Especial
5 CONSEJOS PARA IRTE DE FESTIVAL
Y que sea un éxito
Las fiestas españolas más multitudinarias del año están sucediendo ahora mismo: estamos en época de festivales. Los hay para todos los gustos, pero todos tienen algo en común: la felicidad, el despiporre y las hordas de alegría condensadas en cada sonrisa discurriendo entre núcleos de buenrollismo. Cada rincón de la zona de acampada es un campo de concentración de felicidad, el ambientazo te dejará ojiplático. Elige tu cartel, reúne a un (buen) grupo de amigos y vete de festival. El eco de las diez, treinta o cuarenta mil personas dando votes al unísono reverberará en tu cabeza mucho después de que se te pase la depre post-festival.
Acabo de volver del festival de Cabo de Plata en Barbate, así que voy a compartir contigo algunos consejos para que tu experiencia festivalera sea un éxito:
1. Elige bien a tus compañeros de fiesta. Júntate con personas proactivas y entusiastas, serán tus ángeles de la guarda, especialmente el primer día. En Cabo de Plata éramos doce mil personas acampando juntas, es decir, doce mil personas buscando sitio para acampar. La llegada puede ser un poco estresante, así que todos a una y, con diligencia, en una hora estaréis instalados conociendo a vuestros vecinos. ¿Parecen unos extraños, verdad? Pues en un rato serán tus mejores amigos.
2. Organízate un poco, anda. La locura mola, pero mola más si la ejerces con responsabilidad. Créeme. Así que sí, hay algunas necesidades básicas imprescindibles. La nevera es imprescindible, al igual que las esterillas y las tiendas de campaña, pero, ¡ojo!, también es FUNDAMENTAL llevar frontales, crema solar, repito, ¡crema solar!, antimosquitos, ¡antimosquitos!, afterbite, gafas de sol para esos mañaneos desfasados, papel de cocina, cuerda y papel celo. Sí, cuerda y papel celo. Hazme caso.
¡Ah! Y si no te quieres perder a tus artistas favoritos, ten impreso el cartel para saber adónde ir. Si lo ves doble, descuida... aleja el papelito o pide ayuda.
3. Las duchas de los festivales regeneran más que una sauna, y en Cabo de Plata eran especialmente agradables. Pero si tienes la suerte de tener el mar o un río cerca, mi recomendación es comprar una pastilla de jabón ecológica y un cubo de agua... y a ducharse como se ha hecho siempre. Puestos a reducir lujos y a conectar con nuestra parte más bacanal, ¡hagámoslo del todo!
4. Aprovecha para hablar con todo el mundo, si te apetece. Es una gran ocasión para conocer a gente y perderse entre ella. Tanta gente junta con un mismo objetivo, divertirse, genera una energía alucinante.
5. “Hay que probarlo todo en esta vida”. Pero... ¿¿por qué?? Hay cosas que no hay porqué hacer, ni siquiera una vez. Utilizar los baños de los festivales es un claro ejemplo para muchos. Ojo, la culpa no es de los festivales, es una cuestión aritmética. Te aseguro que, si osas abrir sus puertas (especialmente los últimos días) la imagen dantesca quedará impresa en tu retina para siempre.
¿Cuál es la alternativa? Peregrinar. Probablemente te despiertes aturdido después de una noche de lunas llenas. Mi recomendación es clara: cálzate tus zapatos, perdidos entre los restos de la noche anterior, y vete fuera de la zona de influencia del festival. Camina en línea recta hasta que veas a más locales que zombis felices con una pulsera como la tuya, busca un bar y hazte amigo del camarero. Aunque leas “baño averiado”, créeme, no es verdad. Pide tu café y... el resto es coser y cantar.
¡Espero que estos consejos te sean útiles y que ya estés pensando a qué festival quieres ir! Seguiremos informando. ¡Hasta la próxima!