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Hemos visto Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald y esto es lo que nos ha parecido
¿Dónde están esos crímenes que yo los vea? ¿Dónde?
Ya hemos visto la segunda parte de Animales Fantásticos, Los Crímenes de Grindelwald, y tenemos algunas cosas que decir al respecto. La segunda parte de la precuela de la saga Harry Potter vuelve dirigida por David Yates – un veterano en el mundo mágico – con Eddie Redmayne como protagonista y con Katherine Waterstone, Alison Loren, Zoë Kravitz, Dan Fogler, Johnny Depp o Ezra Miller repitiendo en los papeles de la primera entrega.
Se unen esta vez Jude Law como el joven Albus Dumbledore, Claudia Kim como Nagini o Callum Turner como Theseus Scamander, hermano del protagonista Newt.
Un montón de nombres para una producción gigantesca que se desplaza desde la Nueva York de la primera parte al París y al Londres de principios del siglo XX donde la amenaza de una guerra entre el mundo mágico y el muggle parece tener mucho de paralelismo con las grandes guerras que llevaron entonces a Europa a la ruina más absoluta fuera de la ficción.
La cinta tiene muchas nuevas criaturas mágicas, obviamente, y algunas recuperadas de las que más 'ooohs' y aaahs' levantaron en la primera película. También está perfectamente rodada para ser disfrutable al cien por cien en salas de IMAX o 3D.
La historia gira en torno al bueno de Newt Scamander (Redmayne) intentando de nuevo ayudar a Credence (Miller) e intentando, también, que Grindelwald (Johnny Depp) no se haga con el control del mundo mago y no provoque demasiadas muertes con esa sed de sangre y esa doble cara que lo caracteriza. Junto a Newt lucharán los amigos de la primera entrega capitaneados por la auror Tina (Waterhouse) y Theseus (Turner).
Hasta ahí todo bien. Una película de aventuras con grandes dosis de acción y efectos especiales a punta pala. Lo único que se puede recriminar a esta película es que no hay mucho más que una transición entre la primera de las entregas de este mundo mágico que J.K. Rowling se ha sacado de la manga y las que están por venir.
El seguro de un más que buen funcionamiento en taquilla de esta Los crímenes de Grindelwald hace pensar que el desarrollo del guion lo han dejado para más adelante. Aquí hay muchas idas y venidas, sí, pero nada a la altura del frenético final de la primera de las entregas. Además, se abren muchas historias paralelas que parecen escritas para llenar metraje antes de que aparezcan los títulos de crédito.
La película funciona como un bálsamo para los que esperan con ansias su dosis pottermaniaca pues volvemos a ver Hogwarts y a algunos de sus moradores mucho más jóvenes de lo que imaginábamos – y no nos referimos solo al bueno de Albus. La película promete mucho en siguientes entregas pero puede que los más exigentes encuentren a esta un pelín descafeinada.
Animales Fantásticos: Los crímenes de Grindelwald se estrena el 16 de noviembre.