¿Qué fue de Emilia y su ‘Big Big World’?

Vamos a viajar en el tiempo, concretamente a 1998, cuando una joven sueca no dejaba de sonar en televisión y dejaba la pegadiza melodía de su canción en la cabeza de todo aquel que se la cruzaba. Era Emilia Rydberg y su Big Big World, un tema con el que llegó a la fama internacional y con el que aún es recordada a pesar de que ha sacado cinco discos a lo largo de su carrera.

“Una chica grande en un mundo grande”, dice la letra, y grande fue también la acogida que este tema tuvo en España. Llegó a finales de los noventa y rápidamente se metió en nuestras cabezas y en las listas de éxitos, llegando a ser número 1 de LOS40 el 20 de marzo de 1999, hace ahora ya 20 años.

Hasta que llegó con Big Big World, nadie había oído hablar de esta nueva promesa de la música, y fue descubierta casi por casualidad dos años por el mánager de ABBA, Lars Andersson, qe se quedó prendado de su voz nada más escucharla por primera vez. Sin embargo, desde ese gran hit, poco hemos podido saber sobre Emilia. ¿Qué fue de ella?

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Muchos piensan que Emilia fue una one-hit wonder más es ese ‘big big world’ que es el mundo de la música, pero lo cierto es que sigue viviendo de las canciones, concretamente de ese hit noventero que tantas alegrías le sigue dando en forma de royalties. En su país siguen sonando sus nuevas canciones, y consiguió publicar cinco discos, el último de ellos, I belong to you, en 2013.

También intentó ir a Eurovisión presentando a su país en 2009, y llegó a la final del concurso en que le se elegía la canción para este certamen, pero no lo consiguió finalmente.

Como si de una premonición se tratara, Emilia se topó rápido con un mundo demasiado grande cuando llegó a triunfar en la música. Ahora prefiere tomarse las cosas con calma y huir de la superficialidad de la industria. “Prefiero eso que empezar a sacar discos cada año, con mucha prisa por vender y sin sentido”, reconocía en una entrevista para la televisión sueca.

La cantante reconoce que vivió con alegría el éxito, y que fue para ella “una experiencia inolvidable aunque poco productiva como artista”. Y es que Emilia reconocía que “fue un poco agotador y superficial”, pues así se refería a la experiencia: “Me estaba convirtiendo en mujer y entrando a este mundo donde no había padres que me dijeran qué hacer. Sobreviví y es una experiencia y fue genial. Pero es una forma un poco extraña de comenzar una carrera, hubiera sido bueno haber desarrollado eso poco a poco, en lugar de empezar desde arriba la primera vez”, se sinceraba en una entrevista.

Precisamente quizá por su deseo expreso de empezar de cero, decidió también cambiar de apellido, al menos profesionalmente hablando. La artista pasó de llamarse Rydberg a Mitiku, pseudónimo con el que se conoce actualmente, incluso en redes sociales. Puede ser que por ello nos hayamos olvidado un poco de ella, aunque siempre tuvo claro que era una buena forma de empezar desde la base y con el tempo que ella marcaba: a fuego lento.