Mai Meneses (Nena Daconte): “Lo que me hizo dejar la música fue el miedo escénico”
Pero está superado y vuelve con nuevo disco
Estoy convencida de que en algún momento dado, todos hemos tarareado alguna vez Tenía tanto que darte. Es una de esas canciones que le han guardado un hueco a Nena Daconte en la historia musical de nuestro país.
Y es que la historia de Mai Meneses con la música es de esas que siempre hemos seguido de cerca. Pasó por Operación Triunfo pero a su salida optó por autoeditarse. Lo petó junto a Kim Fanlo y luego en solitario. Siempre apostando por un estilo muy personal.
Pero hace seis años que no teníamos disco suyo. Sabíamos que se había casado, que había sido madre pero de música, nada de nada. Ahora que ha regresado con Suerte y hemos querido conocer el porqué de esa ausencia y saber en qué momento musical se encuentra ahora.
Has decidido volver de una manera muy escalonada, llevas unos meses preparando este regreso, ¿lo tenías todo muy premeditado?
Quería un poco recuperar a mi público de toda la vida y a ese público lo que le gusta es la sencillez de las canciones. Por eso saqué Amanecí, que es una canción más lentita con una guitarra, una voz y poco más, e ir captando la atención de la gente. Creando interés en las redes que es un poco lo que más funciona.
Tras este tiempo en el que has estado ausente, ¿con qué cambios te has encontrado a tu vuelta?
Sobre todo que yo cuando me fui no había Instagram. He tenido que empezar de cero, con una cuenta de cero y en un momento en el que nadie me esperaba. Esa ha sido un poco la parte más complicada.
Esto de parar, ¿fue consecuencia de la maternidad?
Lo que más me hizo dejar la música, porque yo la hubiera dejado ya para siempre es que en la época que más éxito estaba teniendo con Nena Daconte, más giras, más vorágines de trabajo empecé a desarrollar un miedo escénico, pero una barbaridad. Cada vez me costaba más hacer conciertos, hacer entrevistas. En vez de miedo escénico, yo lo llamaba pánico escénico de lo que yo estaba sufriendo. Llegó un momento en el que pensé que no merecía la pena sufrir cada día por mucho que me gustara la música y quisiera llegar a la gente. Tomé la decisión de dejarlo, de apartarlo y durante todo este tiempo, aparte de la maternidad y haberme dedicado un poco más a los niños, he hecho mucha terapia, mucha meditación para conocer mis miedos, para ponerles nombre, para un poco superarlo.
Pero no dejaste de componer…
Dejé la música pero los miedos no se iban y tuve que hacer mucho viaje terapéutico. Me empezaron a salir nuevas canciones en las que hablaba de superar obstáculos, de amanecer… De pronto un día pensé que habían desaparecido todos los miedos y me encontraba en un lugar nuevo y de eso habla Amanecí que es como un despertar a na vida nueva. Quizás también la madurez en este tiempo ha ayudado. Una vez que empezaron a salir canciones, que me veía más preparada me lancé otra vez a la aventura de sacar un disco.
Pero este pánico escénico del que hablas no estaba ahí en un principio, ¿has localizado la causa?
De broma pienso que he tenido muchos fracasos en mi vida profesional, también en la personal. Cuando llegó el éxito no me había preparado para tener éxito. No estaba como de acuerdo con el momento que estaba viviendo y fue paulatino, cada vez más hasta que llegó un momento que dije, ya no voy a poder seguir trabajando en la música porque me está sentando fatal.
¿Y ahora?
Ahora, por ejemplo, creo que lo tengo más controlado pero a la hora de hacer conciertos ni lo voy a hacer todo ni voy a hacer todas las entrevistas de promoción ni todos los conciertos que salgan. Voy a hacer cosas muy escogidas para las que me haga especial ilusión prepararme bien.
También está el hecho de que tus niños siguen siendo pequeños, ¿no?
Tengo dos, uno de seis y uno de cuatro y tampoco saben que mamá es cantante, no lo entienden.
Y cuando les has puesto el disco, ¿qué dicen?
Lo apagan, me quieren para ellos mismos y no quieren que cante. Cuando canto en casa me dicen, ‘calla’. Son muy pequeños.
En una de las notas de prensa de esta nueva etapa podemos leer: “Dejando atrás su segunda etapa con Universal, más colorista y de rumbo algo más errático”. ¿Qué pasó?
Cuando empecé autoedité el primer disco que tres años antes lo habían escuchado todas las discográficas y no les había gustado, no era buena y tal. A los tres años eran un disco magnífico, ganó un montón de premios…eso me dio la pauta de pensar que el éxito en el fondo es algo interno porque lo sucede por fuera siempre va a depender de que sea tu mejor momento, de que estés en el lugar adecuado, que hayas conocido a la gente adecuada y que la gente en ese momento quiera escuchar ese tipo de canciones. Me autodité y desde Barcelona teníamos todo el control artístico, era como un trabajo muy elaborado desde casa. Luego me vine a Madrid y desapareció el equipo de trabajo y a lo mejor no me supe hace entender por Universal, no hubo la misma sinergia y ahora, después de estos seis años, he pensado que lo que ha fallado es que me sentía separada de todos los procesos que llevan editar un disco. Ahora vuelvo con el equipo del principio y siento que las cosas vuelven a funcionar.
