Especial
'Artifact' quiere un hueco entre los juegos de cartas.
El juego de Valve, inspirado en DOTA, se lanza oficialmente
El mercado de los juegos de cartas para ordenador no deja de crecer en los últimos años. Al dominador desde su salida, Hearthstone, le sale un competidor cada cierto tiempo.
Shadowverse, Eternal o Gwent han ido haciéndose con cierta cuota de mercado, pero el rey seguía siendo el juego de Blizzard.
Ahora, Valve, creadores de juegos tan importantes como Half-Life o Portal, lanza su propio juego de cartas, basado en DOTA (un MOBA a lo League of Legends), del que bebe en estilo, pero adaptado al tablero de cartas.
Artifact cambia ciertos parámetros que tenemos ya interiorizados a poco que hayamos visto alguna partida de otro juego de cartas.
En lugar de un tablero tenemos 3, que podemos ir alternando por turnos, cada uno de ellos tiene una torre a la que hay que ir bajando sus puntos de vida, aunque por supuesto iremos jugando criaturas y hechizos para evitar que las nuestras caigan primero.
Cosas novedosas que también trae son la no limitación de nuestra mano en número de cartas que albergar, ni tenemos una cierta cantidad de maná por turno. En cada uno podemos realizar las jugadas que podamos con lo que tenemos, de modo que si jugáis un turno explosivo os dejará lastrados para los posteriores. Hay que ser previsores.
Los mazos contienen cuarenta cartas y cinco héroes, que son cartas que tienen un efecto bastante poderoso, y al igual que el Magic de antaño, hay combinaciones de colores, cada uno con sus fortalezas y debilidades.
El juego viene bendecido por el creador del Magic the Gathering original, el que se jugaba con cartas de verdad, Richard Garfield, y quiere ser un abanderado de los eSports en el futuro.
El único detalle que puede llevar a la gente a ser reticente es que Artifact no es free-to-play, como por ejemplo lo es Hearthstone, sino que requiere de un desembolso inicial de 18€, con el que nos vienen un puñado de sobres y un ticket para el modo arena (que después pasa a necesitar un pago para jugarse).
Tampoco hay ninguna divisa dentro del juego con la que comprar los sobres, por lo que hay que tirar de cartera, aunque Artifact permite el intercambio y venta de cartas mediante la plataforma Steam.
Veremos cómo le sale a Valve la apuesta por Artifact, puesto que el mercado de los juegos de cartas está muy competido de un tiempo a esta parte.