Google ha comprado FitBit

“2.1 billones” que dicen los americanos; o 2100 millones de dólares, para entendernos a este lado del charco. Esa es la cantidad que ha tenido que pagar Google para meter en sus entrañas a FitBit.

Rick Osterloh, Vicepresidente de dispositivos y servicios de Google, habló de la compro de Fitbit como de una oportunidad para adentrarse todavía más en los Wear OS, o sistemas operativos de gadgets y dispositivos “vestibles”, por llamarlos de algún modo.

Entendemos que la razón por la que Google ha ido a por Fitbit no es otra que la de “tomar un atajo” para entrar con fuerza y buen material en el negocio de los Smart watches y demás pulseritas vitales. No sólo se hacen de golpe con el “know how” de una compañía como Fitbit, también reciben por la vía rápida la información personal de sus 28 millones de usuarios.

Sí han dejado claro desde Google que los datos de salud y bienestar de los usuarios de Fitbit no se utilizarán como información para Google Ads. Transparencia a este respecto, no hay trampa ni cartón. Nadie va a comerciar con las información personal de los usuarios, de hecho, los usuarios tiene la oportunidad de borrar sus datos de la base si así lo desean.

Así pues, Google toma medidas para plantar cara a Samsung, Xiaomi, Huawei o a la misma Apple; todas ellas ya intentando sumergir a sus usuarios en ecosistemas cargados de Bluetooth y herramientas para cuidar de la salud.

Por el momento, los productos de Fitbit seguirán a la venta y tendrán soporte tanto en iOS como en Android. Veremos cuanto tarda Google en poner en marcha su propio aparatito.