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Laura Ramos: “Me ha sorprendido la capacidad de los artistas para convertirse casi en niños cuando están en el ‘modo músico’”
Nos cuenta los secretos en gira de grupos como Love of Lesbian o Vetusta Morla
El cine nos ha creado una visión muy idealista de lo que es la vida en gira de un músico. Parece una fiesta continua con un subidón de ego ante el aplauso noche tras noche. Pero no, no todo es así de glamuroso como podemos imaginar.
Laura Ramos, periodista y amante de la música independiente, se cuela en la gira de grupos como Love of Lesbian, Sidonie, Vetusta Morla, Lori Meyers o León Benavante, a través de sus tour managers para acabar con algunos mitos pero, sobre todo, para contarnos la relación que tienen con la gastronomía.
Y nos lo cuenta todo en Roadie Advisor, un libro que, nos cuenta lo que ocurre cuando el artista baja del escenario y las anécdotas se suceden, sobre todo, en lo que se refiere a la gastronomía. Qué manías tienen a la hora de comer, dónde comen o anécdotas de carretera plagan un libro con un punto de vista diferente.
El título viene de un grupo de whatsapp que tienen muchos tour managers en España, ¿has leído alguna de sus conversaciones?
Imposible. Es un grupo muy cerrado, en el sentido de que si alguien quiere entrar tiene que pedir permiso, aun siendo tour manager. Es un grupo en el que se tiene que consensuar quién entra y quién no. Sí que a veces entra gente ajena pero tiene que pedir permiso, te dejan dos horas para explicar lo que tienes que explicar y a las dos horas te echan. Es para ellos, es de información de tour managers. Aseguran que es un grupo de información profesional.
Les une la gastronomía, ¿antes de hacer el libro te imaginabas lo importante que era este aspecto en la vida de los artistas?
No, no me lo esperaba. Entendía y, por los que conocía, sabía que era importante en su día a día igual que puede ser para nosotros si nos gusta comer. Pero no era consciente de la importancia que tenía para los grupos el lugar en el que comen y cómo comen. Marc Ros, de Sidonie, me decía que después del concierto, lo más importante es la comida del día del concierto. No solo para alimentarse para estar bien, para el concierto, sino porque si pasan meses de gira, que los fines de semana salen para hacer dos o tres conciertos, es el momento que tienen para bajar de la furgoneta, estirar las piernas, disfrutar si pueden sin prisas y de tener un poco de vida normal. Cuando estás girando parece muy glamuroso pero no deja de ser meterte en una furgoneta con 8 tíos más, duermes mal, poco y ese es su momento como de liberación aparte del concierto.
Con este libro desmitificas un poco la vida de artista en ruta, ¿no crees?
Es una vida bastante incómoda, la verdad. Al final es estar en carretera todo el día, aviones, furgonetas…horarios muy medidos. Tampoco es super glamurosa.
Poco envidiable, vamos…
Lo envidiables es el hecho de subirte al escenario y durante dos horas ser una estrella de rock y tener a miles de personas que son felices con lo que haces. Pero después de eso es una vida bastante ajetreada. Hablando con ellos, luego, cuando llegan a casa al día siguiente tienen la nevera vacía y tienen que bajar al super a comprar o a llevar a los niños al cole. Son vidas muy normales salvo esas horas de concierto que sí es algo especial y diferente.
Aunque alguno de estos tour managers se ha acercado al mainstream, te has centrado en el circuito independiente, ¿cambiaría mucho la historia si hablásemos con los que llevan las giras de Pablo Alborán, Aitana o David Bisbal?
Seguramente. No te lo puedo asegurar porque no me he adentrado mucho pero una cosa que tiene el tour manager, que en el circuito independiente no se cumple, es que no viaja con el artista, para eso está el road manager. El tour manager en una gira mainstream organiza las necesidades pero no tiene por qué girar. No sé quién de ellos me comentaba que el tour manager de Alejandro Sanz no viaja con él porque él no quiere tener relación con los artistas. Organiza y manda algo de confianza para asegurarse que todo funcione. En el circuito independiente es algo más cercano y casi todos viajan porque es la manera de vivir la música y estar en la carretera y en el escenario, son como músicos frustrados a los que les encanta la vida de música. Esa es la gran diferencia que puede haber entre el super mainstream y estos grupos que todavía no lo son tanto.
¿Cuál es la mayor sorpresa que te has llevado haciendo este libro?
Me ha sorprendido mucho la capacidad de los músicos para convertirse como casi en niños cuando están en el modo músico. Todos los tour managers hablan de que tienen que gestionar los modos músico. Son adultos que en su día a día saben lo que tienen que hacer y cuando salen de gira se les olvida todo lo que no tienen que ver con la música, horarios, pasaportes… hacen esa desconexión. Me olvido y vuelvo a ser un poco niño que necesita a alguien que se encargue de todo. Son muy despistados cuando están en modo músico.
