Así se siente Leiva justo antes de comenzar su nueva gira
“Yo tomo jengibre, Composor 8, vino y Enantyum”
La cuenta atrás ha comenzado para Leiva que este 10 de mayo comenzará su nueva gira en Salamanca. Hace unos días ya nos anunciaba que ya tenía a los chicos, y en este caso, también a la chica, preparados para comenzar: “Vuelve la Leiband con nueva incorporación en la banda. Nuestra Emmylou Harris, Patricia Lázaro”.
Ya en ese momento nos aseguraba que estaban “ensayando a tope y suena como un trueno loco. Estamos locos por tocar de una puta vez”. Sin duda, el directo es uno de los puntos fuertes del que fuera la mitad de Pereza que sabe cómo conectar con un público que, ya de por sí, suele acudir completamente entregado.
Ya le hemos visto completamente volcado en esta nueva etapa. “Apenas queda una semana para el primer show de la gira. Repasando con mi vieja Gibson de 1929”, escribía hace apenas un día.
Y debe ser que se encuentra totalmente inspirado en este nuevo tramo de Nuclear porque ha querido compartir un extenso texto en el que nos pone al día de la situación y de lo que está por llegar.
“Apenas queda una semana para el primer show de la gira en Salamanca. La banda empieza a estar engrasada. Hay vértigo pero suena muy vivo. Disfruto mucho d ese punto cuando nada está mecanizado. Estamos con los ensayos generales, en una nave inhóspita de Getafe. Los técnicos y backliners pululan como luciérnagas con sus frontales de luz en la cabeza. Desmontan, abren amplis, ponen a punto sus equipos y nos escuchan mientras les hablamos muy rápido. Putos héroes”.
Por sus palabras, está claro que Leiva se involucra en todos los aspectos que conciernen a sus conciertos. Que conoce a la perfección a cada miembro de su equipo y se preocupa por cada uno de ellos.
“Mario y Ego de Blur llevan días sin dormir laburando muy duro en todas las visuales. Dicen mucho ‘escorzo’, ‘fuera de sincro’ y ‘mierda’. Me cuadra mucho trabajar con ellos, Kikín está a todo lo que da. Cuida de todos nosotros y nos quiere bien. Pop se ha comprado unos sintetizadores analógicos y anda bastante en bucle con su movida. Cree que le entendemos. Cree que le escuchamos”, sigue enumerando sobre el estado de cada uno de ellos.
Y es que en unos días emprenderán un largo viaje, el que les llevará de gira por todo el país. Pero él, ¿cómo se siente él? También lo ha querido explicar: “Yo tomo jengibre, Composor 8, vino y Enantyum. Creo que tengo el repertorio definitivo, pero lo cambio a cada ratito. Ha habido una buena sangría de canciones, pero es el momento de apostar por la cantera”.
Pero, entre ensayo y ensayo, tiene momentos de ocio para desconectar. Así contaba su viernes noche: “Nos damos unos golpecitos en la espalda al terminar el ensayo como en The Commitments. Llego frito a casa y veo 20 minutos del primer capítulo de un par de series diferentes. Abandono las dos. Pongo cualquier Informe Robinson. Leo un rato Reacciones psicóticas y mierda de carburador. Me levanto y escribo en la pizarra de la nevera ‘probar acordeón en Vis a vis’.
Desconexión relativa porque la gira siempre está en su cabeza. El relato continúa: “Me hago un bocata, y me parto una muela por la mitad. Llamo a mi hermana. Debo de estar apretando mucho por las noches, dice. Mañana dentista, extracción y su puta madre”.
Parece que el estado de nervios previo al comienzo de una gira pasa factura en la salud… que todo sea una muela. “Paz me envía el merchan de gira y no me gusta nada. Un rato después me gusta un poco más. Luego me parece flipante, aunque, en el fondo, pienso que nunca me compraría una camiseta mía”, reconoce con total honestidad.
“Bajo al chino y compro 6 latas de cerveza y dos paquetitos de quinoa. El tipo del reloj gigante no para de hablar a gritos dentro de la tienda. Es de los que llama ‘gordi’ a su chica y ‘gordito’ a sus amigotes. También sé que su chica no está nada gordi. Suelta unas risotadas altísimas como si quisiera explicarnos lo bien que rula todo en su vida. Me gusta pensar que su teléfono está apagado y automáticamente me cae bien el tipo”, sigue relatando.
Y no se deja detalle. Tras su fugaz compra vuelve a casa: “Subiendo la cuesta a casa me encuentro con la mamá de mi amigo Luisón, me dice que es precioso el disco, sobre todo la portada y el arte. Ella siempre fue de vinilos y todo esto del streaming, playlists y las descargas se le escapa un poco, dice. Me gusta escucharla y pienso que hacemos bien en seguir cuidando el disco como objeto. Todavía hay quien lo valora y a quien le conmueve. Suficiente para mí. El amor en tiempos de Tangana".
Parece que lo de dormir no se le está dando demasiado bien en estos días como demuestra el final de su relato: “Cocino algo pero me duele un montón la muela y no puedo cenar. Agarro la guitarra y hago solos encima de la musiquilla de Equipo de investigación. Me acurruco en la nada unas horas. De repente vuelvo, me incorporo con la guitarra encima y canto Godzilla en un tono ultra grave. Escucho In my secret life de Cohen. Me mata. Son las 3.15am. Habrá que dormir. A ver qué pasa con todo. Me digo”.
Seguro que sus fans están tan nerviosos como él ante la expectativa de volver a disfrutar con él de su música en directo. Solo queda decir: Que comience la función.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...