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¿Puede la inteligencia artificial cambiar nuestras vidas?
Huawei sigue marcando el camino hacia el futuro
El pasado lunes día 4 de febrero formé parte de una experiencia muy singular, probablemente la más singular de la que he participado.
Huawei convocó en Londres a gente de toda Europa para escuchar la octava sinfonía de Schubert (conocida como “Sinfonía inacabada”) completada por la inteligencia artificial de su Mate 20 Pro, uno de los móviles más populares del momento.
No hay truco, ni trato. No querían vendernos nada más allá de la dirección y las intenciones de la compañía, no había móvil nuevo, ni portátil, nada… simplemente había que sentarse a escuchar.
Lucas Cantor, compositor implicado en la reconstrucción de la pieza, contó como esta sinfonía inacabada no era productor de que Schubert dejara el mundo con la pieza a mitad, existe una novena sinfonía, simplemente no supo acabar la octava.
Su criterio le decía que la pieza era demasiado moderna para su época y, por tanto, debió acabar abandonada. Cantor, ganador de un premio Emmy, fue el encargado de alimentar a la IA de Huawei con música de Schubert con el fin de que ésta comprendiera al compositor que iba a suplantar. A partir de ahí, el análisis de la 8ª sinfonía y el criterio de Lucas Cantor fueron las herramientas que dieron como resultado los dos movimientos inéditos de la pieza.
Sin ser un erudito en la materia pero habiendo escuchado varias veces la pieza con anterioridad, diré (hablando "de andar por casa") que aquello fue como ir al cine a ver el episodio VII de Star Wars retomado por J.J. Abrahms, tras años de silencio desde los proyectos originales de George Lucas. Sabes que estás viendo Star Wars, nada te hace pensar lo contrario, pero sabes que el material no viene de la misma fuente.
Algo así ocurrió. Los cuatro movimientos formaban parte de una misma sinfonía, no cabía duda. Pero había una marcada diferencia, probablemente intencionada, entre los dos primeros movimientos (originales) y los dos creados por la IA de Mate 20 Pro.
Que de eso se trataba, de terminar algo que Schubert empezó, no de suplantar al creador original. Los 18 minutos creados por la máquina y Cantor tomaron una dirección menos ‘oscura’ y ‘dramática’ que la acusada en los primeros 25.
Con un sonido perfecto brindado por la excelente acústica del Cadogan Hall de Londres e interpretado con absoluto éxito por la English Session Orchestra, la noche del día 4 de febrero debió inolvidable para los amantes de la música y cuanto menos anecdótica con derecho a recuerdo para el resto.
Y acabo con una reflexión a la que llego pensando en la charla que hubo antes de la interpretación. El discurso de Walter Ji (Presidente de Huawei Western Europe) y las palabras que intercambiaron Andrew Garrihy (Marketing Huawei) y Arne Herkelman (Jefe de Planificaión de Huawei).
Huawei ha conducido un coche usando la IA y la red 5G, ha convertido el canto de las ballenas en música del mismo modo y acaba de terminar una sinfonía inacabada de Schubert. Mi pregunta es ¿cuánto más podemos enseñar a una IA para que nos haga la vida más fácil? Todo empieza hoy, de forma anecdótica con la inquietud de los que quieren mover el mundo hacia el futuro, pero… ¿veremos como una IA toma decisiones en un quirófano? ¿podemos enseñar lo suficiente a una IA como para que acabe queriendo enseñarnos a nosotros?
Lo que está claro es que la inteligencia artificial forma parte del futuro y parece que la cámara de los móviles de Huawei no es el único proyecto que les ocupa a este respecto. Veremos más y cada vez más sorprendente.