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‘Baby’, la nueva serie de institutos de élite llega con polémica
Algunos creen que fomenta la explotación sexual
Las series juveniles que tratan problemáticas adolescentes siempre han funcionado muy bien entre los más jóvenes. De Sensación de vivir a Gossip Girl pasando por Dawson Crece o One Tree Hill, entre muchísimas otras. Y en España no nos quedamos atrás. Al salir de clase, Física o Química, El Internado o, ahora, Élite, han sido series de éxito.
Y la cosa no va a cambiar, por lo menos de momento. Lo bueno de las nuevas plataformas es que nos permiten acceder a series de muchos otros países que antes era impensable que llegaran a otras audiencias que no fueran las que se concentran dentro de sus fronteras.
Mientras en España esperamos que los chicos de Élite rueden la segunda temporada, en Italia, se despierta la polémica por Baby, su nueva serie de adolescentes que, como la española, podemos ver en Netflix.
Se sitúa en Parioli, un barrio rico de Roma, y tiene como protagonistas a Chiara (Benedetta Porcarolli) y Ludovica (Alice Pagani), dos chicas de instituto que, no contentas con su vida, se sumergen en el mundo nocturno de un ambiente sórdido que las capta como prostitutas. Por la mañana van al instituto y lidian con sus problemas vitales y, por la noche, su mundo es otro.
Fiestas secretas, drogas de diseño, familias disfuncionales, bullying, el imperio de las redes sociales… y, el tema más controvertido, la prostitución de menores. Las dos protagonistas que acaban ligadas a esta problemática son menores de edad, estudiantes de instituto que buscan traspasar los límites.
¿Explotación sexual?
El Centro Nacional sobre explotación sexual de Estados Unidos mandó una carta a Netflix en la que exponía su descontento. En un comunicado explicaron que “según la legislación internacional y federal de Estados Unidos, cualquiera que esté involucrado en sexo comercial y tenga menos de 18 años es por definición una víctima de tráfico sexual”. Dawn Hawkins, director de la organización, ha señalado que Netflix es solidario con el movimiento #MeToo pero hace oídos sordos en lo referente a la explotación sexual, “claramente dan prioridad a las ganancias que a las víctimas de abuso”.
El director de la serie, Andrea De Sica, ha salido en defensa de tu trabajo alegando que “no es una crónica de hechos reales, la intención es mostrar cómo un grupo de jóvenes puede embarcarse en una aventura en los laberintos de la transgresión, a veces incluso hasta perderse. La cuestión es hacerse eco de sus conflictos y sus elecciones”.
Basada en hechos reales
La diferencia entre la serie española y la italiana es que Élite parte totalmente de la ficción mientras que Baby tiene una base de hechos reales que ocurrieron en Italia en 2013 y 2014 y que se conoció como el caso Baby Squillo. Un escándalo que tuvo como protagonistas a dos jóvenes de 14 y 15 años que se vieron involucradas en un caso de prostitución y explotación sexual.
Sí es cierto que la serie se ha tomado muchas libertades y ha cambiado muchos sucesos, pero la semilla fue aquel caso en el que una de las chicas entró en este mundo para ayudar a pagar las facturas de su madre y, la otra, para comprarse ropa de lujo y pagarse sus vicios. Llegaban a ganar más de 600 euros al día.
La madre de la primera fue condenada a 7 años de prisión por obligar a su hija a prostituirse. La madre de la segunda niña llamó a la policía porque no entendía la procedencia del dinero de su hija. Hubo detenciones y encarcelaciones.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...