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Asier Etxeandía y David Bisbal tienen algo en común: Su origen en orquestas de verbena
Repasamos su trayectoria musical
Asier Etxeandía es uno de esos actores que destilan pasión por lo que hacen y que bordan cada trabajo. De ahí que tanto público como colegas de profesión le prodiguen esa admiración de la que hacen gala.
Tan pronto le vemos en el teatro con algún espectáculo arriesgado como en la televisión con personajes como Raúl de la Riva en Velvet Colección, o en el cine junto a Pedro Almodóvar.
Pero ojo, que nadie se refiera a él como actor porque puede que ponga mala cara. Es artista con lo que eso conlleva. Le gusta expresarse a través del arte bien sea interpretación, baile o música. No le gustan las etiquetas.
Y precisamente su álbum debut refleja esa incapacidad de categorizar lo que hace. Su nuevo proyecto se llama Mastodonte y lo comparte con el músico napolitano Enrico Barbaro. Este martes 20 de noviembre lo presentarán en directo en el Teatro Barceló de Madrid y seguro que si vas, vas a bailar un rato.
Pero Mastodonte no es la primera experiencia musical de Etxeandía. De hecho, ha formado siempre parte de su vida y aunque alguno pueda acercarse con prejuicios a lo que hace él tiene claro que “se rompen cuando tú seduces con algo que, en principio, pensabas que no te iba a gustar y eso, precisamente, es el arte para mí”, asegura.
Y eso es lo que pretende con este disco, seducir. Y demostrar que no estaba equivocado con ese empeño suyo de hacer música desde siempre. Pasó por orquestas de verbena, fichó por Un paso adelante, ha cantado con Fangoria o Amaral, ha creado bandas sonoras para el teatro. De hecho, el detonante de este primer disco fue su paso por El intérprete, un espectáculo musical en teatro en el que hacía su particular viaje musical por los artistas que le habían marcado.
"Estuve a punto de quedarme afónico toda la vida por cantar 'Paquito chocolatero'".
Creo que tienes algo en común con David Bisbal y es que tocabas en orquestas de verbena, ¿no?
Sí, para pagarme la escuela de teatro. Fui hombre orquesta y eso me ayudó mucho porque te da mucha tabla: montas, desmontas, haces una verbena de cuatro horas, vuelves a desmontar, te vas de viaje, no duermes y eso da mucho callo. También me enseñó que nunca voy a volver a cantar nada que no me guste porque estuve a punto de quedarme afónico toda la vida por cantar Paquito chocolatero. Tuve un momento de ‘Dios mío, no voy a poder a volver a cantar porque no tenía voz’. Hacíamos conciertos todos los días, en plazas, arena, a la gente le daba todo igual, borracha… es durísimo. Pero gracias a la verbena y a mi tía Clara me pagué la escuela de teatro y fui al jefe y le dijo ‘me voy’. Pero también he estado en bandas de rock and roll, de hard core, de soul… toda la vida he estado cantando con bandas pero es cierto que nunca había encontrado mi sonido como ahora.
Pero la idea de haber encontrado ‘tu sonido’ choca con la idea de no querer estar encasillado.
Sí creo que un artista tiene que tener un sonido propio, no que pertenezca a un estilo. ¿Qué haces? Yo hago blues, yo hago electrónica, yo hago jazz…no…si tú escuchas el disco de Mastodonte cada canción tiene una madre, te recuerda muchas cosas pero tampoco te recuerdan nada porque todas tienen un sonido principal que tiene que tener con el bajo, la batería, la interpretación, con los arreglos electrónicos… todo tiene un sonido un poco mastodóntico. Creo que tiene un sonido que lo argumenta todo.
De la verbena pasaste a Un paso adelante, ¿cómo recuerdas aquella etapa?
Acabé en una serie porque estaba estudiando teatro, salí de la escuela, hacía teatro de calle, hacía un montón de cosas y me surgió un casting que fui con 40 grados de fiebre y me cogieron. Una escena en la que estaba fumando un porro y me cogieron. Lo que mejor saco de aquello son los amigos que saqué de ese momento.
"No soy nada de modas y me toca las pelotas el panfleto y creo que (el feminismo) es un tema bastante importante como para que nos pongamos todos a opinar lo mismo de repente".
Has cantado con Pastora, Nach, Fangoria, Amaral... a priori muy diferentes. ¿A quién te gustaría tener cantando alguna de tus nuevas canciones?
Me gustaría hacer un duo con muchas mujeres, es una idea que tengo de hacer un disco homenaje a la mujer. Creo que existe un Dios y es mujer, sois vosotras. Yo lo he dicho desde que nací, no soy nada de modas y me toca las pelotas el panfleto. Creo que este es un tema bastante importante como para que nos pongamos todos a opinar lo mismo de repente. Esto tiene que ver con algo que yo he sentido siempre y además los niños nunca me han entendido y las niñas sí, me llevo mucho mejor con las mujeres o con los hombres con una sensibilidad fuera de estereotipos y de cosas. Maika Makovski me fascina, es amiga y nos parece una de las artistas de este país más flipantes que hay. Yo sueño con que Jugando a ser mayor la cante algún día Ana Belén, le pega muchísimo.
También has creado bandas sonoras para obras de teatro, ¿es muy diferente a hacer un disco?
Cuando haces las canciones estás imaginándote una historia, así que, forma parte de algo parecido. Hay una canción que iba a estar en este disco pero no va a estar que es la canción original de Sordo, una película que se estrena el año que viene y es muy inspirador el hecho de estar pensando en una historia para poder escribir una letra o para escuchar un sonido o para crear todos los arreglos que hizo Enrico.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...