Conviertes en protagonistas a 5 tour managers y elaboras los diferentes perfiles que pueden tener, ¿qué has descubierto de esta profesión que no supieras ya?
Tienen ese rol fundamental para que todo funcione. Realmente se tiene que encargar de todos los aspectos, gestionar a la crew y el grupo y es omnipresente y me sorprende que se le de tanta visibilidad a alguien que sin él no serían posibles los conciertos. Es como un amor de madre, se encargan de todos.
¿Cuál es la manía culinaria que más te ha sorprendido?
Me sorprendió cuando me explicaron que el tour manager de Lori Meyers está medio obligado a no repetir restaurantes. Cuando llevas dos giras no pasa nada pero cuando llevas 20 años girando, es complicado seguir innovando. Me sorprendió, por ejemplo, la obsesión que tienen en Sidonie por el pulpo, si van a Galicia pueden pasarse cuatro días comiendo y cenando pulpo. Y que tienen prohibido en camerinos todo lo que son frutos secos y snacks. Del libro, es el único grupo que no cena en camerinos y prohíben los típicos cacahuetes o patatas fritas.
¿Y la anécdota con la que todavía te sigues riendo?
Cuando Gonçal (Planas) se dejó abandonado en una gasolinera. Eres el responsable de un grupo y te dejas olvidado al cantante. El grupo no funciona sin ninguno de ellos pero si hay alguien imprescindible es el cantante. Además, se lo dejó olvidado en una gasolinera, que es como muy de abandono de animales.
¿Te has auto censurado en algún aspecto?
No mucho. Alguna cosa de decir, como no es un libro sensacionalista que quiera buscar el chafardeo, hay alguna cosa que con la confianza te contaban pero que realmente no aportaba nada a lo que es la vida del músico.
Después de acercarte al círculo de Love of Lesbian, Vetusta Morla, Sidonie, Lori Meyers y León Benavente, si tuvieras que irte de gira con uno de ellos, ¿cuál escogerías?
Creo que me iría seguro de gira con los Love y con León Benavente, creo que son con los que mejor me lo pasaría y con los que mejor comería. Si me pudiera subir a la furgoneta, sería con ellos. Con cualquiera de los otros, también porque sería una experiencia única, pero con ellos dos estoy segura de que me lo pasaría muy bien.
Algunos de ellos son grandes chefs. Si tuvieras que pedirle un consejo para cocinar a alguno de ellos, y hablo de los músicos, ¿a cuál llamarías primero?
A Uri Bonet de Love os Lesbian. Le llamaría para pedirle que me invitara a uno de los desayunos de tenedor que hace en su casa. Es al que le pediría consejo o le pediría, directamente, que me cocinara algo.
Me han llamado la atención las cenas de Micue, un tanto clandestinas, ¿has estado en alguna?
No. He estado allí con alguno pero no en plan que se junten todos. Me gustaría y lo tengo pendiente. Me las imagino porque he estado con varios de ellos sin estar en casa de Micue y ya veo cómo es el ambiente y cómo se lo pasan de bien, sacan las guitarras, tocan, improvisan y si encima le pones la comida de Micue, entiendo que les guste tanto.
Reflejas a unos Vetusta Morla muy reservados, ¿te ha costado acceder a ellos?
Me he dado cuenta de que son los más reservados, aunque Juanma me contestó a todo, muy educadamente y bien, sí que es verdad que en cuanto a anécdotas te cuentan un poquito menos, son más reservado.
Has escogido 5 grupos en los que no encontramos ni una sola mujer, ¿hubiera cambiado la cosa desde un punto de vista femenino?
Seguro que en algunas cosas. Cuando lo estaba haciendo fui consciente de que no hubiera mujeres pero también es verdad que a nivel de grupos, en el indie, tampoco hay mucho grupo femenino. Hay grupos mixtos pero a nivel de grupos me di cuenta de que seguía mis gustos y son estos grupos y no hay mujeres. Intenté tener voces femeninas a nivel tour manager, que las hay, pero no son mayoría. Hablé con la anterior tour manager de Love of Lesbian para tener la idea de cómo era la vida de una tour manager en carretera pero estuvo hace 15 años y han cambiado las cosas. Supongo que con una tour manager en un grupo masculino, las cosas no serían iguales. Es un nivel de confianza e intimidad no igual no sería posible. Igual veo más una tour manager mujer para una mujer. Me da rabia porque debería poder ser igual pero hay que ser realista, si tengo que pasar no sé cuántos días de mi vida con alguien que me cuide, igual como mujer me sentiría mejor con una mujer.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...