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Música y vino: un idilio muy embriagador
Canciones, festivales y más se dejaron seducir e inspirar por el néctar de uva
Se avecinan tiempos de vendimia, y qué mejor momento para señalar los puntos de encuentro entre vino y música. Porque haberlos, haylos. Y para muestra, esta selección.
El vino y la música. Bueno, el vino con todo. Pero aquí nos vamos a centrar en su idilio con las ondas sonoras. Porque la gastronomía no va a ser el único maridaje posible para el apreciado líquido, vamos a señalar aquí algunas confluencias de ambos placeres. No olvides que tanto un buen vino como una buena canción son un bálsamo para los dolores del alma (ays, suena cursi pero cuánta verdad).
Son muchas las canciones que hablan del néctar de uva. Destaca entre ellas Red Red Wine, de UB40, una auténtica oda, un homenaje, un canto al vino... “Oh, vino tinto, me haces sentir tan bien”... El vino como compañía y como gasolina era esto:
Julio Iglesias no podía faltar a esta cita con las canciones y el vino. Aquí no se priva de equipararlo a su gusto por las mujeres y a la relación de todo esto en su vida… Bueno, en realidad él canta lo que el Dúo Dinámico le escribieron en esta canción que, según dice, no le representa del todo. Ya se sabe, un truhán, un señor.
Andrés Calamaro lo que prefiere es brindar: lanzarse al alcohol para olvidar, para celebrar ese olvido, pero también para beberse las alegrías. Toda una oda a ese espléndido momento, el del brindis, que a quien más y a quien menos nos pone la sonrisa tontorrona en la cara.
Axolotes mexicanos sí que saben. “Bebo vino y escucho trap”. Me representa, ¡al fin! Porque un buen vino, el ordenador, los emojis, las redes, los stories y toda la mandanga digital también armonizan bien con el vino y, qué narices, le quitan un poco de caspa a las menciones al sabroso elixir de uva que podemos encontrar en el panorama musical de nuestro país.
Festivales, y más
Pero no solo las canciones se nutren de vino: hay festivales de música con el vino como hilo conductor como el EnoFestival; u otros en los que su presencia es destacada porque los hacen posibles como sponsors. Es el caso del Sonorama Ribera, patrocinado directamente por la Denominación de Origen Ribera del Duero, ¡y menudos vinos ricos te puedes tomar allí disfrutando del cartel!
Poca broma también con la posibilidad de pedir vino en stands concretos de festivales grandes como el Primavera Sound, o en las barras de citas como el Tomavistas: la vida de la que escribe cambió desde que ese tipo de iniciativas empezaron a surgir. ¡Y lo bien que se disfruta de la música en directo vino en mano!
En el idilio entre vino y música por haber hay hasta un estudio musical dentro de una bodega de vino: es Neo Music Box, ubicado en Castrillo de la Vega (Burgos), que además desarrolla sus propios proyectos sociales que conjugan el mundo del vino con el de la música y actividades culturales. En pie desde 2008, es un estudio que cuenta con salas de microfonía, ¡incluso dentro de la sala de barricas! Una acústica ciertamente única en el mundo en un entono diseñado por Philip Newell (ingeniero de sonido de Virgin Records que ha trabajado mano a mano con Mike Oldifield). Un lugar del que la música sale casi casi con aroma a vino.
Si tras leer y escuchar todo esto te apetece una copa de vino, déjate acompañar por el final del vídeo de C. Tangana Llorando en la limo, que se organiza él solo allí una cata de vinos de lo más apetecible.