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Emilia Clarke desvela el peor episodio de su vida: sufrió dos aneurismas cerebrales
"Parecía que había pasado una guerra más espantosa que cualquiera de las que haya experimentado Daenerys"
Emilia Clarke se encuentra en plena promoción de la última temporada de Juego de Tronos. El próximo mes de abril, ¡por fin!, sabremos quién se sentará en el trono hierro. Y sí, Daenerys, su personaje, tiene muchas papeletas para conseguirlo.
Pero Emilia Clarke ha vivido en sus propias carnes un calvario que ni la propia Daenerys Targaryen. La actriz de 32 años ha publicado una carta en The New Yorker títulada A Battle for My Life (La batalla por mi vida), relatando dos episodios en los que sufrió dos aneurismas cerebrales y que por casi acaban con su vida.
“En el momento en que todos mi sueños de niña parecían haberse hecho realidad, casi perdí mi mente y luego mi vida. Nunca he contado esta historia públicamente, pero es el momento”, empieza diciendo la actriz.
Clarke comenta que cuando acabó la primera temporada de Juego de Tronos se encontraba “aterrada” ante toda la atención de los medios y la gran exposición social que tenía. Esta situación le provocó mucho estrés. Para intentar llevarlo mejor acudió a un entrenador personal y durante una sesión empezó a encontrarse mal. “Sentía como si una goma elástica me apretase el cerebro. Intenté ignorar el dolor, pero no pude. Le dije a mi entrenador que necesitaba descansar”.
Cuando llegó al baño, la actriz sentía como taladrazos en la cabeza: “Sabía que mi cerebro estaba tocado”. Por suerte, una mujer la descubrió en el baño y llamó rápidamente a la ambulancia. En ese momento, Clarke cuenta que todo se volvió borroso:
“Como nadie sabía lo que me pasaba, los médicos y las enfermeras no podía darme medicamentos para aliviarme. Al final me hicieron una resonancia magnética. El diagnóstico fue rápido y terrible: una hemorragia subaracnoidea (SAH en inglés), un tipo de accidente cerebrovascular potencialmente mortal, que está causado por una hemorragia en el lugar que rodea el cerebro (…) aproximadamente un tercio de los pacientes con SAH fallecen inmediatamente. Los que sobreviven tiene que hacerse un tratamiento urgente para cerrar el aneurisma, ya que existe un gran riesgo de una seguna hemorragia, mortal para muchos. Si quería sobrevivir y evitar secuelas, tenía que someterme a una operación urgente”.
En aquel momento la actriz contaba con tan solo 24 años y “la operación no entraba dentro de sus planes”: “Esta no sería mi última cirugía y no sería la peor”.
Cuando se despertó, la actriz, con un tubo en la garganta, no sabía dónde se encontraba: “Me sacaron de la UCI tras cuatro días y me dijeron que el objetivo era superar las dos primeras semanas. Si lo superaba sin complicaciones era posible una buena recuperación”.
Entonces la actriz cuenta uno de los episodios más horribles, cuando una enfermera le preguntó por su nombre: “Una noche, tras haber pasado dos semanas, una enfermera me despertó y me preguntó mi nombre (…) Pero no podía recordarlo. De mi boca salían palabras sin sentido y entré en pánico (…) Yo soy actriz, tengo la necesidad de recordar los textos y ahora no podía recordar ni mi nombre (…) En los peores momentos, les pedí a los médicos que me dejaran morir”.
Una semana más tarde estaba fuera de la UCI. Clarke sabía hablar y recordaba su nombre sin problema. Un mes después, estaba fuera del hospital y regresó a su vida normal. Eso sí, tenía que estar pendiente pues aún tenía un aneurisma más pequeño al otro lado del cerebro que podía romperse de un momento a otro.
Tras el rodaje de la tercera temporada en 2013, Emilia acudió a una de sus revisiones médicas y le dijeron que el segundo bulto había crecido y tendía que operarse: “Me prometieron una operación mucho más sencilla, más fácil que la última”.
Le hicieron la misma operación que hacía un año, pero esa vez no fue bien: “Tuve una hemorragia masiva y los médicos me dijeron que si no me operaban de inmediato tenía escasas posibilidades de vivir. Esta vez tenían que acceder a mi cerebro de manera tradicional, abriendo el cráneo”
“La recuperación fue más dolorosa que la de la primera vez. Parecía que había pasado una guerra más espantosa que cualquiera de las que haya experimentado Daenerys”, escribe la actriz.
En aquel momento, tal y como explica la actriz, lo que más le preocupaba era haber perdido algún sentido cognitivo: “Ahora le digo a la gente que lo que me hizo fue perder el buen gusto por los hombres”.
Por suerte, la actriz sobrevivió a todo ello, recuperándose y volviendo a tener una vida normal. Ahora, colabora con SameYou, una asociación benéfica que brinda ayuda a las personas a recuperarse de lesiones cerebrales.
Alberto Palao
Periodista musical. Me gusta comer burritos y escuchar canciones cortavenas. Encuentro todo tipo de...