Capitana Marvel: Luces y sombras en la película más controvertida de la factoría

Ni es tan buena como quieren hacer ver sus defensores, ni tan mala como dicen sus trols

The Walt Disney Company

El viernes 8 de marzo llega a los cines Capitana Marvel, la anticipadísima historia del personaje femenino de Marvel Studios al que encarna Brie Larson y que cuenta con Samuel L. Jackson, Annete Bening, Jude Law, Ben Mendelsohn o Gemma Chang en su reparto.

Una película que tiene su origen en el cómic Miss Marvel, de 1977, que contaba cómo Carol Danvers llegaba a ser una superheroína después de una fuerte explosión que la haría receptora de sus poderes. Eso es, en parte, lo que la película busca explicar al igual que la lucha de Danvers por proteger a la Tierra de una invasión Kree y de aclarar varias teorías que se quedaban en el aire tras el final de Vengadores: Infinity War.

La película es la primera de Marvel que cuenta con cinco guionistas mujeres en su ficha técnica. Meg Lefauve, Nicole Perlman, Genea Robertson-Dworet, Liz Flahive y Carly Mensch rubrican una historia que dirigen Anna Boden y Ryan Fleck.

Capitana Marvel se anunció – y así es – como la primera película de Marvel enteramente conducida y protagonizada por una superheroína. La historia cuenta los orígenes de Carol Danvers hasta llegar a convertirse en lo que termina dando nombre a la película. Una historia de orígenes ambientada en los 90 que se sirve de esa nostalgia para llegar a los padres que acompañen a sus hijos a ver la cinta.

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Porque sí, la representación es importante y de eso Capitana Marvel va sobrada. Vemos a Danvers en todas las fases de su vida – de la niñez a la edad adulta – sufriendo toda clase de desigualdad y vejaciones propias de un machismo caduco para convertirse en lo que acaba siendo. Tan caduco es ese machismo que en ocasiones la película casi roza la caricatura y adolece de ser demasiado burda en cuanto a sus intenciones.

No seremos nosotros los que digamos que no es necesario un cine reivindicativo, más ahora en plena época del #metoo y en el mes de las mujeres. Lo que sucede es que a Capitana Marvel le pesa más el ser la película de referencia para sus estudios en cuanto a ese tema que el contar una buena historia o contar una historia, sin más.

En ocasiones el espectador siente que está viendo una sucesión de gags de empoderamiento, refritos de chistes de los 90 (aunque somos fans de ese guiño a la Jamie Lee Curtis) y peleas que ya hemos visto en las decenas de películas de la factoría anteriores.

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Es inevitable comparar Capitana Marvel con Wonder Woman y es la segunda la que gana por goleada en cuanto a coherencia, sentido e historia. DC se adelantó, por una vez, en el campo de las mujeres y la cinta dirigida por Patty Jenkins sale vencedora con mucha diferencia con una película divertida, bien construida y un personaje que no necesita justificar su feminismo a cada paso que da en el metraje porque éste se justifica solo.

Lo que no podemos negar es que Capitana Marvel tiene puntos a su favor como la increíble química entre su protagonista, Nick Furia (Samuel L. Jackson) y Goose, al que los espectadores descubrirán en la cinta. Tampoco hay que menospreciar una banda sonora que en ocasiones peca de obvia pero que vuelve a traer a primera fila a Elástica. Y, bueno, aunque el papel de Jude Law como Yon-Rogg aporte bastante poco hay que reconocer que el actor británico luce ahora un físico esplendoroso que siempre es de agradecer ver en pantalla grande.

En conclusión, Capitana Marvel es una película que gustará a los fans de las películas de Marvel, generará odios a aquellos puretas de los cómics a los que todavía les revuelve ver a una mujer en un papel principal en este género y conseguirá que las niñas supliquen por el disfraz de Danvers como en su día hicieron con el de Elsa. Y solo por eso, ojo, ya hubiera merecido la pena. Pero esperábamos una pizquita (o pizcota) más.

Capitana Marvel se estrena el 8 de marzo.