Diablo llega a Switch
La portátil de Nintendo cada vez más completita
La franquicia Diablo se estrena para una consola de Nintendo por todo lo alto. La versión que llega para Switch viene con absolutamente todo lo que ha ido saliendo para el juego desde que debutara en 2012, así que podréis disfrutar de la experiencia completa.
Esto incluye el juego original con sus 4 actos, la expansión "Reaper of Souls" que salió en 2014, con el personaje Cruzado y un 5º acto que añadía un rato de campaña, más el personaje Nigromante, que llegó mondo y lirondo (que no gratuitamente).
Aparte de eso, Blizzard y Nintendo han llegado a un acuerdo para incluir un set de armadura de Ganon, el sempiterno némesis de Link en la saga Zelda, que aunque sólo sea algo estético es un detalle a considerar.
La subida de nivel a '70' también entra dentro del paquete, así como todas las pequeñas mejoras conseguidas tras seis años de parches, porque os aseguramos que el juego ha cambiado una barbaridad desde su salida, afortunadamente para mejor.
Los que jueguen por primera vez se encontraran eligiendo una de las siete clases disponibles (mago, bárbaro, monje, cazador de demonios, medico brujo, cruzado y nigromante), para explorar el mundo de Santuario, ir haciéndonos mas fuertes a base de recolectar equipo, y acabar con el reinado del omnipresente Diablo.
Iremos desbloqueando habilidades conforme subamos de nivel, pudiendo tener hasta seis activas a la vez, aunque en cualquier momento podemos ir trasteando con ellas y crear diferentes arquetipos para cada uno de los personajes, sin penalización.
En el aspecto gráfico es un juego bastante resultón, muy agradable de ver, mejorado en algunos detalles como texturas y fluidez, y al ser un juego veterano no pide sobreesfuerzos a la consola, así que se juega muy bien.
El control ha sido adaptado de manera excelente a consola, como ya paso con el resto de consolas de sobremesa hace unos años. Parece mentira que un juego pensado para ratón y teclado se juegue de manera tan cómoda con mando.
Por supuesto, también podemos llevarnos la Switch con Diablo a donde queramos, o jugar con un sólo JoyCon por persona para entrar al modo multijugador, alterando un poco los controles al disponer de menos botones, pero uno se acostumbra rápido.
La experiencia en todos los ámbitos es completa, no sólo en lo que trae el pack del juego, sino en cosas como los eventos de temporada, una de las últimas novedades de las que disfrutó el juego.
Estas temporadas duran varios meses y en ellas empezamos un personaje de nuevo, como si acabáramos de comprar el juego, inventario vacio y ni un oro en la cartera, pero con posibilidad de conseguir objetos exclusivos que luego llevar al juego normal cuando acaben.
La versión de Switch también dispone del modo incondicional (o hardcore), en el que sólo disponemos de una vida para nuestro personaje, y el morir nos hace perderlo, con todo lo que lleve encima en ese momento. Un modo sólo para los más osados y los que tengan una conexión decente.
Podemos afrontar el juego solos o en compañía de hasta 3 amigos, con lo que la dificultad aumenta en consonancia. De igual modo podemos tirar de matchmaking y unirnos a gente que tenga partidas creadas online.
En las partidas multijugador, si nos cae algún objeto que no necesitemos podemos compartirlo con nuestros compañeros de partida, pero con un límite de 2 horas.
Diablo III: Eternal Collection para Switch es una de las mejores maneras de disfrutar este juego, teniendo la posibilidad de hacerlo portátil, un control muy bien llevado y todo el contenido que probablemente vaya a tener (no esperamos nada importante tras las cosas que ya han salido y el tiempo que hace de lo último).
En definitiva, un juego al que dedicarle cientos de horas en busca de la equipación perfecta con la que matar a Diablo y sus esbirros, y si es en compañía mucho mejor.