Pelayo Díaz: “Todo lo que veo son caras completamente retocadas, cuerpos irreales y estilos de vida extremadamente exagerados”
Reflexión sobre los influencers
Pelayo Díaz ha estado en Montecarlo. Era uno de los nominados a los Premios Infuencer 2019, aunque finalmente se quedó sin premio. Eso sí, parece haber tenido un buen perder y ha querido felicitar a todos sus compañeros.
“¡Felicidades a todos los ganadores anoche! Lamentablemente, no me llevé ningún premio a casa, pero me siento ganador. Viajar a Mónaco y disfrutar tanto, rodearme de gente tan talentosa e influyente anoche y ser nominado ya es un gran reconocimiento para mí. Estoy muy agradecido por la vida que tengo y la gente que me cruzo en el camino. Nunca olvido lo afortunado que soy.”, escribía en su Instagram.
De todo este tipo de situaciones se aprenden y él se ha llevado una lección: “Esta experiencia definitivamente me inspirará a mejorar y trabajar más duro. Y para aquellos que me han estado siguiendo durante mucho tiempo o se han unido a esta familia recientemente: Recordad que el éxito no significa lograr todo a la primera. El éxito es trabajar duro y ser persistente, siempre seguir hacia adelante sin importar cuántos obstáculos haya en el camino y, eventualmente, llegar a donde siempre has querido. Gracias por estar siempre a mi lado en este viaje”.
Después del discurso de positividad y humildad, llegó otro que le ponía los pies en la tierra. Estuvo reflexionando sobre su profesión y lo que de verdad significa: “Anoche, después de la gala, estuve dándole vueltas a esto: La razón por la cual los bloggers, influencers, creadores de contenido (como quieran llamarnos) nos volvimos relevantes para nuestros seguidores es que éramos reales para ellos, honestos y muy espontáneos. Lo que los hizo seguirnos no fue tener una vida perfecta, con una casa enorme, un buen coche y una piel sin imperfecciones. Era el hecho de que éramos reales, que no éramos perfectos y tropezamos, y caímos a veces, pero siempre volvíamos a levantarnos y seguíamos caminando”.
Una vez analizado el origen de los influencers, llegó a la conclusión de que no todo lo que ve en redes, hoy en día, le gusta. “A veces me pierdo por Instagram y todo lo que veo son caras completamente retocadas, cuerpos irreales y estilos de vida extremadamente exagerados... (¿Os pasa esto también?). Yo soy consciente de que a veces vivo experiencias maravillosas y comparto situaciones casi irreales pero todo esto me hace preguntarme cómo (de mal) también puede influir esto en los jóvenes con respecto a sus propios cuerpos y hacia su confianza en sí mismos. Por eso esta mañana compartí con vosotros mi desilusión por no haber sido premiado, pero que lo importante es siempre ver el lado positivo”, reflexionaba.
Parece que el no llevarse el premio a casa le ha hecho pensar un poco y ha querido compartirlo con todos y erigirse como ejemplo. “Así que está bien si no os está yendo tan bien en el trabajo o no pasa nada si los estudios se están volviendo un poco más difíciles para ti últimamente. Está bien si alguien de tu familia o un amigo te decepciona o si un proyecto en el que has puesto tu alma no sale como querías. Concéntrate en las cosas buenas que sí te están pasando y no en las que no suceden. ¿Qué pensáis sobre esto? Hay algún contenido que echáis de menos de mi o que os sobra? Quiero saber vuestra opinión y tener una relación más cercana con vosotros, que tengáis una buena noche!”, terminaba diciendo.
En seguida obtenía unas cuantas respuestas, una de ellas, por ejemplo, de Maxim Huerta: “Pues que he dejado de seguir a unos cuántos (no he parado aun) por lo vacío y hueco en sus vidas mostradas. De frases en inglés y poses absurdas. Eso pienso. Besos, Pelayo”.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...