Especial
Cagadas sonadas o lo peor que te puede pasar en un concierto
Anécdotas y consejos de Arnau Griso, Novedades Carminha, Cariño y Cupido a los grupos del Talent Show de Carrefest
En LOS40 nos gustan los hits más virales y las canciones inmortales, pero también salir a la caza del talento. Dar visibilidad a grupos nuevos beneficia a todas las personas que producen o disfrutan de la música. Tal vez pensaron algo similar en algún departamento de Carrefour cuando decidieron elegir a los teloneros del festival Carrefest haciendo un Talent Show. El concurso acaba este domingo, ¡todavía estás a tiempo de participar!
Para ayudar a los concursantes y, de paso, echarnos unas risas, nos hemos puesto en contacto con los grupos del festival Carrefest (Arnau Griso, Novedades Carminha, Cupido y Cariño) para preguntarles: ¿Cuál ha sido tu cagada más sonada y qué aprendiste de ello?
María de Cariño canta y compone, fue tamborilera y en el momento de la entrevista arrastra un resfriado. Amabilísima, no duda en desvelarnos sus cagadas más sonadas: "Muchas veces, cuando tocamos a la solana, a Paola se le rompe una cuerda y se produce un momento incómodo". Cuando le pregunto cómo solucionar eso, responde decidida: "Marcándose un diálogo con los fans. Puedes decirles, por ejemplo, ¡voy a hacer como que vosotros estáis más nerviosos que yo!".
"Hace dos semanas dimos un concierto y yo estaba afónica. Me salían algunas notas y otras no... bebí de todo antes: miel, probióticos y todos los medicamentos habidos y por haber. Salí al escenario con el propóleo en la mano y le dije al público: "Si apunto el micro hacia vosotros es para que cantéis por mi ¡porque veo que no llego!". Le pregunto qué tal salió el concierto temiendo lo peor, ¡pero no!: "Me salieron algunos gallos, ¡parece ser que hay una gallina suelta!, bromee, y todo salió bien. ¡Hay que arriesgar y tomárselo todo con humor! Otros hubieran cancelado directamente".
A Jarri, de Novedades Carminha, tampoco se le pasó por la cabeza cancelar cuando se produjo su cagada sonada: "Hace unos años, minutos antes de comenzar un concierto, se les rompió el generador: Teníamos dos opciones, no tocar y cancelar el concierto o apañárnoslas por nuestra cuenta", relata el bajista de la banda gallega.
"Pillamos a veinte o veinticinco personas del público y les pedimos que nos ayudaran a bajar la batería, los amplificadores, las guitarras y todo el equipo que teníamos, y lo bajamos al medio de la pista de tierra, al aire libre. Nos enchufamos las voces a las barras de la comisión de fiestas y tocamos delante de toda nuestra gente. Las señoras y los señores, los niños, todos juntos alrededor de nosotros en una especie de corrillo... ¡fue brutal! A veces dan igual los medios con los que cuentes, porque lo que importa es la actitud con la que te enfrentes a la vida en general, y a la música en particular". Antes de terminar la conversación, apunta: "De hecho, si hubiéramos tocado encima del palco, seguro que no lo recordaría tanto. Lo recuerdo con cariño porque dijimos, venga, ¡vamos a por ello! Hay que obrar desde las entrañas. Si no, nos dedicaríamos a otra cosa". ¡Sabias palabras!
Cuando pregunto a Arnau, de Arnau Griso, por su cagada más sonada, entre risas me contesta: "¡Tengo millones! Hay una que es recurrente y que no ha dejado de pasarme con el tiempo: me equivoco constantemente con las letras, hasta el punto de que, en el último concierto en Valencia, con mil y pico personas, uno de los últimos temas que cantamos fue Es gratis, nuestra canción más conocida y un himno a la felicidad que he cantado millones de veces. Aquella noche la canté del revés. ¡Empecé por el final! Traté de decir las frases que no había dicho de forma coherente para que la canción tuviera sentido, pero el público estaba completamente descolocado. Fui el único que pudo seguir la letra... ¡nadie la entendía! Fue un desastre muy divertido". Arnau habla con el corazón, le gusta lo que hace y eso se nota.
Le pregunto qué consejo le daría a sus posibles teloneros para que no les pase lo mismo: "¡En mi caso no tiene solución! Es algo crónico y lo acepto. Que vayan a muchos conciertos para darse cuenta de que le pasa a todo dios y, sobre todo, relativizar. Aunque sea la canción más famosa que tengas, el público acepta lo que le des porque sabe que eres humano. Incluso les hace gracia porque es más destacable. ¡Es parte de la gracia de escucharnos en directo!".
"También tenemos el mal hábito de reírnos de todo y de todos durante los conciertos. Alguna vez nos hemos reído de algún partido político y, al rato, nos hemos dado cuenta de que acabábamos de saludarlos. Si te la juegas, pasan estas cosas... En este caso, la solución es intentar no reírte de ningún partido político". ¿Pero... y si lo hacéis? "Nosotros seguiremos siendo siendo punkis", responde, entre divertido y enigmático.
Por último, no os olvidéis de la recomendación de Luis, de Cupido: “Es fundamental tener una visión espacial del escenario. Una vez, tocando en la Razzmatazz delante de 2.000 personas, no sabía dónde estaba el monitor del bajista. Con la flipada, saltando hacia atrás, el monitor actuó como cama... me caí, y la inercia fue tan fuerte que con el impulso me levante hacia delante, como si no hubiera pasado nada. Pero fue ridículo. No sabía dónde meterme, pero tiré para adelante”
Los generadores se rompen, la memoria te traiciona y la voz te falla. Sin embargo, hemos visto que con valentía, empatía y buen rollo todo –o casi todo– se puede solucionar. ¡Así que ya sabéis! No os perdáis el festival de Carrefour, Carrefest, ¡quién sabe qué anécdotas os llevaréis de regalo aparte de un fes-ti-va-la-zo!