Especial
Elton John, toda una carrera distinguiendo la cultura pop
Con su biopic Rocketman, el pianista pone el broche de oro a la página que ocupa en la música y el imaginario popular
Esta es la historia de cómo Reginald Kenneth Dwight mató al pianista. Aunque, mejor dicho, le conocemos por el nombre de Sir Elton John. Envuelto en su gira de despedida, el británico estrena estos días mundialmente el biopic de Rocketman en el Festival de Cannes y está a punto de poner el broche de oro a toda una carrera encima de los escenarios. Registrado en 1972, su nombre es mucho más que un nombre artístico; es una institución; y su música, un repertorio inolvidable de una época que nos marcó, tanto como lo hicieron Queen y David Bowie.
Jugando con el título de uno de sus discos, se podría definir perfectamente cómo el hombre cohete, que desde sus inicios tenía claro qué artista iba a ser. Sin saber muy bien por qué respondió a ese anuncio que buscaba compositores a finales de los 60, pero sí tenía claro que no era muy rockero, por lo que tenía que hacer algo propio, tal y como explica en el documental sobre su carrera Elton John: La canción favorita de una nación (2017).
Cuando todos querían causar revuelo, él se quedó con la elegancia ante el piano y se deshizo de la rigidez de ser el pianista. Imitaba a Little Richards y Jerry Lee Lewis brincando y poniéndose de pie en el piano, haciendo de ese hándicap inmovilista la mayor virtud de su directo. Un espectáculo motivado por la necesidad de hacer algo visual para llamar la atención y que contaba con la alianza de un vestuario que nos ha dejado imágenes icónicas como la de Elton John tocando con su traje de Pato Donald.
Esa asociación con la moda y lo estrambótico de sus looks en los conciertos son una de sus contribuciones a la cultura pop más allá de su música. Ese personaje “brutal”, como lo definía Julián Ruiz, productor musical de Tino Casal que le conoció en 1970, se empezó a fraguar cuando juntó el nombre de sus compañeros en Bluesology, la primera formación musical en la que participó, y se distinguió de los demás haciendo rock and roll al piano y con las letras de su colaborador Bernie Taupin.
Empezaron a tener éxito con una balada imbatible, Your Song, probablemente la canción más apreciada por el público, para más tarde tocar todos los palos con Crocodile Rock, Bennie and the Jets o Don’t Go Breaking My Heart, a dúo con Kiki Dee. Fueron cosechando números uno, pero tenían la visión de la efervescencia que suponía eso. Renovarse o morir y aprovechar el momento: el lema con el que Elton John supo ganarse el pulso a la intrascendencia. Incluso, la de algunos temas que no triunfaron del todo.
Renovarse o morir y aprovechar el momento: el lema con el que Elton John supo ganarse el pulso a la intrascendencia
Artista, amigo y maestro
Allí estaba en cada evento importante. Después de jugar Billie Jean King la Batalla de los sexos del tenis, el mítico partido en el que derrotó a Bobby Riggs, Elton John le compuso una canción en honor a la que ya era su amiga. La tituló Philadelphia Freedom, como el equipo que había formado King, y contaba hasta cómo la tenista marcaba sus pasos hacia el árbitro cuando estaba descontenta con la puntuación. Otras canciones que componían John y Taupin conseguían jugar con el misterio y generar por sí solas distintas versiones de la historia que contaban, como es el caso de Daniel.
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Como explica Boy George en el documental La canción favorita de una nación al respecto de Sorry Seems To Be the Hardest Word, todo el mundo podía identificarse con ese tema. Una sensación inherente al repertorio del artista que contagia con su habilidad para comunicar emociones ante el piano. Pasa también con Your Song, que parece dedicada a un protagonista universal y abraza la idea de una balada que pueda enamorar a todo el mundo. “Asegura que las canciones tristes son las que más venden y las que más gustan. Esas son las favoritas de todo lo que ha hecho”, explica Julián Ruiz.
Con Sacrifice quiso redimirse de su pasividad durante los 80 ante el Sida. Antes había sido el protagonista torturado en la letra de Somebody Save My Life Tonight, donde habla de cómo su amigo y compañero en Bluesology, Long John Baldry, le había dicho cometía un gran error si se casaba con la mujer con la que salía entonces. Contrarrestó así también el miedo que había tenido en el pasado a declararse abiertamente gay, manifestado en la portada de Rolling Stone que protagonizó en 1976, y abrió las puertas de la Fundación Elton John contra el Sida, para la que empezó a recaudar fondos con sus sencillos.
En los 90, el británico se lució fuera y dentro de los escenarios, siempre al ritmo del mundo que giraba a su alrededor. Ya lo anunció en la gira de Blue Moves cuando decía que era su último concierto: “Mi vida es mucho más que ir de gira”. Había sido presidente del Watford Football Club y ahora estaba a punto de darle una tercera vida a su canción Candle in the Wind, originalmente escrita en tributo a Marilyn Monroe y reinterpretada por Elton John en el funeral de Lady Di en la Abadía de Westminster, a donde entró acompañado de George Michael.
Fiel a su estilo de reavivarse en la industria, consiguió tres éxitos con ese tema: el primero, por el disco en el que está incluido, Goodbye Yellow Brick Road; el segundo, por el álbum en directo desde Australia; y el último, por el homenaje a Diana de Gales en 1997.
Para entonces, el pianista ya podía presumir de un gran triunfo que le había acercado a un público más joven: el Oscar a Mejor canción original por Can You Feel the Love Tonight, perteneciente a la banda sonora de El Rey León. A punto estuvo de no ser incluida en la película por falta de tiempo, lo que le habría privado de unos ingresos importantísimos en los 2000.
Después de que su discografía haya tenido apariciones estelares en múltiples bandas sonoras, la relación de Elton John con el cine culmina con Rocketman, el biopic que recorre su carrera musical y se presenta en la 72 edición del Festival de Cannes. A Taron Egerton lo fichó desde que versionó I’m Still Standing en la película de animación Canta! y quiso que fuera él quien le interpretara en la película, no sólo actuando sino también poniendo voz a la banda sonora.
Elton John sigue siendo una leyenda viva. Una página en la historia de la música, como le define Ed Sheeran. Es un padrino para muchos cantantes, por los recuerdos que asocian a su repertorio y por las llamadas de felicitación que el británico ha hecho a artistas jóvenes, como el cantante Rag’n’bone Man. De ahí la magia de las composiciones de Elton John y Bernie Taupin: no cuentan una historia, cuentan nuestra historia; no son una banda sonora, son la banda sonora de nuestra vida. Que se lo digan a Sheeran, que dio su primer beso mientras sonaba I Guess That’s Why They call It the Blues.