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Ventajas e inconvenientes de representar a España en Eurovisión, ¿por qué tanta polémica?
¿Es realmente positivo para un artista ser abanderado de nuestro país?
Parece que la candidatura a Eurovisión 2019 no está siendo especialmente deseada por los posibles futuros representantes. El desapego general de los que fueran concursantes de OT 2018 se palpa en las redes sociales: poco agradecimiento, escasas menciones para incentivar el voto y, sobre todo, falta de interés.
De hecho, concursantes como Alba, Natalia o María han mostrado su desacuerdo respecto a que el Festival de la Canción se celebre en Tel Aviv (Israel), teniendo así muy en cuenta esa parte más politizada de Eurovisión. Tanto es así que incluso parece un castigo para cualquier artista el hecho de representar a nuestro país en el certamen.
Sin embargo, ¿es realmente perjudicial para un cantante ir a Eurovisión representando a España? La respuesta es clara: no. En términos de audiencia, el certamen acumula alrededor de 200 millones de espectadores en todo el mundo, siendo el escaparate idóneo para luego triunfar en gran parte de Europa. El caso más reciente es el de Eleni Foureira con Fuego o el de Netta con Toy.
¿Por qué en España parece que existe tanto prejuicio respecto al Festival?
Dejando a un lado la perspectiva más política del certamen y las polémicas que surgen respecto a este tema, musicalmente hablando Eurovisión es la lanzadera perfecta para un artista novel. Artistas como Beth, con Dime, hicieron de su tema para el Festival su single más conocido.
Si bien siempre existe el miedo de "fracasar" en términos de posicionamiento, es un un error pensar que Eurovisión hunde la carrera de un artista: ni Amaia ni Alfred quedaron en el TOP y ambos dos han empezado con éxito su debut en la música.
Tanto es así que si la candidatura se aborda desde el optimismo, las ganas y la ilusión, lo único que puede fallar es que el resultado no sea el esperado. Sin embargo, una buena canción sumada a una puesta de escena adecuada y a un representante con talento no tiene porque fallar.
Ruth Lorenzo o Pastora Soler son los ejemplos recientes que más se acercan a estos tres requisitos: artistas ilusionadas, con un proyecto sólido para Eurovisión y con resultados notables en el certamen.
Muchas más ventajas que inconvenientes
Por tanto, que un artista piense que Eurovisión es negativo o contraproducente para su carrera es un grave error. Si bien es un Festival que tiene en cuenta muchos más aspectos que lo meramente musical, a fin de cuentas es una plataforma en la que millones de personas tienen puesta su mirada. Y, al final, un buen trabajo sobre el escenario es lo que cuenta.
Así, el gran inconveniente de representar a España en Eurovisión es todo aquello que gira en torno a lo que no tiene que ver con la música: la politización o la mecánica de voto. Sin embargo, tal y como ha quedado claro con ejemplos como el de Ruth Lorenzo, una buena participación sí que puede ser un peldaño que suma en la carrera de un artista.