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5 aprendizajes del libro que acaba de sacar PUTOCHINOMARICÓN
Su nombre artístico, para el que no lo sepa, no es ninguna una broma sin sustancia. Es, en cambio, el apelativo que ha tenido que escuchar toda la vida por cuestiones de raza y de orientación sexual
PUTOCHINOMARICÓN es Chenta Tsai Tseng. Como “ochenta” pero sin la “o”, que es como él explica siempre su nombre. Y no es casualidad que haya escogido ese nombre, ni siquiera broma: es una suerte de exorcismo y una auténtica actitud ante la vida.
Es mucho lo que ha aprendido el artista en su joven existencia, y lo ha plasmado ahora en su libro titulado Arroz tres delicias: sexo, raza y género (Editorial Plan B). Una obra de la que aprender, y mucho, sobre realidad queer, desigualdad, xenofobia, el alcance mastodóntico de la heteronorma, y mucho más. Recopilamos aquí algunos aprendizajes y animamos fervorosamente a todas las personas que se queden con ganas de más a que se lean el libro.
Aprópiate de tus desgracias y dales la vuelta
Resignificar la rabia, el enfado y todos los disgustos y sinsabores provocados por el odio iracundo de otras personas hacia lo desconocido, y sacar de todo ello aprendizajes y crecimiento personal es la gran enseñanza que transmite Chenta. Porque, aunque suene tópico, lo que no te mata te hace más fuerte. Y porque cuanto más conozcamos este tipo de procesos y herramientas dignas de consulta de psicólogo (que ojo, pasarse por una viene muy bien para lidiar con este mundo cruel), mejor.
El sistema binario está acabado
Hay vida después del cisgénero. Ya lo sabíamos y además hemos oído hablar de ello a Jedet o a Soy una pringada, pero nunca está de más recordarlo. Sobre todo para que nadie tenga que pasarlo tan mal como Putochinomaricón relata en su libro, en el que se autodenomina disidente sexual. La tiranía social de las etiquetas y la norma no escrita de vivir como nos perciben otros obligatoriamente entre dos opciones (hombre o mujer) configura un sistema opresivo completamente prescindible. Educación, educación y educación, con una pizca de reescribir la historia, pueden ser el principio de la solución.
Racismo como norma
Y dirás: “ya se ha avanzado mucho, eso es parte del pasado”, pero no. Gente de mierda, ya lo cantaba Putochinomaricón en su tema así titulado… La cultura occidental en que vivimos inmersos tiene más que reminiscencias de un racismo recalcitrante. Solo hay que ver la amalgama de canciones y frases hechas que mencionan de forma irrespetuosa, banalizante (y racista) a las personas asiáticas. Desde Enrique y Ana con su “Súper disco chino”, hasta la expresión “me engañaron como a un chino”. Que por cierto, tiene una historia bien truculenta detrás que Chenta expone en su libro.
Usar lenguaje inclusivo: sí se puede
Pues sí: este libro está escrito con lenguaje inclusivo. Y se entiende perfectamente. Y es un ejemplo de coherencia, cuidado por el detalle, y de que si se quiere, las cosas se pueden hacer bien e incluyendo a todes. Gracias, Chenta.
Hay que conocer la historia propia y colectiva
Porque no se puede vivir en la desmemoria, y porque encontrar la propia identidad es muy sanador. Un ejemplo que es una gran metáfora: el famosísimo arroz 3 delicias es un plato que te suena típicamente chino pero que no lo es. La “receta” tiene su origen en Estados Unidos, cuando los chinoamericanos que trabajaban y eran explotados en la construcción del ferrocarril transcontinental, por supervivencia, recogían las sobras de comida que tiraban los jefes de la obra. Con esos restos y la cantidad de arroz que les daban a diario crearon el arroz tres delicias.