuto que, durante la actuación de Miley, ascendió a 306.000.
Un principio de impacto
Desde luego, Miley logró romper con su etapa interior, según algunos, de una manera demasiado abrupta. Según otros, conociendo de sobra el significado del término espectáculo. Aquella actuación en los MTV fue comentada durante las siguientes semanas en todo tipo de foros.
A algunos les produjo un gran rechazo pero a otros les descubrió a una jovencita que tenía un discurso muy claro y poco miedo a mostrarlo.
Algo que, como decía, ya habíamos visto en Madonna que seguro que fue un buen referente para ella. De hecho, cuando un año después grabó un Unppluged, las dos se vistieron de vaqueras para cantar juntas este tema y el Don’t tell me de la reina del pop. Era una manera de darle un apoyo público como ya hizo diez años antes con Christina Aguilera y Britney Spears.
Esa imagen rebelde y sexualizada de Miley fue la que vimos a partir de ese momento y lejos de ir disminuyendo fue creciendo a medida que iba publicando temas como Wrecking ball con un vídeo en el que aparecía completamente desnuda. Verla sin ropa y haciendo apología de las drogas, empezó a ser una constante.
Lo que no sabemos es si eso influyó en la cancelación de su compromiso con Liam Hemsworth ese mismo 2013. Sin duda, su vida dio un vuelco total en todos los aspectos. Desde hace un par de años vuelven a estar juntos y la exhibición pública de Miley ya bajado. ¿Qué nos espera ahora? Nunca se sabe.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...