Tu disco es conceptual y gira en torno a la suerte, ¿cómo surge esta idea?
La suerte ha tenido un papel fundamental en mi vida. Siempre parece que hay una especie de energía que te hace ir por un camino determinado. También eres tú la que vas como eligiendo esos caminos. Pero a veces he tenido más éxito de cara al público porque estaba en el momento adecuado. Tuve ese golpe de suerte. Quería sacar un disco de 7 canciones porque es mi número de la suerte, también es el número de la suerte en algunas culturas y también quería dejar como abierto el disco a que dentro de tres meses, por ejemplo, pueda sacar otra canción y dentro de seis, otra canción. Que no sea algo como muy cerrado sino que se pueda extender en el tiempo.
¿Eres muy supersticiosa?
No mucho pero yo, debajo de una escalera, nunca pasaría (risas).
Es difícil pero si tuvieras que quedarte con un momento de tu vida de mucha suerte, ¿cuál sería?
Yo creo que en la música fue conocer a Raúl, mi manager con el que he vuelto ahora. Ha sido una persona que me ha entendido perfectamente. Yo soy muy tímida, a la gente le cuesta verme como artista en algunos casos porque lo tengo todo muy escondidillo y él ha sabido sacar todo eso.
En Amanecí cantas: “puedo tocar la simplicidad de los sentimientos”, ¿realmente crees que son así de simples?
Cuando meditas mucho todo se simplifica y hasta tu forma de ser o esos escondites que uno tiene van saliendo a la luz y se van aclarando, me refiero a eso. Las cosas en el fondo no son tan complicadas a nivel de sentimientos, al final siempre puedes esquematizarlo todo.
En La llama hablas de fracasos… ¿cuáles te pesan más?
Yo he tenido muchos fracasos. A nivel musical tuve un momento de éxito muy grande pero hasta llegar allí la verdad es que me ha costado bastante. Siempre he tirado porque confiaba en mis canciones y confiaba en mí misma pero no porque tuviera facilidades alrededor.
En otra de las canciones dices: “Ya no somos niños”. ¿Cuándo te hiciste mayor?
En este período. Esa canción me gusta mucho porque es muy alegre. Habla de, de una forma así como muy rápida, de que cuando dejas de ser niño pierdes la inocencia absoluta y las cosas duelen más en algún sentido porque ya no se pueden curar. De pronto el tiempo te va poniendo y no tienes muchísimas más oportunidades hacia delante. Luego te vuelves más tranquila porque como hay cosas que no puedes cambiar…
Ya sé es tremendamente triste, ¿a quién o qué hace referencia ese profundo desamor?
Es precisamente hablando de oportunidades, te das cuenta de que hay oportunidades que ya no vas a volver a tener y hay gente que no va a pasar en tu vida o no se va a fijar nunca en ti. Yo soy muy dramática y cualquier cosa así, más normal, le busco como el punto flamenco.
Las piezas audiovisuales enlazadas, lo has cuidado todo al detalle.
No hay nada al azar en este disco, todo está estudiado y son pequeños detalles. Es como un guiño a lo sutil, a los detalles. Creo que esas cosas le gustan a mi público porque luego lo comentan.
Tu música sigue teniendo ese punto nostálgico, ¿fiel reflejo de cómo eres tú?
Sí, yo soy muy melancólica, muy nostálgica y dramatizo bastante pero ya en mi vida estoy como más tranquila pero mis canciones siguen teniendo ese puntito aunque este disco veo que es más positivo.
También ese punto agridulce que uno no sabe muy bien hacia dónde inclinar la balanza, ¿tú lo tienes más claro?
Mi madre diría que ‘eso es ser realista’. Soy como extremadamente realista en muchas ocasiones y ese punto como negativo es de donde saco para componer. En el momento en el que estoy peor es cuando compongo. La hago y a los diez minutos ya estoy bien.
En este tiempo que no has hecho música pero la habrás escuchado, ¿Qué te ha llamado la atención?
La verdad es que escucho mucha música comercial y a mis niños les encanta, yo no sé qué tiene la música de la radio pero a los niños les engancha desde el primer momento. Lo que yo me pongo en casa para estar tranquila, he descubierto a un chico que se llama Sufjan Steven, no todo lo que hace me gusta pero tiene unas cuantas canciones que son super relajantes, super bonitas… Bon Iver, Charlotte Gainsbourg… he redescubierto a David Bowie que lo escuchaba pero no llegaba el momento de escucharlo y ahora lo escucho muchísimo. Escucho un montón Beatles porque siempre que lo escucho me parece nuevo, me sigo gustando muchísimo, Elvis Costello…
Si vamos a tu casa lo mismo escuchamos reggaeton que escuchamos clásicos, ¿no?
Lo que suena en la radio…tengo que reconocer que el reggaeton no lo pongo pero sí que escuchamos a Bruno Mars, Ed Sheeran, Adele…Su padre les pone como rock, Europe y cosas de esas.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...